Capitulo 28.

 Desperté desorientada, no sabía lo que me había pasado. No recordaba más allá de la pelea con Christian, mi mente se queda en blanco si trato de esforzarme, haciendo que me duela a horrores la cabeza y no se hable de mi barriga. Rápidamente bajé la vista, no estaba, no lo sentía, era como si jamás hubiera estado embarazada.

   Mis ojos se llenaron de lágrimas y empecé a gritar, no podía ser, ¿Dónde estaba? Me toqueteé, lo palpaba y no lo sentía.

   -Mi bebé, ¿Dónde está mi bebé? -grité desesperada, me levanté de la cama, pero hasta el caminar me dolía. Sin poder evitarlo, caí de rodillas en el frío y duro suelo, soltándome a

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