Conforme, pasaron por el amplio pasillo bien pulido, como elegante; Izan abrió la puerta con su clave, que posee su oficina en la misma puerta cerca del cerrojo, trato de ver la clave con disimuló, lo que grabó en su mente en caso de ser necesario. Cuando; estuvieron cómodos en el gran sofá amplio, que posee del lado derecho, fue dónde aprovecho cada uno para entrar en acción, en este caso el empresario tomo la iniciativa de inclinarse para mantener a Vega, más cerca del respaldo del sofá negro muy cómodo para todo visitante, que llegue a estar en el.
Por lo que besos iban y venían, el bolso de ella estaba sobre la mesa de centro por momentos lo miraba, sin dejar de besarse con Izan, hasta que él comenzó a bajar el cierre de su vestido negro, además de tocar sus muslos con su otra mano, que hacía erizar la piel de la dama, pero una mano fue colocada en el pecho de Izan; alejándolo de repente. &nbsDisculpen lo tarde, pero las actualizaciones son de lunes a martes 📖, espero que les guste la historia. Se viene lo mejor. 🔥
Una hora después… La respiración de Vega va en aumento, sus manos tiemblan por momentos al seguir manejando con rapidez todas las calles y veredas de Londres, debe llegar cuanto antes al apartamento de Hugo, sino todo será un desastre maldijo por lo bajo al sentirse de ese modo; pero cerro sus ojos por un leve momento y luego condujo, no bajaba la velocidad de 150 km/h; agradeció al imbécil de su ex por enseñarla a manejar autos, para cualquier ocasión que lo ameritara. La noche estaba iluminada, sin casi nadie en la calle, solo unas que otras personas que vienen de fiestas o bares en la misma zona. Próximamente siga su recorrido, hasta lograr estacionar el auto una cuadra antes del edificio de Hugo saco su bolso y rápidamente ingreso, el guardia la observo cosa que la dejo pasar sin problemas al conocer quién era ella, fue practico para Vega; que al llegar al ascensor toco el botón solo dos segundos le tomo de espera y la llevo al piso de su compañero de trabajo. Al estar e
La rabia y desesperación que sentía Vega, no era nada normal, habían pasado quince minutos, pero no hubo rastro de Darío estaba comenzando a sospechar; pero decido calmarse esperándolo en la puerta del lugar, tuvo que ocultar el carro por un callejón; sin salida a dos cuadras de donde ella estaba; se encontraba sin armas, solo con un cuchillo en el muslo de su pierna derecha, en caso de tener alguna novedad, que la llevaría a defenderse. Se encargó; unos minutos antes de hacerse un corte en el labio y otro en la frente, para dejar en claro, que la situación era crítica como lo mencionó vía telefónica, el frío estaba poniéndose más fuerte que se cruzó de brazos; tratando de acobijarse, cuando exhaló el aire en sus pulmones pudo oír, el rugir de un auto aproximarse eso la dejo más tranquila; tanto que se tiró al suelo, antes de ver el carro deportivo de Darío estacionarse, sus ojos los preparo para llorar, porque en la mente de la pelirroja, era iniciar su teatro, para lograr te
En quince minutos Vega; pudo conocer muchas cosas, en el ordenador de Darío Price las carpetas se dividían entre personales y otras de la empresa Weaving Industry Price; se enfrasco en ellas descubriendo los nuevos proyectos que vienen para el siguiente año; enseguida curvo una sonrisa haciendo una copia de esos archivos que podían servirle para cualquier ocasión, pero una llamada en el teléfono del escritorio la dejo en alerta, tanto que miraba por momentos, la puerta que daba hacia el pasillo de la sala. En la mente de la pelirroja, solo podía es atender la llamada lo cual hizo: —Bueno. — ¡Vega! soy Hugo. — Eso la inquieto, nunca pensó que la llamaría y más en el Pent-house del hijo mayor de la familia Price. — ¿Cómo conseguiste este número? O mejor dicho ¿Cómo sabes que estoy aquí? — —Eso es lo de menos Vega, ya pudiste acceder ¿sí o no? Suspiro por lo bajo, mirando a su alrededor; nunca pensó que el idiota de Hugo pudiera estar un paso más que ella; ya después tend
