Natasha

En cuanto Frank sale, me apresuro a ducharme y me abalanzo sobre el correo, en cuanto habíamos llegado a Nueva York había salido al hospital para solicitar una prueba de embarazo en toda regla, y los resultados debían llegar hoy.Y efectivamente, en cuanto tomo la carta en mis manos me siento mareada de nuevo, anhelando un negativo, pero empezaba a dudar de mí misma, Frank estaba tan decidido a no tener más hijos, y si estaba embrazada... Me estremezco- Buenos días - salto al escuchar a Marcus entrar en la cocina, intento esconder la carta, pero hago

Frank

A la mañana siguiente de la llegada de mi madre, es definitivamente cuando empiezo a sospechar del comportamiento de Nath, se despertó dos veces la noche anterior quejándose solo para hablar por teléfono y luego estaba el asunto del sobre del hospital, lo había visto.Y Marcus parecía estar al tanto del secreto, no me preocupo demasiado hasta que empieza a reaccionar de forma exagerada cuando intenté tomar el sobre que tenía en sus manos.- tranquila - dije frunciendo el ceño - solo estoy jugando - digo besando su cuello, hab&iacut

Natasha

Luego de mi ataque de llanto, empiezo a dudar seriamente de mi misma, los mareos volvieron y empezaba a cansarme tan rápido que asustaba, así que una semana después estoy en mi primera consulta pre natal, aún no sabía si decirle o no del embarazo, pero seguiría adelante con todo.- Natasha Hoffman - me presento al entrar en la consulta, el doctor se ve agradable, un hombre de unos treinta años con brillante cabello rubio, me saluda- un gusto, soy el Doctor Leonard Smith - me sonríe y se lo agradezco, aunque me siento como si estuviera en

Frank

Le doy una última mirada al anillo antes de meterlo en su estuche, el solo verlo me ponía nervioso, pero había tomado la decisión de pedírselo durante nuestra segunda noche en la isla, cuando lo meto con cuidado en el bolsillo de mi pantalón, sé que me está mirando, pero no dice nada.Al final la convenzo de no comprar ropa antes de irnos (aunque ya lo había hecho) y que si necesitábamos algo podríamos comprarlos en el hotel, de igual forma, no estaba entre mis planes el tener ropa durante bastante tiempo.Ya que, ade

Natasha

Mi tercer día en Hawaii no va más allá de la tasa del baño, y me dedico a culpar a los camarones, pero sencillamente no podía dejar de comerlos, hasta que Frank me atrapa comiendo el ultimo camarón de su cóctel mientras estamos en la piscina, era la primera vez que salíamos desde que llegamos- Nath - me riñe quitándome el camarón de la mano - maldición mujer, es por esta mierda que no has parado - se queja- pero son deliciosos - digo haciendo un puchero, mi plan de ponerlo contento y relajado va mal, el hombre ha estado tan caliente estos días que lo vi masturbarse en la ducha luego de que lo rechacé esta mañana, sencillamente no tenía ganas de hacerlo, pero mi hombre empezaba a lucir enfadado- te hacen daño - se queja, y yo me voy por la tangente y me abrazo a él- lo siento - el gruñe y murmura algo que suena a "maldita

Frank

Llevo a Natasha hacia la playa, esperando sorprenderla, había pagado para que lo organizaran tal cual lo había especificado, y por suerte, no me defraudaronHabía un sendero de luces todo el camino hacia nuestra mesa, en cuanto aparece la primera, ella me mira con sorpresa, tomo su mano todo el camino, había apartado la mitad de la playa para que estuviéramos solos, cobijados por las olas, una chica se acerca y le pone una corona de flores blancas, que resaltan contra su fogoso cabello naranja, que llevaba suelto.- Esto es impresionante - murmura deteni&eacu

Natasha

La madre de Frank nos mira con una sonrisa culpable cuando los niños llegan hacia los brazos de su padre, quien, a decir verdad. Parece cabreado.- No esperaba verlos aquí - dice con sequedad, pero abraza y saluda a sus hijos, quienes se empiezan a comer mi postre.- Sorpresa - dice la mujer tomando mi mano y mirando mi anillo, Frank gruñe algo que no entiendo y pongo una mano en su hombro - Precioso, querida, felicitaciones -dice la mujer

Frank

Despierto sintiéndome un hombre nuevo, mi prometida está deliciosamente recostada contra mí, con su mano sobre mi hombro, ver el anillo en ella me llena de dicha y casi podría correr un maratón, casi.En cuanto me muevo para levantarme, la mujer me aprieta y se posiciona encima de mí, abrazándome con fuerza antes de volver a caer dormida, lo que me hace reír, así que me incorporo como puedo hasta estar sentado en la cama y la dejo tranquilamente apoyada en mi abdomen y entre mis piernas, mientras busco mi teléfono, para llamar a mi madreÚltimo capítulo