Es acción de gracias, y por primera vez en años, lo celebramos a lo grande, Natasha olvida su insistencia en trabajar y entre ella y su madre se encargan de la comida, y huele tan malditamente bien que mis hijos y yo intentamos colarnos dentro, incluso Matthew intenta tomar un par de galletas que la madre de Nath acababa de sacar del horno.
— Aún no, lindura — lo riñe la mujer, quien es una presencia divertida y refrescante.
Mi niño lo miró con ambas cejas levantadas, pr&aa
Despertar en los brazos de Frank se siente como un sueño hecho realidad...o una cruel broma del destino.Estoy recostada sobre su pecho de la manera en que solíamos despertar siempre, con su brazo derecho me rodea y me tiene sujeta, casi como si tuviera miedo de perderme.Con cuidado, deslizo mi mano sobre su pecho bronceado, las cicatrices se extienden desde el muñón de su hombro, donde la piel es tensa y gruesa, hasta algunas en su abdomen, lo recorro con mi dedo, cautivada por la forma en que había cambiado su cuerpo, incluso sus rasgos eran un poco más toscos de lo normal. Por primera vez desde que lo vi
Antes de entrar al quirófano, Chris se presenta en la habitación, el momento es incómodo, normalmente no soy violento, pero los celos me sobrepasaron.— Entonces — empieza Chris enseñándome la prótesis — esta es tu prótesis ¿ya hiciste las pruebas?— Un par de veces — digo, asintiendo — pero...¿cómo la voy a manejar?— La operación es...para insta
La brisa fría del aeropuertoprivado me hace encogerme dentro de mi chaleco, Frank había sido operado hace tres días, pero no me atrevía a verlo a la cara.Luego de la noche que pasé con él, me di cuenta de que jamás estaré tranquila hasta que sepa la verdad. Así que hice un par de llamadas, y Videl Castro, su esposa Katia, su hija Mariana, Lucía Rivera y la pequeña Teresa, acaban de aterrizar en NY.Cuando empiezan a bajar, estoy tan nerviosa que me entra la risa tonta, no podía creer que realmente estaba haciendo esto.
Desliza el anillo por la puerta y algo en mi interior se quiebra, una imagen de mi arrodillado frente a una puerta y sosteniendo un collar entre mis manos nubla mi visión por un segundo.Resignado, y sabiendo que tiene razón, me pongo de pie y regreso a la sala, todo el mundo me mira con curiosidad, Lucía, Videl y Katia lucen mortificados.— Niños... a la cama — ordeno, los quintillizos gruñen, pero cuando Max los mira, se van directo a la habitación, Matt dice que hablará con Natasha y Max toma a Anya, quien llora por mí.Aparto la mirada, la idea de hacer sufrir a Natasha y a mi propia hija (aun cuando solo la conocía desde hace poco) me partía el corazón, pero no sabía cómo remediarlo.— Deben estar cansados por el vuelo — digo señalando la puerta que da al patio, curiosamente me sabía el camino hacia la casa del servic
La mañana siguiente, despierto por segunda vez en los brazos de Frank, sintiendo una extraña sensación de tranquilidad en el pecho.Me había hecho el amor, de la misma forma sensual que siempre, incluso la forma en que me miraba hablaba de anhelo y afecto, lo que me daba esperanza, Dios, fui tan tonta...si bien mi Frank está enterrado en alguna parte de este hombre, era innegable que estaba allí, presente incluso en la distancia.Y lo había dejado en claro.Luego de cuatro años,
Tener cinco niños era un maldito caos. Sin contar que la pequeña era caprichosa.Cada niño es diferente, y el día en el zoológico no tarda en ponerme al borde, Orange (sí, ya los diferenciaba) sale corriendo a ver los leones, Carrot quiere ir a ver los osos polares, Zhevy quiere ver las jirafas y Mör los elefantes, mientras que Mörk insiste en ir con los reptiles primero, y cuando complací a uno, los otros cuatro estaban molestos.Anya estaba más concentrada en los vendedores ambulantes y cuando me parecióque le había comprado demasiado, ella hace un berrinch
Al día siguiente, Frank luce más cansado de lo que deja ver, así que lo dejo dormir, contenta por tenerlo en casa, su presencia es reconfortante incluso si hay momentos tensos en los que sus lagunas mentales nos dejaban a todos incomodos.— ¿Tenemos que ir a la escuela? — se queja Orange haciendo todo un drama mientras desayunan, todos irán, menos Carrot.— Al menos tu puedes ir — se queja mi pelirrojo, pero Orange lo mira, y en cuanto levantan las cejas y ponen esa sonrisa que significa "ya sé que podemos hacer..." le doy un zape.
Matt es un jugador increíble.Lo recuerdo de niño, siempre con un ligero ceño y expresión irritada, incluso cuando jugaba con sus hermanos, no era muy dado a ser de hecho agradable.Pero en el campo de juego, mi hijo es el mejor.Es el capitán de su equipo, y en cuanto sale al campo, todos gritan y lo ovacionan, incluso personas que no conozco (creo) llevan su número y hay una pancarta con su foto y varios corazones.No sé mucho de futbol, pero incluso consigo emocionarme. Los pelirrojos claro, son una imagen divertida de ver, los niños gritaban y abucheaban al mismo ritmo, y cuando Carrot de agitaba un poco, todos de inmediato estaban pendientes a su hermano, incluso evitaban dar demasiados saltos solo para no hacerlo sentir mal.No lo recordaba todo, pero malditamente los había criado bien.Natasha era una bomba, la mujer maldecía como camionero y celebraba como faná