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¡Jamás me vuelvas a poner las manos encima!

El maquillaje de Estela estaba hecho un desastre, y ni hablar de su vestido, estaba sucio, resaltando que fue uno de los vestidos más caros y prestigiosos del país; Marlon no quiso entrar en discordia con ella por el vestido, él decía que era un caso perdido, y recalcar acerca de un vestido sería una conversación sin fundamentos. Solo la miro detenidamente.

–Así que ya tomaste tu biberón, niña malcriada–Susurra Marlon.

–Mira viejo oxidado, no me provoques, solo vengo a negociar… Mas nada–Le torció los ojos.

Marlon se echó a reír, nunca antes una mujer lo había tratado de esa manera tan petulante y poco cordial.

–Te la dejaré pasar por hoy, pero si sigues tratándome de esa manera, te voy a castigar–Se aparto de la puerta para que Estela entrara a la habitación.

-Sin ánimos de ofender, pero está habitación no me gusta-dijo Estela. La habitación era moderna, con accesorios antiguos y cuadros hechos a mano, además el color de las paredes era gris y las sábanas de la cama negras. Estela hizo una mueca de disgusto, ya que ella amaba los colores claros.

-Pues de malas niña, es lo que hay-Respondio Marlon-Aparte de eso, no sabia que eras negociante, y dime… ¿A qué universidad fuiste para ejercer dicha carrera?–añadio con tono de burla, él sabía exactamente que Estela solo había llegado a quinto de primaria.

–Si tan solo hubiera tenido la oportunidad de seguir estudiando, quizá no estaría hablando con un viejo depravado como tu, juró que estaría en los estándares más altos de la ciudad, quizá… Sería superior a ti–Explicó Estela sin ánimos de ofender.

–¡Te admiro niña, enserio!–Planteó Marlon.

–Creo que estamos hablando mucho y quiero ir directo al grado–Estela se volteo y con una mirada retadora le puso las cartas sobre la mesa–Fuera de casa seremos la pareja perfecta, pero dentro de casa solo somos unos completos desconocidos, tu por tu lado y yo por el mio. ¿Todo bien hasta ahora?–Cuestiona con una sonrisa falsa.

–¿Eso quieres?–preguntó Marlon sintiéndose pequeño ante Estela.

–Pues claro que eso es lo que quiero, que esperabas, ¿que me enamoraría de ti?–Estela se echó a reír–Patético, creo que un perro es más feliz que yo en estos momentos–añade.

–Eres un laberinto, pero juro que encontraré la salida-dijo Marlon.

–¿A qué te refieres abuelo?–Marlon coloca los ojos en blanco, Estela ya se estaba pasando de la raya.

–Pronto lo sabrás nieta–Le siguió el juego.

Marlon se acostó en la cama boca arriba, dejando sus brazos relajados y sus piernas totalmente estiradas.

La noche se hizo cada vez más fría, y Marlon ya estaba dormido, la única que aún no se iba a la cama era Estela, ella estaba arrodillada mientras le contaba a Dios todo lo mal que había hecho, aunque no se arrepentía de nada. Ella tenía claro que Dios jamás se pondría triste por su forma de ser y actuar con su esposo.

(*****)

A la mañana siguiente Marlon despertó, se retorció en la cama, tenía una pereza enorme, pero quedó estético luego de escuchar un suspiro. Lentamente se levantó de la cama y vio a Estela dormida en el mero suelo.

Nego con su cabeza–Esta mujer es bien terca–Penso. pero miro con detención a la chica quien dormia plácidamente en posición de bebé, su cabello negro estaba suelto, y sus labios estaban semi abiertos con un color unico y natural; rosas.

En realidad Estela era una joven muy hermosa, pero no era el tipo de mujer que llamaría la atención de Marlon, a él le gustaban rellenitas y morenas.

Marlon sin decir una palabra se agachó y con delicadeza la cargo dentro de sus brazos, no hizo mayor esfuerzo ya que era delgada, la colocó en la cama y la cubrió con sábanas.

