Niña, solo colabora y nadie saldrá lastimado –Lo dijo con la normalidad del mundo.
Pero Estela era un perro pitbull, era tan furiosa que con solo abrir la boca hería a cualquiera.–Mira grandote, alfa, prepotente, arrogante e insignificante hombre–Marlon la interrumpe.–Gracias por los apodos, nunca antes nadie se había atrevido a tanto, de verdad aprecio eso–Se burló, lo cual enojó más a Estela.–¡Por eso tu esposa y tu hija te abandonaron!–Le grito, y Marlon la tomó del antebrazo y la arrastró hasta las rejas que respaldan la mansión.–No te metas con esas cosas. ¡Lo entendiste!–Bufó con las cejas encontradas, su rostro había cambiado a tal manera de generar miedo dentro del corazón frío de Estela.–Sueltame, me estás lastimando idiota–Mascullo sin quitar la mirada de Marlon.–Solo eres una inmadura… y déjame recordarte que en el contrato no decía nada de eso, además de grosera, eres una bruta, ¿acaso no sabes leer?–La soltó de un tirón, dio media vuelta y caminó con rapidez, pero antes de entrar a la mansión le gritó–¡Te esperó en la habitación!.Estela empezó a llorar, sabía que la relación entre ese hombre y ella nunca iba a llegar a ningún lado, pero tenía que hacerlo, tenía que pagar el precio de una deuda.Le tocaba realizar el rol de esposa, puesto que en el contrato no había reglas establecidas, el contrato estaba libre, se valía todo. Por lo tanto Marlon tenía razón… si él quería dormir con ella, Estela tenía que hacerlo.–Pudrete viejo verde…–Susurro en su lamento, se sintió a morir, y un nudo en la garganta se extendió hasta su alma.(Marlon).–Vamos Eugenia, no seas tan lenta y ve a organizar a mi esposa.–Está bien señor Rivera–La mujer salió espavientada de la habitación en busca de Estela.–Esa niña tonta, está empezando a colmar mi paciencia–Se arrepintió por completo, meses antes había hablado con la madre de Estela, quien dio una versión diferente de su hija. Diciendo que era una mujer humilde y sumisa. Marlon se sintió traicionado, había confiado en la madre de Estela, pero esta vez, le mintió, y estaba seguro que la iba a pagar caro.Marlon se acostó en la cama la cual estaba fría, sus vellos se erizaron a tal punto de levantarse de la cama y apagar el bendito aire acondicionado, luego se asomó a la ventana y miró a Estela quien discutía con la empleada.Los ojos de Marlon se abrieron cuándo escucho como Estela le faltaba el respeto a la noble mujer quien solo intentaba convencerla, pero ella estaba decidida, no iba a dormir con Marlon.–¡Tu eres una más como ellos!–Gritó Estela en un ahogo.Marlon no podía entender porqué ella se comportaba así, cuando las únicas intenciones de él, eran llevar una linda relación de amistad.–Pero señora, haga caso a su señor, ¿Acaso no está feliz de ser la esposa?.Las cejas de Estela se fruncieron, era como si esa pregunta le hubiera apuñalado un pulmón.–Primero que todo–Le abre los ojos tanto que la empleada se sintió incómoda–No soy señora de nadie, y segundo, no estoy feliz de estar con ese viejo maleducado. Y te pido que te alejes de aquí, déjame sola.La empleada solo rió y siguió su camino no sin antes mascullar.–Al final todas terminan enamoradas del señor.¿Qué? Pensó Estela y de inmediato quedó estática. (Marlon)–Pero señor ya he hablado con la chica y ella dice que no quiere entrar a la habitación.Marlon levantó su dedo índice al aire, y de inmediato la empleada guardó silencio, estaba segura que si decía otra palabra más, sus maletas estaban listas en la calle.