Lo miraba y miraba.
Simplemente no podía creer que después de tanto tiempo el estuviera enfrente mío. En ese instante me dieron ganas de abrazarlo, pero me contuve. No quería que se diera cuenta que de verdad lo extrañe. Me levante un poco rápido.-¿Qué haces aquí?- fui la primera en romper el silencio, mientras me sacudía el vestido. Sonrió de lado y se metió las manos en los bolsillos del pantalón. Mi boca estaba seca.-Esa pregunta la debería hacer yo.-rio un poco. Ni siquiera notaba que mi barriga ya estaba mas grande.-Lo sé, tu madre siempre me ha querido mucho, pero de todos modos ya me iba. Estoy cansada.- me encogí de hombros y pase por su lado. -Espera.-dijo un poco mas alto de lo normal y me tomó del brazo.
-¿Que quieres ahora, Christian?-lo miré a los ojos y un escalofrío recorrió mi cuerpo.
-Necesitamos habl
Muchas emociones se mezclaron en mi al ver el contenido de la revista.Estaba atónita, en grande, brillante y claramente sobresalientes; estábamosChristian y yo. Con imágenes pequeñas alrededor. Una dónde la noche de ayer, él me tomaba de la cintura, otra donde estábamos a punto de besarnos y la última, agachado hablándole a mi hijo. Hice una exclamación, sorprendida. Mientras que mi marido que estaba detrás mío, las admiraba igual que yo.Me pareció interesante seguir ojeando la revista, hasta que una imagen me impacto mas que la anterior. -¿Qué es esto?- susurre tan bajo que pudieron escucharlo. Me cubrí la boca. -¿Que cosa, Jess?- él todavía no se daba cuenta de lo que yo estaba mirando.Comencé a sentir mis mejillas hirviendo. Me puse de pie.-Esto.-respondí, estampándole la revista en la cara. Abri&
Todo a mi alrededor se paralizo al escuchar las palabras que mi casi, ex marido había dicho. No podía creer que el seguía empeñado en un matrimonio que ya no iba a funcionar.-¿Qué? ¿Escuché bien?- pregunté mirando al abogado. -No me voy a divorciar y creo que no se puede hacer nada si las dos partes no están de acuerdo.- me toque la frente cansada ya de todo esto. Un mareo repentino llego a nublar mi vista.Ya estaba sentenciando como si nada. -¿Porqué? ¿Para que quieres que sigamos casados si lo nuestro no funciona?- miré a mis padres y en mi cara no había mas frustración que en estos momentos. -No quiero alejarme de ti.- se cruzo de brazos y me penetró con la mirada. Le entregó el papel y el bolígrafo al abogado. No podía seguir aquí.-Me parece absurdo lo que estas diciendo.- exclamé.- Es ilógico que
Ese hombre hacía algunos años que no lo veía. Él era mucho mayor que yo.Tenía la misma edad que Daniel, pero sin duda seguía igual de atractivo a como lo recordaba. -Hace tanto que no se de ti y no te veía.-me miraba con sorpresa, sin poderlo creer. Camino hacia mi. -Oh Marck, que alegría.- le contesté y abracé ya cuando había llegado hasta donde yo.-¿De dónde se conocen ustedes?- una confundida Beatriz, pregunto. -Esta pequeña-revolvió mi cabello con cariño y yo solo sonreía, mirándolo.-fuimos novios en la primaria hasta lo que alcanzamos de secundaria. Siempre me gustaron sus ojos.En el se podía reflejar el mar.- todo lo que había dicho me tenia maravillada. Me miraba triste. -Nunca me lo contaste, Jess.- mi prima me miraba con cara de "me tienes que contar" -Nos volvimos a reencontrar y era algo que nunca pensé
Desperté desorientada, no sabía lo que me había pasado. No recordaba más allá de la pelea con Christian, mi mente se queda en blanco si trato de esforzarme, haciendo que me duela a horrores la cabeza y no se hable de mi barriga. Rápidamente bajé la vista, no estaba, no lo sentía, era como si jamás hubiera estado embarazada. Mis ojos se llenaron de lágrimas y empecé a gritar, no podía ser, ¿Dónde estaba? Me toqueteé, lo palpaba y no lo sentía. -Mi bebé, ¿Dónde está mi bebé? -grité desesperada, me levanté de la cama, pero hasta el caminar me dolía. Sin poder evitarlo, caí de rodillas en el frío y duro suelo, soltándome a
Me quedé pensativa ante aquella propuesta que me había dicho ya, era demasiado precipitado.-No lo creo, Marck.- le sonreí a medias.-Piénsalo Jess, a mi lado serías feliz, sin sufrimientos y discusiones.- dijo tocando mi mejilla suavemente.-En una relación siempre hay discusiones, nunca nada será perfecto. No puedes decirme que no las habrá, cuando a veces es imposible.- le sonreí.- Pero cuando todo esta bien, te diré mi respuesta.Salió algo molesto de la habitación y yo solo solté el aire que tenía contenido. Dormí unas cuántas horas, lo necesitaba. Quería descansar y dejar de pensar en todo aquello que estaba sucediendo.Desperté por el ruido que hacían en mi habitación.-Perdoné por despertarla, señorita, pero tiene que comer.La enfermera había llegado con mi comida, la miré y solo pude sonreír
Narra Christian. Me sentía un completo idiota, por mi culpa el amor de mi vida estaba en labor de parto antes de tiempo. No sabía ni siquiera si ambos estaban bien, si.mi hijo nacería sano. -Va estar bien, hijo.- hablo mi padre que estaba a un lado mio en la sala de espera, dándome también unas palmadas de ánimo. -No lo sé, papá. La he jodido de mil maneras, cuando.me case con ella nunca en mis planes taba el lastimarla, y ahora veme. No la merezco ni siquiera.- le respondí mientras me ponía de pie, estresado y daba vueltas. <
Ese día había regresado ya a la habitación del hospital, me daban relajantes y cosas para que dejará de preocuparme.Las noches ahí eran horribles, pensar que tu hijo estaba en peligro y que cada día que pasaba, era una incertidumbre para ti.Por otro lado, me sentía sola, si, tenia a mi familia, pero me faltaba ese apoyo de un hombre. Nunca pensé que las cosas se iban a dar de esta manera y que Christian me fuera a abandonar.Pero sé que iba a ser una mujer fuerte y así comoe caigo, puedo levantarme con mucha mas fuerza y ganas.Día con día iba a visitar a mi hijo, no veía cada ves mejor y repuesto. Ganando peso y creciendo lo que le faltaba.Desgraciadamente de mi leche no iba a poder tomar, por tantas preocupaciones se me había ido y solo lo iba a alimentar con fórmula.-Mi niño precioso, siempre estaré aquí para ti.- agarre su manita com
Ese mismo día la señora Mel se despidió. Yo tenía ese sabor amargo en la boca, hablar con él me había dejado mas intranquila de lo que ya estaba. No había sido una buena idea que él hablará conmigo. Al escuchar su voz si, me había emocionado y sentí lo típico que las personas enamoradas sienten. Pero nada mas. Ese día preferí que mi hijo durmiera conmigo, no me le quería despegar ni un solo instante. No quería perderme ni un momento. Ser madre era una de las cosas que me iba a hacer crecer, que como mujer ne iba a cambiar en muchos aspectos. Obviamente ahorita estaba yo en cuidados, tanto para que mi barriga quedará bien y para eso no tenía que comer mucha grasa. Esa noche mi hijo no me dejo dormir para nada.&n