Sobreaviso no hay engaño, se dice en refranes de pueblo, sin embargo Sara lloró con arbitrariedad.Sus ojos se hincharon tanto que ella se miró en el espejo en el baño, vió sus ojos bien deformes, aún en esta situación, su hermana Clara no quitaba el dedo de la llaga.Clara subió las escaleras y llegó a la puerta de la habitación de Sara, empezó a tocar de manera indecente, desde adentro Sara gritó diciéndole:—No quiero ver a nadie —A lo que Clara respondiera con burla.—¡Tienes que irte de esta casa! Y tiene que ser ahora mismo —ordenó Clara.—Por lo que sé, esta casa sigue siendo de mis Padres —gritó Sara, sin embargo Clara dijo enseguida.—Esta casa lo está pagando Julian, por si no lo sabías, nuestro padre malversó las cuentas y ahora está en problemas económicos graves, si no fuera por Julián, mi hombre ustedes estarían en la calle —Clara se lucró en llenarse la boca con orgullo, tal como si esta no fuera también su familia.—¡Clara cállate! —dijo el padre de ámbas chicas quien
Sara estaba en una posición muy precaria, de noche a la mañana dejó de ser asistida por su respetable familia, su padre no hizo nada para defenderla.Era como si él pusiera en prioridad otras cosas como mas importantes, entre estas que era la hipoteca de su mansión y el dinero que Julián estuviera invirtiendo para sus negocios.Sin embargo él sabia que su hija Sara era asaltada por su otra hija degenerada, mas no hizo nada para detener el acoso de Clara hacia Sara. Se dice que cuando se ama a alguien, se demuestra, sin embargo en el caso de Carlos Lehne su prioridad era no perder la cara en los negocios, así seguiría siendo una familia de alto prestigio.Además de que siendo un hombre que toda la vida había sido manipulado por Breah su esposa, ésta última le había dicho que si perdía los negocios familiares, la perdería a ella también.Sintiéndose entre la espada y la pared, Carlos Lehne el padre de Sara tan solo la dejó a su suerte.Las cuentas bancarias personales de Sara habían si
Julián había hecho todo para perjudicar a Sara, le había estado cerrando todas las puertas para que ella no se desempeñara en algún trabajo de su índole profesional.Por su parte Clara le traía a su hermana un resentimiento mas allá de la lógica, nadie odiaba a otra persona sin que fuera perjudicada por ésta, sin embargo Clara odiaba a Sara por simples caprichos suyos que eran muy descabellados, por ejemplo que Sara era muy sobresaliente desde muy jóvenes y se llevaba todos los elogios y felicitaciones.Para esa situación habría que ella haberse esforzado el doble para lograr lo que su hermana lograba conseguir, pero por ahí no fue la solución, la solución se fue por la tangente.Incluso Clara odiaba a Sara solo por el hecho de existir en el mundo. Siempre que pudiera hacerle daño lo haría.En la mansión de Magnus, quien viviera en medio de un gran bosque, todo alrededor le pertenecía, Magnus tenía cámaras de vigilancia por toda la manzana y media de hectárea de tierra, es así como al
Tres días antes de la boda...Malia acompañó a Sara al centro comercial mas extensa y selectiva.A Sara le brillaban los ojos, al ir a buscar un vestuario sencillo y decente para el casamiento. Sara no tenia ni idea acerca de la identidad de su futuro esposo.Mendraco el asistente del temible Magnus había ido a dejarle a Sara una tarjeta negra, una tarjeta ilimitada en dinero para hacer cualquier tipo de compras, sobre todo, la tarjeta estaba emitida a nombre de Sara Lehne.Sin saberlo Sara creyó que este detalle era algo común, lo tomó pensando que había unos cuantos miles de dólares en ella, no comprendía la magnitud de cantidad de dinero que traía la tarjeta bancaria ilimitada.Al llegar al Centro Comercial, miró por todos lados, había quedado en encontrarse aquí con la señora Malia.A lo lejos la vislumbró, Malia le hizo señas de alcanzarla, Sara trotó y la señora Malia la condujo hacia la tienda mas exclusiva del enorme Centro de compras.Unos minutos antes de que Malia saliera,
