Parte II Capítulo 4

Tanteando el terreno. ¿Habrá alguna posibilidad?

«¿Nos conocimos? Eras mi crush, quise conocerte y me diste calabazas», pensó Salím, pero su educación solo le permitió decir:

―Sí, es cierto, recuerdo haberte visto en la biblioteca.

―¿Usted también se dedica a los negocios, señor Abdallah? ―preguntó Zayed a Salím con un brillo de interés en los ojos.

―Por favor, llámeme Salím. No, no me dedico a los negocios, soy odontólogo ―respondió.

―¿Dentista? ―dijo con un poco de desilusión.

―Sí, infantil ―respondió Salím con mirada neutra.

―Salím es mi héroe, trabaja para un hospital con pacientes de escasos recursos ―dijo Jade.

―Muy loable ―dijo Zoraida―, un hombre que ayuda al prójimo es de admirar. ¿No te parece, hija? ―preguntó la mujer dirigiéndose a Zendaya.

―Sí, mamá, es de admirar ―respondió Zendaya, lo miró a los ojos y sonrió coqueta.

«¡Oh, mierda! Estoy perdido», pensó Salím.

―Creo que tú estudiabas veterinaria ―dijo él.

Pensó que era un hipócrita, en ese último año de carrera le gusta
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