–No hace falta que sigas, ya lo he escuchado todo.Marlon sobó su mandíbula la cual estaba tensionada de tanto estrés, aparte que no la estaba pasando muy bien con sus hermanos mayores y su ex esposa.–Mi señor–Dijo la empleada, pero Marlon le dio un golpe a la mesa hasta hacerla temblar.–¡Qué quieres ahora!–Le grito con los ojos abiertos.–Le iba a informar algo–Respondió la mujer con las piernas temblorosas.–Tienes diez segundos.–Su ex esposa vino esta mañana.El ritmo cardíaco de Marlon se aceleró y no dudó en seguir preguntando a la empleada acerca de su ex.–¿Que vino a buscar?–Trató de calmarse para no seguir asustando a la empleada.–Vino por las pertenencias que le hacían falta.–Comprendo–Se sentó en la orilla de la cama y agregó–¿No pregunto por mí?.–No señor Rivera.–De ser así, puedes retirarte–Cerró los ojos y se tumbó a la cama como si estuviera de lo muy cansado.El simple hecho de pensar en su ex le traía muchos sentimientos contradictorios.Flashbacks…–Escúchame bien Marlon, no voy a dejar que me tengas como una más de tus mujeres… ¡Soy tu esposa!. merezco tu tiempo–Exclamó Raquel con las lágrimas al suelo mientras que Marlon solo la miraba sin ninguna expresión, no le dolía ver como su esposa le suplicaba tiempo y amor, eso era lo único que quiera, ser su amada y única esposa. Por su parte Marlon era un hombre sumamente mujeriego, se podría decir que andaba con cuatro a la vez. Sin importar si ellas sentían o no amor por él. Las mujeres eran su vicio, quería probar una cada noche. Y eso molestaba la conciencia de Raquel–¿No piensas decir nada Marlon?–insistió Raquel con una mirada triste.–Si sabías que era así, ¿Para que te casaste conmigo?–Soltó una risa y agregó estas frías palabras–¿Acaso pensaste que ibas a amarrarme quedando embarazada?–Siguió riendo pero esta vez a enormes carcajadas.-Pense que todo cambiaría con este segundo hijo.-Tu, ni nadie puede cambiarme, solo Dios, más bien ves haciendo fila, eres y serás una más de mis mujeres. Y si no quieres, ahí está la puerta, puedes irte directo a la calle.Un llanto inesperado salió del alma de Raquel, se sintió a morir, por tanto salió corriendo de la habitación.Justamente había cumplido ocho meses de embarazo, era el segundo hijo que le iba a dar a Marlon.Su primer primogénito tenía díez años, con nombre: Mario, y su segunda hija quien venía en camino se llamaría Yesenia.Raquel había ocultado el infierno en el que vivía a manos de Marlon. Siempre se mostraba como una esposa felíz delante de su familia y la prensa, no quería soltar la bomba y dañar la reputación de su amado esposo.Fin flashbacks…–¡Marlon abre la puerta!–gritó Estela a través de la puerta con un toque toque insistente. Por tanto Marlon río en su interior, se levantó de la cama y fue a abrir.El maquillaje de Estela estaba hecho un desastre, y ni hablar de su vestido, estaba sucio, resaltando que fue uno de los vestidos más caros y prestigiosos del país; Marlon no quiso entrar en discordia con ella por el vestido, él decía que era un caso perdido, y recalcar acerca de un vestido sería una conversación sin fundamentos. Solo la miro detenidamente.–Así que ya tomaste tu biberón, niña malcriada–Susurra Marlon.–Mira viejo oxidado, no me provoques, solo vengo a negociar… Mas nada–Le torció los ojos.Marlon se echó a reír, nunca antes una mujer lo había tratado de esa manera tan petulante y poco cordial. –Te la dejaré pasar por hoy, pero si sigues tratándome de esa manera, te voy a castigar–Se aparto de la puerta para que Estela entrara a la habitación.-Sin ánimos de ofender, pero está habitación no me gusta-dijo Estela. La habitación era moderna, con accesorios antiguos y cuadros hechos a mano, además el color de las paredes era gris y las sábanas de la cama negras. Estela hi
