En quince minutos Vega; pudo conocer muchas cosas, en el ordenador de Darío Price las carpetas se dividían entre personales y otras de la empresa Weaving Industry Price; se enfrasco en ellas descubriendo los nuevos proyectos que vienen para el siguiente año; enseguida curvo una sonrisa haciendo una copia de esos archivos que podían servirle para cualquier ocasión, pero una llamada en el teléfono del escritorio la dejo en alerta, tanto que miraba por momentos, la puerta que daba hacia el pasillo de la sala. En la mente de la pelirroja, solo podía es atender la llamada lo cual hizo: —Bueno. — ¡Vega! soy Hugo. — Eso la inquieto, nunca pensó que la llamaría y más en el Pent-house del hijo mayor de la familia Price. — ¿Cómo conseguiste este número? O mejor dicho ¿Cómo sabes que estoy aquí? — —Eso es lo de menos Vega, ya pudiste acceder ¿sí o no? Suspiro por lo bajo, mirando a su alrededor; nunca pensó que el idiota de Hugo pudiera estar un paso más que ella; ya después tend
Al noroeste en una provincia llamada Hackney, una mujer pelirroja le daba de comer a los animales de la granja que posee su familia, su sonrisa de satisfacción no la puede borrar por nada; cuando observa a todos comer con gran felicidad, antes de oír el llamado de su Padre fuera del establo, decide ir en su búsqueda al dejar el balde de comida, sobre una pequeña repisa de madera, que usa para preparar los alimentos de cada animal. Con pasos certeros, pero seguros sale del establo que le hace falta una buena pintada para que su belleza no disminuya, cosa que deja de lado; al estar cerca de su Padre aquel que siempre Alba a admirado desde que tiene memoria, curvas una sonrisa detallando que se percata de su presencia. —Buenos días papá. —Saluda, con total cariño a su progenitor. — ¡Buenos días! mi preciosa niña. —Respondió, su Padre y ella abrazarlo, como suele hacer cada vez que lo ve. Enseguida ella miro su vestimenta, que consistía de un pantalón de jeans grueso para hombres
El denso silencio lo disipa Alba inmediatamente, cambiando de tema.—Discúlpame amiga que te pregunte por cosas, que a lo mejor no deseas contarme. —No nada de eso Alba, más bien quisiera que estuvieras aquí, para hablar mejor. Eso le agrado oír a Alba, que no dudo en contestar.—Bueno ya que estamos hablando de eso, te tengo una noticia importante.— ¿Tú dirás? —Iré a la capital y buscare un nuevo empleo.— ¿Qué? No es verdad.—Pues… si lo es, así que dentro de dos días nos veremos. La sorpresa de Olivia era inmensa y más al saber, que su mejor amiga pronto visitaría la capital; desde ya iba a buscar el mejor empleo, que se ajuste a sus conocimientos, sabiendo que le encantará trabajar para la empresa Weaving Industry Price.*** A todo esto; la vida de la familia Cook como Price es de total desastre, tanto que los días siguientes al robo cada una, ha forjado una alta seguridad contra hurtos; pero los corazones de cada Magnate están destrozados, uno más que otr
Lo que no previo fue que Izan tomo a la Sra. Cook en sus brazos y tomar el ascensor con rapidez para llegar seguramente a la planta baja como trasladarla a emergencia eso supuso Ortencia, al poder hablar con el jefe de seguridad, que no dudo en proceder a realizar su trabajo, como sacar rápidamente a la esposa de su gran jefe.… Una hora después… En el gran pasillo del hospital, del área de cirugía se encontraba el Sr. Cook junto a su hijo que permanecían de pie, en todo momento esperando noticias que todavía no habían recibido desde que la ingresaron desde hace una hora; la mirada de seriedad estaba puesta sobre su hijo, porque supo por su gente que la situación de su hijo pudo a haber puesto en peligro la vida de su esposa, así que mirando a su alrededor y darse cuenta; que estaba algo desolado por la hora, siendo las 2:30 pm de la tarde supo que era momento de hablar severamente con su primogénito, que se mantenía con la mano en la nuca y con semblante preocupado.— ¡Izan Da
En la parte norte de Londres una chica pelirroja se está despidiendo de sus Padres en la estación del tren, la sonrisa que ella les da es como un aliciente para ellos; pero su Madre se toca el pecho con algo de incomodidad, siente un presentimiento extraño, y más por el viaje que su hija va emprender, pero se niega a pensar de forma negativa, ahora no puede darse el lujo de pensar de esa forma. Por lo que, mira a su esposo como la abraza de forma paternal, eso la hace pensar cuando llego por primera vez a la casa, teniendo solo cuatro meses de nacida eso la hace tragar, antes de oír la voz de su hija:—Mamá ¿todo en orden? —Pregunto; al mirar sus facciones algo distraídas.—Todo está bien mi niña, solo pido me llames todos los días, en este caso un horario que no afecte a tu Trabajo por favor, esa nada más es mi petición. —Pidió y su hija acepto.—Así será Madre, además apenas llegue te llamo del teléfono de Olivia. —Agrego, dejando a la señora Ward más tranquila. —Te amo hija.
