La familia completa estaba en el aeropuerto esperando la llegada de Hope, como era su primer viaje Rashad había viajado hasta California para acompañarla. La chica estaba muy nerviosa y en ese momento de tensión para ella se veía más pequeña de sus catorces años. Estaban en primera clase de un vuelo comercial y la inquietud de Hope era evidente. Rashad tomó su mano para calmarla. ―¿Qué ocurre, Hope? ―Estuve investigando como son las cosas en tu país, papá y yo no me comporto como las chicas árabes ¿Eso te molesta? ―preguntó la niña con ojos angustiados. ―No, hija mía, las cosas en mi país no son justas para las chicas, antes lo veía normal, pero después de vivir tantos años en Londres y ver lo que la justicia árabe hizo con Sara no puedo más que oponerme a como son las cosas. Le prometí a Sara que nunca la obligaría a volver a Arabía Saudí y que no llevaría a Salma, y esa misma promesa te la hago a ti. Si algún día quieres ir de paseo me ocuparé de llevarte, pero será tu decisión cu
Tres días antes de la boda su tía Fátima y su primo Omar, con su esposa y sus dos hijos, llegaron desde España. Sara estaba muy feliz por volver a verlos después de tantos años, habían sido sus salvadores, sin ellos no sabría dónde estaría en ese momento. A diferencia de otros parientes que venían de Arabia Saudí Rashad sugirió alojarlos en la casa para que estuvieran cerca de Sara y tuvieran más tiempo para compartir.Muchas lágrimas brotaron de los ojos de las mujeres en el aeropuerto, hasta su primo vio empañada su mirada al verla. Su tía miró su cara y sonrió moviendo la cabeza en señal de aprobación al ver su cicatriz.Esa noche, después de la cena, Fátima pidió hablar a solas con Sara; extrañada, su sobrina la acompañó a su habitación.―Hay tantas cosas que quiero saber de ti y que no creí conveniente hablar por teléfono, mi querida Sara. ¿Por qué desapareciste?―Tía, en los primeros meses que estuve en el asilo no podía llamar. Éramos refugiadas y no nos permitían comunicarnos
La celebración de la boda de Rashad y Sara duró tres días. Cuando llegaron al hotel Rashad le tenía una sorpresa a Sara. Su hermano Nader, su esposa Shara y sus sobrinos había llegado de Arabia Saudí para acompañarla a la boda. Después de la visita de Rashad a su suegro, Nader se enteró de que su hermana estaba viva y se puso en contacto con él para visitarla. Era el menor de los hijos de su padre con su primera esposa y él único que le había demostrado un poco de cariño. El hombre había estado buscándola a escondidas de su padre y hermanos ya que no estuvo de acuerdo con la decisión de repudiarla.Sara estaba en su habitación desempacando algunas cosas cuando Rashad asomó la cabeza por la puerta.―Sara, amor, puedes venir un momento.Sara lo miró con una sonrisa y salió de la habitación, al ver a Nader se llevó las manos a la boca y lo miró con anhelo.―Hermana, estoy muy feliz de verte.Nader le brindó una bonita sonrisa y abrió los brazos, Sara se acercó a él y lo abrazó.―Te he ex
Tres años después Estaban en el aeropuerto esperando a Hope, la chica de diecisiete años había decidido estudiar el último año de secundaria en Reino Unido. Quería ir a Oxford al igual que su padre, y alegó que tendría más oportunidades de ser aceptada si se graduaba en el país, aunque Sara sospechaba que tenía más que ver con el nuevo novio de su madre. Los tres últimos años Hope había pasado las vacaciones de verano, Navidad, Año Nuevo y, el Spring Break[1]con ellos. De igual manera entre una estancia y otra, Rashad viajaba una semana para estar con ella y ver que todo marchara bien. No se fiaba de Martha y mucho menos del hombre de turno con el que mantuviera una relación. Sin embargo, nunca quiso presionar a su hija para que se quedara con ellos, aunque la chica sabía muy bien que era bienvenida. Su abuela Noor, algunos de sus tíos y muchos de sus primos también estaban presentes, Hope decía que lamentaba dejar a sus amigas, pero estar con su familia lo compensaba. Además de los