–Señora largo de aquí, no quiero ver a nadie–Respondió Estela enojada.La señora realmente se preocupó, no quería ver a la joven así de triste, quiso ser amable pero Estela no le permitió.–Señora de Rivera, solo trato de ser amable –Sonrió la empleada.–No quiero escucharte.–Pero señora, solo quiero ayudarla.–Pues no lo vas a conseguir.No obstante la empleada se acercó más a Estela hasta sentarse junto a ella, era una mujer de algunos cincuenta años con una vida recorrida, su aspecto era muy sereno, con un cuerpo no tan ancho y de piel blanca.–¿Le ha hecho algo el señor?Por primera vez, Estela quiso confiar en la mujer, más porque le hacía recordar a su madre. Cristina.–Ese monstruo me ha tomado por el cuello. ¡Casi me mata!–Dijo con la voz temblorosa.–¡Ay Dios mío!– Dijo con impresión la mujer.–Pero te juro que esto no se va a quedar así–Respondió segura Estela.–Señora no se le ocurra hacer nada.–¿Qué? No ves como me ha dejado el cuello–Le mostró y este estaba colorado.–Lo
–¿Crees que con esa actitud de mier** vas a lograr todo?–Pregunto Marlon apoyando su barbilla con su mano.–Mira no quiero pelear contigo, solo conduce y llevame a casa, estoy cansada–Expreso estas palabras en un bostezó.–Estela de Rivera Monterrey–Espeto mientras le lanza una mirada aterradora a la chica–Te lo voy a advertir por última vez, cuando estemos fuera de casa, compórtate y cumple con tu parte, tal y como lo dijiste. O de lo contrario, descargare toda mi irá con tu madre Cristina–Elevo su mano y tomo el mentón de Estela hasta apretarlo con fuerza–¿Crees que porque solo hablo, no actuó? Si eso es lo que crees, adelante, juega con mi paciencia y lo veras. Te haré ver el infierno con tus propios ojos.Estela cerro sus oios, y su corazón empezó a latir con fuerza, tanto que Marlon se dio cuenta.La solto de golpe y postro sus manos en el timón, para luego conducir.Durante el camino ninguno de los dos hablo, Pero Estela se veia cansada por tanto se durmió, arrescosto su cabeza e
(Estela)Hoy es un dia muy hermoso, Aunque he vencido el miedo a las agujas, realmente quedé muy traumada cuando estuve hospitalizada, todos los días iban las enfermeras a inyectar en mis muslos un tipo de medicamento que me hacían doler todas las extremidades.Aparte de eso. Quiero salir a caminar, me siento muy aburrida, y el gruñón de Marlon no es tan pasivo como aparenta. Iré a su oficina a decirle que quiero ver a mamá.Estela subió las escaleras con un poco de dificultad, ya que su enfermedad le estaba cobrando factura. -¿Marlon podemos hablar?-Cuestionó detrás de la puerta, su voz era calmada.Marlon soltó un suspiro, sabía que Estela venía a causar berrinches.-Adelante Estela.Estela entró a la oficina, se sentó en una silla con mucha delicadeza.Y de inmediato empezó a hablar.-Marlon, Sé que dirás que no, pero necesito ver a mamá-Marlon estaba enfocando su mirada hacia su teléfono-Te he hablado Marlon, porfavor responde-Insiste la joven ahora con voz demandante.-Ve a cambi