Los nervios eran notorios en Alba, que miraba una y otra vez la puerta de entrada de la estación de trenes, su viaje duro alrededor de dos horas las suficientes, en dónde se pudo entretener con un libro que su Madre le dio, para cuando estuviera sin hacer nada, en eso la pelirroja era muy feliz al leer; es uno de sus tantos pasatiempos, porque el primero lo gana su caballo Müller. Eso la hizo sonreír, porque al mirar su reloj de muñeca, sintió algo de impaciencia; pero debía esperar, es seguro que su amiga Olivia tuvo un retraso en su trabajo o eso pensó; antes de cerrar el libro que tenía en sus manos, la figura de su amiga apareció frente a ella, descubriendo su vestimenta de trabajo lo supo por su falda negra, camisa manga larga blanca, unido a su chaleco de color amarillo con el logo de la empresa o eso imagino Alba antes de colocarse de pie y recibir el abrazo de su parte. Fue inevitable no oír su voz de alegría, tanto que ella se sintió más tranquila de volver a verla.
El día comenzó y los de ojos claros de Alba, se abrieron para iniciar otro día con energía y mucho optimismo, el día de ayer recordó dormir en el suelo en una colchoneta, mientras Olivia lo hacía en su cama individual, las dos no podían hacerlo era súper incómodo fue lo que pensó la pelirroja, ahora que durmió las horas suficientes que requería su cuerpo; se puso de pie con cuidado bostezando en el proceso, miro por el rabillo del ojo detrás de ella a su amiga todavía dormida, por lo que curvo una sonrisa volviendo a su camino hacia el sanitario. Para cuándo llegó; tomo su cepillo de dientes y colocó la crema, abrió después el grifo del lavamanos pasándose agua por el rostro como en la boca, dando inició el cepillarse, duro al menos unos minutos, antes de hacer sus necesidades, para al final salir con rumbo a la cocina; estando descalza teniendo siempre cuidado dio inicio al desayuno, era crucial para su amiga y comprobar si se está alimentándose o ¿no? Pensó por un instante.
—Verá sr. Gómez, este sujeto no me deja hacer mi trabajo, le explique que ese rollo de tela no puede ir con las de tela suave, aun sabiendo que su material es duro para las demás. —Explico, al tener sus manos en su cintura. De inmediato se le quedo viendo al otro, buscando que se defienda y eso fue lo que hizo; al darle la palabra.—Lo que dice no tiene lógica Señor, he trabajado por años y conozco como las telas deben estar ubicadas, pero este hombre pretende decir lo contrario. —Añadió en su defensa, causando que todo quede en silencio. De inmediato el moreno se puso en medio de ambos con su rostro serio, decidió solventar antes de perder más tiempo, cosa que no le agradaba en absoluto, por lo que hablo fuerte y claro.—Les diré algo importante, que me ha hecho solucionar mi trabajo y sé que ambos acataran este consejo; sino lastimosamente los tendré que sacar de la empresa suspendidos un mes completo y sin pago. —Pauso, eso los puso alerta. —Así que las diferencias que tenga