Un mes. Un jodido mes pasa y nadie sabe nada de mi esposa.

Sus hermanos contactan a viejos amigos del ejército y yo hago uso de lo que jamás pensé que usaría.

Mi influencia en la Bratva.

Como el único hijo mayor vivo, y el de mayor poder jerárquico, tenía mayor influencia de la que pensaba. Pido a Nikolay que me aconseje, y él envía a sus mejores hombres a buscarla.

Lo único que sabíamos hasta ahora es que los Alemanes tenían que ver. Al parecer la noticia de mi resurrección (movida por la publicidad ante la primera prótesis hipersensorial unida quirúrgicamente) había llegado a los oídos de la gente equivocada.

Los italianos no tenían nada que ver, Jack LaFonte era mi amigo, y él mismo habia interrogado a unos cuantos hombres.

— Nos están vigilando — dice Henry una mañana, la oficina s