Frank

- lo que quieras, guapo - responde con una sonrisa coqueta, en ese instante, Sally entra en la oficina una vez más y se queda de pie mirándonos fijamente, Natasha y yo saltamos lejos el uno del otro al darnos cuenta de que estábamos demasiado cerca, aún siento la calidez de su cuerpo junto al mío, y sus manos suaves en mi mandíbula, mierda, incluso tenía ganas de estrecharla contra mi pecho, Sally levanta una ceja

- supongo que eso significa que no habrá despido - responde sencillamente - Frank, el señor Harmond llegó, lo esperan en la sala de juntas numero dos

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