-Creo que llevaré todos esos vestidos que están en aquella hilera-Estela señaló unos vestidos de colores que estaban colgados en la pared.-Sí señora-Dijo la empleada y de inmediato empezó a descolgar los vestidos para llevarlos hasta Estela quien los esperaba con los ojos brillantes. -También quiero díez vestidos talla M, los más hermosos que tengas, y unas bufandas de color negro, rojo y azul.Los otros vestidos eran para su madre Cristina, sabía que le iban a encantar. También eligió perfumes y zapatos.Para ella solo se compró veinticuatro vestidos y lencería. Ella sentía que era poco, por ello decidió comprar carteras y accesorios. Estela sentía mucha emoción, nunca antes había comprado tantos vestidos.-¿Algo más señora de Rivera?-Dijo la empleada con una sonrisa.-Pensándolo bien creo que si falta algo-Los ojos de Estela se abrieron en gran manera luego de ver unas gafas que estaban en edición limitada. Se acordó que esas mismas eran las que había visto en una revista cuando vi
-¿Es mucho dinero verdad?-Volvió a hablar Marlon. Estela se encogió de hombros y apartó su mirada, no quería seguir hablando sabía que iba a perder, y más aún por ser una pobretona, ni con tres trabajos al mismo tiempo podía juntar y pagar tanto dinero-Te llevaré con mi hermano Oscar para que vea cómo está tu ojo.Marlon se dirigió hasta el consultorio de su hermano, y afortunadamente estaba desocupado.-Estela ¿Duele?-Preguntó Oscar mientras veía con una linterna el ojo de la chica, quien guardó silencio en toda la consulta, no tenía ánimos de hablar, se sentía con impotencia y mucha infelicidad.-Hermano lleva en silencio desde que nos subimos al auto, solo mándale algo para desinflamar y listo, creo que mañana estará mejor-Anuncio Marlon mientras pasaba su mano por encima de su estresado rostro.-Justo eso iba a hacer-Oscar limpio la herida de Estela y luego le colocó un tipo de crema para que bajara esa inflamación más rápido-Listo Estela, por ahora solo tomaras Diclofenaco para de
Estela salió muy emocionada de la oficina, fue directo a su habitación y cerrando la puerta pegó un grito silencioso, sostuvo con fuerzas la tarjeta de crédito y la llevó hasta su pecho y soltó un suspiro, de inmediato sus ojos se ensancharon sabía que lo bueno estaba por suceder.Fue hasta su closet y eligió un vestido no tan llamativa, también se colocó unas gafas para que su ojo no se viera tan mal y su cabello lo dejo suelto y con tenis en sus pies no dudo ni un segundo y salió hasta el jardín encontrándose con uno de los escoltas de su esposo.Le pidió que la llevara a una cafetería donde minutos más tarde se encontraría con su detective personal, le había ordenado al guardia que se quedara en el auto ya que ella iba a comprar algunas cosas íntimas y por ello él no podía acompañarla Estela caminó rápidamente hacia la mesa cinco donde se encontraba el detective Anderson, horas antes lo había contactado, se fijó mucho en las reseñas que le habían punteado sus clientes, eso quería d
Estela firmó los papeles y a los pocos minutos ya su emergencia había sido terminada.Marlon, por su parte fue en busca de unas bebidas calientes, el frío no ayudaba mucho a la pareja, mientras compraba en un pequeño kiosco a las afueras del hospital, notó como su hija Yesenia salía de su auto en compañía de su ex esposa Raquel, ambas vestían de blanco. Pero Yesenia tenía una venda en su brazo a causa del accidente. Marlo no dudó ni un segundo en acercarse hasta su hija y cuestionarla.-¿Qué haces aquí Yesenia?-Marlon rodó sus ojos hacia la madre de su hija, quien lo observaba detenidamente, sus ojos azules miraban con ansias su rostro, se sintió un poco incómodo, por ello trago grueso y enfocó su atención hacia su hija.-¿Acaso no recuerdas que hoy tengo curación?-Habló la chica mientras se apartaba de su padre, ella tiene un carácter bastante fuerte, más que eso siempre quiere llamar la atención, de cualquier manera. -Marlon, nosotras estaremos en el pasillo cinco -sonrío Raquel y c