EmyLa mañana era bastante ajetreada, ya había hablado con los proveedores de los otros dos restaurantes, había organizado los turnos de trabajo en el “Oh Sole Mio” y organicé los ingredientes que mis cocineros debían tener listo para la apertura del comedor de esta noche.Miriam me envió un mensaje con un emoticono, donde se revelaba que mi mensaje se recibió correctamente. Así que me sentí frustrada porque de eso habían transcurrido horas, y aun no sabía nada del atractivo y deseable señor Jason Graham. Mi inseguridad, como heredera, hizo su presencia.-” ¿Sera que no le resulto atractiva? ¿Qué sólo he sido un juego para él y ya se aburrió?”- mi padre era el típico egocéntrico americano que pensaba que solo América podía hacer cosas buenas y geniales. Que yo sólo fuera medio americana, y que por mis venas corriera sangre española, suponía una tara para él. Durante mi niñez y mi adolescencia me la pasé intentado que no saliera a la luz mis orígenes, para evitar que mi padre me regañ
Arianna.La llamada de emergencia era en realidad una reunión que realizábamos cuando una de nosotras necesitaba consuelo o para ayudarnos aclarar ideas. Y desde luego el que el asistente de mi prometido quisiera casarse con una de mis amigas, si ella no conseguía llevarlo su cama en una semana, cuando menos era digna de una reunión urgente. Principalmente porque todas conocíamos la aversión que sentía Emy al matrimonio. Su padre fue un verdadero canalla que no le importó enamorar a una guapa heredera española, para llevársela lejos de su familia, donde la anuló, la utilizó y cuando se hartó de ella, le arrebató a su hija, tras abandonarla por otra mujer, divorciándose de ella. Su madre no soportó eso y se suicidó, de una sobredosis, en el mismo hotel en que el padre de Emy le hizo firmar el divorcio. La infancia de Emy fue un ir venir de mujeres, matrimonios de conveniencias y divorcios escandalosos que llenaban las páginas de los periódicos y revistas. Mientras, ella creció convenc
Arianna.Con rapidez me cogí el mando de la pantalla gigante y dije en alto.-” Chicas estos orgasmos deben ser escuchados en dolby subround”- y encendí el equipo de sonido a un volumen altísimo. Mis amigas me miraron tapándose los oídos, como si estuviera loca, e iban a protestar por el volumen, cuando yo les hice señales para que me siguieran al pasillo que daban al baño, asiéndoles gestos para que se callaran. -” Estamos siendo espiadas por un móvil que hay encima del mostrador del mueble bar. Nuestros prometidos y seguro que tu pretendiente”- dije señalando a Emy”- el maldito asistente del lisiado Keanu Powell, nos han puesto un móvil, para escuchar todo lo que decimos.”- les dije mientras notaba que la impresión de sentirme espiada me había comenzado a bajarme el nivel de embriagues.-” ¿Qué estás diciendo, que nos están espiando los muy hijos de...? -” decía Miriam cuando la interrumpió Elena.-” Lo que nos faltaba, esta tarde estuvimos hablando del control y la confianza con el
Jason.Tras el comunicado, y la sentencia de las prometidas de mi jefe y de los otros dos herederos, por no decir la que yo consideraba mi mujer, nos cayó a los cuatro como un jarro de agua fría. Keanu aguantó el tipo y salió de la propiedad de Emy sin mostrar lo afectado que estaba, pero yo sabía que eso no era así. Lo notaba en la rigidez de su mandíbula, el rictus de sus labios, y en la expresión de fiereza de su mirada. El resto de los herederos, sobrellevaron el castigo desatado sobre ellos, como pudieron. Kevin J. se quedó petrificado unos segundos, y a continuación arrojó un cenicero que tenía junto a él contra el suelo, para a continuación salir como alma que lleva el diablo de la propiedad. Se subió al coche con el rostro desencajado por la ira, y salió a toda velocidad. Michel Powell, hizo un intento de ir detrás de su prometida, pero el portazo que dio la puerta de la mansión al cerrase, dejo claro que sus intentos serian en vano, así que cabizbajo salió de la propiedad en
Miriam.Como todos los días desde que tomamos la decisión de bloquearlos, me sonó por infinitésima vez el móvil, sabía quién era tan insistente, pero decidí, como todas las veces que me había llamado, no contestarle. Como la infinidad de flores, bombones, dulces y golosinas que habían sido enviadas diariamente a mi nuevo puesto de trabajo en una empresa de gestión inmobiliaria, donde yo ejercía el puesto de secretaria temporal del jefe del departamento de ventas. Los primeros regalos fueron devueltos, pero ante la orden del contratador del servicio, mi queridísimo prometido, de no devolver nada de lo que me era enviado, y ante cualquier rechazo de mi parte, se entregaba a cualquier departamento de mi empresa, con la indicación de que mi prometido se lo enviaba para que me cuidasen. Ahora mismo, toda la empresa parecía una tienda de regalos, lleno de flores frescas cada día, en cada mesa de despacho, excepto en la mía. Los office estaban a rebosar de dulces, golosinas y chocolatinas.