Desplazó su mirada hacia el cuello de Estela, era tan delgado como el de una gallina muerta de hambre. Se preocupó y pensó que lo mejor era llevarla a un médico general para que la valorarán. Ya que en el pueblo donde ella vivía la mayoría de las personas sufrían de desnutrición.

-Pobre criatura-susurró en su lamento.

El sonido del teléfono hace que este pegue un brinco y chasqueando los dientes tomó la llamada y era su secretaria.

–Buenos días señor Rivera-saludo la chica con amabilidad.

–Hola Esperanza. ¿Cuéntame qué ha pasado?.

–Señor le llamó para recordarle que hoy tiene una reunión con el CEO de la empresa Almirante.

–Esperanza te voy a pedir el favor de aplazar la reunión, debido a una falla en la empresa–Mintió, su empresa estaba funcionando a la perfección, se podría decir que estaba en su mejor momento. La verdad había cancelado la reunión para tomarse el día y llevar a Estela a un buen centro médico.

–Listo señor, de inmediato llamaré al señor Marqués.

–Te agradezco Esperanza–Marlon colgó la llamada y tiró su teléfono a la cama para luego acercarse al closet y elegir uno de sus atuendos.

Luego entró al baño para hacer sus necesidades.

(Estela).

Me despierto con dolor en el cuello, me siento muy mal-Se quejo hasta sentarse en la cama, pero quedó horrorizada por un instante.

¿Pero qué hago en la cama?.

¿Quién me trajo hasta aquí?.

Se levantó con cuidado de la cama, no quería hacer ruido, por lo tanto intentó salir de la habitación pero la puerta estaba cerrada.

–¡Rayos!–Farfullo, no tenía más que esperar a que Marlon saliera de la ducha.

A los pocos minutos Marlon salió de la ducha, llevaba una toalla enrollada a su cintura, la cual le quedaba súper pequeña. Sus pechos estaban muy bien trabajados y gotas de agua caían de su rubio cabello.

–¿Quieres salir?–Pregunto obviamente y Estela asintió.

–¿Por qué me tienes encerrada?–pregunto sin más. Pero Marlon no le respondió, solo guardó silencio y empezó a secar su cuerpo con otra toalla–¡Te hice una pregunta!–Añade en un mar de enojos y se aventó para confrontar a Marlon quien hacía lo suyo sin importar las preguntas de Estela. Al no ver respuesta de él, lo tomó por el antebrazo y lo sacudió fuertemente, Marlon abrió los ojos y la miró ya por fin–Ahora no tienes lengua ¿verdad?–Estela enterró sus uñas en el brazo de Marlon hasta causarle una herida leve.

-¿Estás loca?-manifesto y de inmediato la tomó por el cuello y la apretó con fuerzas–Te he estado aguantando tus malos tratos, pero esta acción no te la dejo pasar–Estela intentó zafarse del agarre colocando sus manos encima de las de Marlon, pero era inevitable; él era mucho más fuerte.

–Me ahogó–Susurro.

Estela empezó a toser y diciéndole que se estaba ahogando, pero esas palabras no fueron suficientes para que él, la soltara.

–Escúchame bien niña estúpida, si vuelves a hacer algo como eso nuevamente, te juro que la próxima vez te ira peor–La soltó de golpe, pero afortunadamente el cuerpo de Estela cayó encima de la cama.

Marlon sacó la llave para después abrir la puerta, de inmediato Estela salió corriendo escaleras abajo, sin siquiera mirar hacia atrás, se sentía muy frustrada de no poder tener la fuerza suficiente como para partirle la cara a Marlon.

–¡Señora de Rivera!–Gritó la empleada al ver que Estela salió al jardín a pasos rápidos.

La empleada se preocupó por lo tanto fue hasta donde se encontraba Estela.

–¡Te odio Marlon!–Grito Estela estando acostada boca arriba en el pasto mientras lloraba, como una pequeña niña.

–Señora ¿Pasó algo?–Preguntó la empleada de manera curiosa.

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