De cómo Zendaya se metió en ese lío.―No me casaré con mi primo Hasan―gritó Zendaya a su padre.―¡Oh, sí! Sí lo harás, jovencita, has incumplido todos los acuerdos a los que llegamos. Te di la libertad que me pediste, te dejé estudiar en Oxford porque me dijiste que querías estudiar medicina, una profesión digna y que podías ejercer en nuestro país, y resulta que has estudiado veterinaria. Te graduaste y te mudaste a Londres sin mi permiso y trabajas en una clínica de animales. Una mujer de mi familia bañando perros ajenos. ¡Qué vergüenza!, Zendaya.―Pero, papá, si te hubiese dicho que quería estudiar veterinaria no me hubieses dejado hacerlo. Amo a los animales, cuidarlos es mi vocación y no baño perros ajenos, los curo; soy un médico, pero no de humanos.―Bismillah-ar-rahmani-arrahim[1]. Pues has perdido el tiempo, nunca encontrarás un marido en Arabia Saudí que te deje ejercer esa profesión. Llegué a un acuerdo con tu primo, te dejaría trabajar en una clínica de mujeres, pero ahora
Una fiesta para hacer reír.Salím salió de la ducha, tenía tiempo suficiente para vestirse e ir a casa de su primo Samir y de Jade, su esposa, para la fiesta de víspera de Navidad. Había pasado el día trabajando junto a su hermana gemela Shaina, su primo Rashad y los hijos mayores de este, Hope, Asad y Salma en la entrega de los regalos de Navidad, que los niños del Great Ormond Street Hospital recibirían. Este era su tercer año como voluntario, desde que los hijos de Rashad, Asad y Salma estuvieron hospitalizados allí por leucemia. Durante en su estancia en el hospital se quedó haciendo de niñero con Asad mientras que sus padres hacían algunas cosas que tenían pendiente como casarse, por ejemplo.Abrió su armario y miró la sección de trajes. Jade le dijo que la celebración era semiformal por lo que pensó que no tendría que ponerse corbata. Una vez le dijo que le encantaba ver a Samir vestido de traje, su primo era médico y vestía como tal: o de pijama de médico o muy formal, por lo q
¡Vaya, vaya, vaya! ¿De qué me perdí?Zendaya llevaba veinticuatro días eludiendo la visita de sus padres a su apartamento. No quería que se enteraran de sus mascotas, por lo menos no hasta que no les quedase más remedio que aceptarlas. Aunque rezó para que ocurriera un milagro y un novio árabe apareciera de repente, estaba medio resignada a irse con sus papás los primeros días de enero, por lo que tramitó los permisos de viaje de los animales. Se dijo que tendría a Río en el interior de la casa con aire acondicionado y a Jade la dejaría con su mamá, estaba segura de que con el tiempo la querría. Se presentaría con ellos en el aeropuerto y su padre no podría poner objeción.Para ir a la fiesta, trató de impedir que su familia pasara a buscarla; sin embargo, su papá temía que les estuviera ocultando otras cosas, por lo que le ordenó que los esperara. A pesar de que la chica estaba parada en la ventana de su sala, no le dio tiempo de salir antes de ver a sus progenitores bajar del coche.
Tanteando el terreno. ¿Habrá alguna posibilidad?«¿Nos conocimos? Eras mi crush, quise conocerte y me diste calabazas», pensó Salím, pero su educación solo le permitió decir:―Sí, es cierto, recuerdo haberte visto en la biblioteca.―¿Usted también se dedica a los negocios, señor Abdallah? ―preguntó Zayed a Salím con un brillo de interés en los ojos.―Por favor, llámeme Salím. No, no me dedico a los negocios, soy odontólogo ―respondió.―¿Dentista? ―dijo con un poco de desilusión.―Sí, infantil ―respondió Salím con mirada neutra.―Salím es mi héroe, trabaja para un hospital con pacientes de escasos recursos ―dijo Jade.―Muy loable ―dijo Zoraida―, un hombre que ayuda al prójimo es de admirar. ¿No te parece, hija? ―preguntó la mujer dirigiéndose a Zendaya.―Sí, mamá, es de admirar ―respondió Zendaya, lo miró a los ojos y sonrió coqueta.«¡Oh, mierda! Estoy perdido», pensó Salím.―Creo que tú estudiabas veterinaria ―dijo él.Pensó que era un hipócrita, en ese último año de carrera le gusta