Elena.-” Señorita Corzo, ha vuelto a suceder. ¿Hacemos lo de siempre?”- me dijo la secretaria que había contratado para la recepción de los clientes que llegaban a la empresa.Sonreí y me pregunté-” ¿Qué sería lo que el playboy había preparado?”- Hacía dos semanas del ultimátum.Desde ese día y cada día, se presentaba en la empresa o en cualquier sitio donde yo estuviera, con demostraciones de lo más vario pintas de arrepentimiento. Era muy creativo, hasta pensé en contratarlo como experto exterior, por las ideas tan originales que tenía. Entre las demostraciones podemos citar las más destacadas, que iban desde la inundación de la recepción de mi empresa, con catarata de rosas rojas y azules, donde sólo había un pasillo descubierto para llegar al mostrador de la recepcionista, pasando por aviones con pancartas soltando paletas de papel de arroz, para proteger el medio ambiente, donde en cada papeleta detallaba cada una de las razones por las que podría perdonarlo, aunque los princip
Arianna.No sé qué ha hecho Keanu, con mis hermanos, pero me los ha transformado. Desde hace dos semanas, y tras varios fracasos de disculpa por parte de mi egocéntrico prometido, cambió la estrategia para acercarse a mí. Se centró en mejorar la relación con mis hermanos. Todos los días los llamaba para saber de ellos, y de paso de mí. También, casi todas las tardes los recogía del colegio, y del instituto, y los invitaba a merendar. Carlos, estaba encantado, con el nuevo móvil que le había regalado su cuñado. Y Guille imitaba todo lo que su querido Keanu hacía. La verdad me estaba hartando. Por un lado, de que tuviera tan buena relación con mis hermanos, pues parecía que los había abducido, y por otro, quería que me prestará más atención a mí, e intentará mejorar nuestra relación. Además, si intentaba cortar por lo sano la relación, eran mis hermanos quienes me indicaban, de forma muy directa, que era yo la que estaba enfadada con mi prometido, que era muy poco maduro, que llevara
Emily.La verdad que llevaba dos semanas que estaba de un humor de perros, hasta mis propios pinches, y mi asistente me habían echado de la cocina del “Oh Sole Mio”, dos veces, porque, según ellos, no me aguantaban. Sabía cuál era la causa, en un principio había sido por culpa del controlador del señor Jason Graham. Me había hecho enfurecer que me estuviera espiando y controlando, me recordaba mucho a mi padre. Pero tras decirle que no volviera a contactar conmigo, el muy desgraciado, lo había hecho al pie de la letra, ni una vez me había llamado, ni unas flores de disculpa. Mis amigas estaban hartas de rechazar los gestos de arrepentimiento de sus prometidos, y yo no había recibido nada. ¿Tan poco había significado para él?, ¿o es que su extraña propuesta de matrimonio había sido todo inventado?Tenía la sensación, que aparte del deseo, a lo mejor, el gran asistente me había utilizado para saber, más de mis amigas. ¿Qué pruebas tenía yo de que le gustaba?, sólo cuando me propuso matri