Al noroeste en una provincia llamada Hackney, una mujer pelirroja le daba de comer a los animales de la granja que posee su familia, su sonrisa de satisfacción no la puede borrar por nada; cuando observa a todos comer con gran felicidad, antes de oír el llamado de su Padre fuera del establo, decide ir en su búsqueda al dejar el balde de comida, sobre una pequeña repisa de madera, que usa para preparar los alimentos de cada animal. Con pasos certeros, pero seguros sale del establo que le hace falta una buena pintada para que su belleza no disminuya, cosa que deja de lado; al estar cerca de su Padre aquel que siempre Alba a admirado desde que tiene memoria, curvas una sonrisa detallando que se percata de su presencia. —Buenos días papá. —Saluda, con total cariño a su progenitor. — ¡Buenos días! mi preciosa niña. —Respondió, su Padre y ella abrazarlo, como suele hacer cada vez que lo ve. Enseguida ella miro su vestimenta, que consistía de un pantalón de jeans grueso para hombres
El denso silencio lo disipa Alba inmediatamente, cambiando de tema.—Discúlpame amiga que te pregunte por cosas, que a lo mejor no deseas contarme. —No nada de eso Alba, más bien quisiera que estuvieras aquí, para hablar mejor. Eso le agrado oír a Alba, que no dudo en contestar.—Bueno ya que estamos hablando de eso, te tengo una noticia importante.— ¿Tú dirás? —Iré a la capital y buscare un nuevo empleo.— ¿Qué? No es verdad.—Pues… si lo es, así que dentro de dos días nos veremos. La sorpresa de Olivia era inmensa y más al saber, que su mejor amiga pronto visitaría la capital; desde ya iba a buscar el mejor empleo, que se ajuste a sus conocimientos, sabiendo que le encantará trabajar para la empresa Weaving Industry Price.*** A todo esto; la vida de la familia Cook como Price es de total desastre, tanto que los días siguientes al robo cada una, ha forjado una alta seguridad contra hurtos; pero los corazones de cada Magnate están destrozados, uno más que otr
Lo que no previo fue que Izan tomo a la Sra. Cook en sus brazos y tomar el ascensor con rapidez para llegar seguramente a la planta baja como trasladarla a emergencia eso supuso Ortencia, al poder hablar con el jefe de seguridad, que no dudo en proceder a realizar su trabajo, como sacar rápidamente a la esposa de su gran jefe.… Una hora después… En el gran pasillo del hospital, del área de cirugía se encontraba el Sr. Cook junto a su hijo que permanecían de pie, en todo momento esperando noticias que todavía no habían recibido desde que la ingresaron desde hace una hora; la mirada de seriedad estaba puesta sobre su hijo, porque supo por su gente que la situación de su hijo pudo a haber puesto en peligro la vida de su esposa, así que mirando a su alrededor y darse cuenta; que estaba algo desolado por la hora, siendo las 2:30 pm de la tarde supo que era momento de hablar severamente con su primogénito, que se mantenía con la mano en la nuca y con semblante preocupado.— ¡Izan Da
En la parte norte de Londres una chica pelirroja se está despidiendo de sus Padres en la estación del tren, la sonrisa que ella les da es como un aliciente para ellos; pero su Madre se toca el pecho con algo de incomodidad, siente un presentimiento extraño, y más por el viaje que su hija va emprender, pero se niega a pensar de forma negativa, ahora no puede darse el lujo de pensar de esa forma. Por lo que, mira a su esposo como la abraza de forma paternal, eso la hace pensar cuando llego por primera vez a la casa, teniendo solo cuatro meses de nacida eso la hace tragar, antes de oír la voz de su hija:—Mamá ¿todo en orden? —Pregunto; al mirar sus facciones algo distraídas.—Todo está bien mi niña, solo pido me llames todos los días, en este caso un horario que no afecte a tu Trabajo por favor, esa nada más es mi petición. —Pidió y su hija acepto.—Así será Madre, además apenas llegue te llamo del teléfono de Olivia. —Agrego, dejando a la señora Ward más tranquila. —Te amo hija.
Los nervios eran notorios en Alba, que miraba una y otra vez la puerta de entrada de la estación de trenes, su viaje duro alrededor de dos horas las suficientes, en dónde se pudo entretener con un libro que su Madre le dio, para cuando estuviera sin hacer nada, en eso la pelirroja era muy feliz al leer; es uno de sus tantos pasatiempos, porque el primero lo gana su caballo Müller. Eso la hizo sonreír, porque al mirar su reloj de muñeca, sintió algo de impaciencia; pero debía esperar, es seguro que su amiga Olivia tuvo un retraso en su trabajo o eso pensó; antes de cerrar el libro que tenía en sus manos, la figura de su amiga apareció frente a ella, descubriendo su vestimenta de trabajo lo supo por su falda negra, camisa manga larga blanca, unido a su chaleco de color amarillo con el logo de la empresa o eso imagino Alba antes de colocarse de pie y recibir el abrazo de su parte. Fue inevitable no oír su voz de alegría, tanto que ella se sintió más tranquila de volver a verla.