Capítulo 4

Curiosa, por saber cómo y donde estaba el hijo de aquella mujer se acercó al vidrio que separaba la otra sala y ahí, en uno de los cuneros decía el apellido "Lennox" era tan pequeño e indefenso, pero el destino había decidido dejarlo sin su madre ¿Por qué?

Luego de un minuto se dio la vuelta con el fin de poder irse para que aquella extraña aventura terminara, pero justo detrás de ella se encontraba un hombre quien la miro con asombro al verla.

El señor Lennox era bastante atractivo, de ojos verdes y facciones marcadas, de cabello castaño y bien peinado. El aroma de su perfume era una bomba de hormonas creada justamente para atraer la atención femenina, pero Emily no se paralizó por ello, sino porque en uno de sus bolsillos llevaba el cabello de su esposa fallecida, porque tenía la loca idea de que tal vez ambas podían compartir algo más que solo el rostro.

—¡Mila!— pronuncio el hombre sumamente sorprendido, así que sin pensarlo, se abalanzó sobre Emily y la tomo por el brazo con cierta brusquedad—¿Cómo es posible? ¡Yo te vi!

Emily no supo qué decir, por un breve segundo, olvido el hecho que la había llevado hacia aquel piso, que ella tenía la misma apariencia de la señora Lennox, quién ahora sabía que se llamaba Mila.

—¡Señor!—alzo la voz sin importarle que se encontraba en un área de silencio, además de que, con un movimiento rápido, pudo librarse de su agarre.

Solo entonces, el señor Lennox, descubrió que tal vez estaba cometiendo un error. A simple vista ambas eran idénticas, pero claramente tenían ciertas diferencias que las hacían únicas. Mila Lennox, tenía el cabello largo, lacio y muy sedoso, pero Emily, por el contrario, lo tenía corto, por temas del trabajo, odiaba recogerlo cada vez que tenía que asistir alguna cirugía, por lo que la mejor opción era simplemente tenerlo corto y ajustarlo con un par de broches para evitar que se salieran de la gorra quirúrgica.

Su cabello no era lacio, sino ondulado y bastante rebelde, ademas de que su cabello era castaño claro, su color natural y no es que no hubiese querido pintárselo para tener un look diferente, pero ella era alérgica a varios ingredientes químicos de los tintes comerciales y aunque existía la opción de los tintes naturales, esto no duraban lo suficiente y el color no era lo suficientemente profundo.

Otro detalle que era imposible de ignorar, era el hecho de que Mila tenía los ojos azules, pero Emily los tenía verdes, pero lo que confirmo que ella no era Mila Lennox, era una marca que Mila tenía cerca de su oreja izquierda, la cual ella había intentado quitar con todo tipo de tratamientos porque la odiaba, no se sentía cómoda con esa marca porque le recordaba una mala experiencia de su adolescencia, la cual había deseado olvidar.

—D- disculpé—pronuncio el señor Lennox un tanto desconcertado por lo que estaba viendo, era evidente que aquella mujer era idéntica a su mujer, pero por esos detalles que parecían insignificantes, era completamente diferente— usted se parece a...

—¿Señor Lennox?—pronuncio una voz masculina detrás de Emily, solo entonces el señor Lennox aparto la vista de Emily para buscar a la persona que lo había llamado.

Se trataba de uno de los agentes que estaba a cargo del caso de su esposa. La última media hora había estado hablando con el cirujano a cargo de la cirugía para comenzar con la investigación.

Emily aprovechó ese momento para poder escapar de la mirada de aquel hombre y a pesar de que el ascensor estaba abierto para que ella pudiera irse lo más pronto posible, decidió que lo mejor era irse por la escalera. No quería que supieran el número del piso al que se dirigía, así que una vez que cerro la puerta de las escaleras de emergencia, tiro las sábanas hacia un lado y comenzó a correr escaleras abajo, lo más rápido que pudo hasta llegar a su piso.

No respiro hasta que se sintió segura, hasta que pudo tomar una bocanada de aire y descansar. La frente le sudaba como si hubiese estado en un maratón, sentía la adrenalina correr por sus mejillas y aunque había arriesgado mucho para conseguir un poco del ADN de aquella mujer, en ese momento, se sintió culpable, como una ladrona, aunque posiblemente ese sentimiento había sido por causa del señor Lennox, quién realmente la había confundido con ella.

Luego de unos minutos decidió que debia volver a su lugar de trabajo. Agradeció por un momento que su jefa de piso no fuese una mujer estricta o metiche, puesto que nadie solía regañarla o sermonearla por no estar al pendiente de su puesto, pero sabia que ya había pasado mucho tiempo, incluso su amiga Hilda ya no estaba en su lugar así que el lugar estaba solo. Esa noche el personal era escaso porque muchos habían acudido a una conferencia medica al otro lado del país, una conferencia a la que ella había deseado asistir, pero por causa de un error en su solicitud de asistencia, había perdido la oportunidad de ir.

Emily sabia que aquella travesía de la hermana gemela perdida aún no terminaba, necesitaba el expediente de la chica y no iba a desaprovechar la oportunidad que Hilda le había dado al irse a hacer su guardia del área medica a la que pertenecía.

Sin perder tiempo, se sentó en la silla de su amiga, la cual había olvidado cerrar sesión en el sistema de datos del hospital, únicamente había apagado la pantalla para no cerrar los reportes que ya había comenzado a llenar.

Busco, entonces en la sección de ginecología el nombre de "Mila Lennox" y en cuestión de segundos el sistema le arrojo un solo resultado.

La joven madre había acudido a ese hospital a sus citas mensuales de control prenatal, a pesar de que la dirección estaba bastante lejos del lugar que ella había dado como su hogar, de hecho estaba del otro lado de la ciudad, en una zona prestigiosa, para los ricos.

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