Dos días antes...La boda entre Magnus y Sara se llevaría a cabo en tan solo dos días, sería discreta por que Sara asi lo quería que fuese, aunque Magnus hubiera deseado llevar una boda por todo lo alto, querría que todos la conocieran a la mujer a quien él convertiría en su esposa.Pero para ser claro, el mismo Magnus sabía que era mejor que nadie supiera acerca de la identidad de Sara por el grado de peligro que acarrearía a ella, por la naturaleza de trabajo a la que él se dedicaba, sabiendo asi que tenía muchos enemigos regados por ahí.En las aguas turbulentas en las que él nadaba, había demasiados depredadores, no faltaría mas de uno que querría infringir daño por medio de su esposa.La boda se realizaría en una capilla ubicada fuera de los suburbios de Nueva York en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza, todo estaba planeado perfectamente para la realización de esa unión, había sido invitados tan solo 50 invitados, los mas allegados.Siendo el caso en el que se planeara su gr
Sara se había sentido sonrojada al ver a Magnus detrás de ella, y si no era por que él la atrapara, se hubiera llevado la caída de la verguenza en su vida, pero una vez mas el hombre apareció y le salvó el día. Magnus le preguntó a su joven prometida.—¿Dónde te diriges? Te llevaré.Al oír a Magnus preguntar adónde iba, Sara se sintió algo inhibida, ella tartamudeó sintiéndose nerviosa, dijo:—Iba a la iglesia —Magnus hizo silencio, hacía mucho tiempo en que él no iba a comulgarse, estaba enredado en la vida violenta, resulta que para casarse debía visitar al padre para aprenderse los votos del sacramento del matrimonio.—Vamos —dijo —debo recibir los votos y aprenderlo contigo —Sara no dijo nada mas, se fue con él, en el camino, Magnus le había enviado un mensaje a Mendraco que apaleara al tipo que fue un irrespetuoso y había empujado a la calle a su novia para lastimarlo, le había pedido que aquel hombre debía perder la extremidad por dañar con ella a su prometida.A vísperas de su
Dos días después...A como Sara prometiera a su padre, dos días después envió a un conductor a recogerlo.Sara nunca pensó que su madre y hermana estaban vigilantes a la hora de recoger a su Padre Carlos.Una ves que supieran el suburbio en donde sería fuera de la gran Manzana donde se llevaba a cabo la boda de Sara y Magnus, Clara quien se rasgara su vestido, su ropa para ser mas convincente, volvió a ver a su madre y le dijo:—¡Mamá, no permitiré que se casen! —Mas no sabía Clara que al hacer este acto estaría sentenciándose a una vida de muerte en vida.Cuando el padre dijera ante unos 50 invitados.Ante esta comunidad les declaro como marido y mujer sin antes preguntar quien se opone a esta unión, fue la misma Clara que desde la entrada gritara diciendo.—"¡Yo me opongo Padre!" —estaba demás decir que la cara de Magnus se mantuvo estoico y sin un músculo moverse, aunque si se puede decir como su lado mas cruel y desagradable creció como espuma de jabón.—¡Yo me opongo Padre, él e
En la vida, si no se aprende, se paga de nuevo por la misma experiencia, y Clara ya había pagado muy caro la osadía de meterse con el hombre equivocado. Magnus miró a Clara y la volvió a sentenciar.—Si tan solo te confabulas en contra de Sara, ésto que te ha pasado, lo vivirás el resto de tus días, ahora te voy a soltar, pero no olvides mis palabras.Clara solo mantuvo los ojos enrojecidos, la mirada perdida, pero la mente hecho un guiñapo de rabia y odio en contra de Sara.Unas horas después, Clara fué lanzada en frente de la residencia donde aún viviera.Breah salió a recoger a su hija, ella lloraba por su desgracia, la ayudó a entrar dentro, pero ni siquiera se podía poner de pies. La mano de Clara estaba temblorosa al tratar de sostener y mantenerse en pié, parecía una gelatina, pero igual seguía maldiciendo a Sara. Breah le dijo a su hija.—¡Ya basta, no vuelvas a mencionar a Sara, ten presente que ese hombre es el mismo demonio! —Clara Chasqueó la lengua y dijo:—¡Esto no qued