Narra Damián.
—Como odio la impuntualidad y aquí todos lo saben. —Digo de mal humor.
—Calma, hombre o te acabarás el hígado de tantos corajes. Además, ella no sabe las reglas de aquí, es nueva, te lo recuerdo, pero seguramente lo entenderá para la próxima. —Dice el idiota de Frank muy relajado.
—No habrá otra, porque después de hoy, la voy a despedir. —Es mi ultima palabra.
—¡¿Qué?! ¡No puedes hacer eso! Ella tiene una hija, es madre soltera. —¡Genial! Ahora todos se ponen de su lado.
—Es una irresponsable. —Lo miro con rabia.
—Como te dije, ella es nueva en esto. O ¿es por lo fea que es y por eso la quieres despedir? —Le dio en el blanco.
—Eso es lo de menos. —Sólo que no le daré el gusto de darle la razón.
—Contigo es imposible hablar. Espero que después no te arrepientas. —Sale molesto de mi oficina.
Tomo el teléfono y le pido a la srita. Carter que se presente a mi oficina.
Tres minutos después entra y tiene los ojos rojos.
—Tenga, tiene que archivar estos documentos. —Se acerca y los toma, la miro y la veo temblar ligeramente.
—Y no se va a ir, hasta que haya terminado. —Digo y ella asiente. No dice nada y sale de la oficina.
¿Me estaré pasando de desgraciado con ella? No lo creo, sólo quiero que haya entendido que debe ser puntual.
…
Ya es hora de salir y ya dese0 ver a mi diosa, Isis, ya que ayer no pude verla, me dijeron que ya se había ido, espero que no la haya ofendido con mis rosas y esa nota que le dejé.
Salgo y veo a la srita. Carter concentrada en su trabajo, paso de largo sin dirigirle la palabra, aun estoy molesto por su impuntualidad. —O mas bien te molestó el hecho de que se fuera a comer con tu amigo. — Ignoro a mi conciencia, nada que ver. Jamás me fijaría en ella.
Llego a casa y subo a ver a ver a mi hijo, casi no lo he visto por mi trabajo y por ir a ese lugar, me gustaría no hacerlo, sin embargo, esa mujer me atrae desde que la conocí. Además, de que siento que tiene un parecido increíble con mi Mariana, tal vez esa sea la razón del por que me atrae.
—Mi pequeñito. —Lo miro en su cuna, ya se encuentra durmiendo.
—Estuvo preguntando por ti. —Dice mi hermana mientras entra a la habitación.
—Como me gustaría tener mas tiempo para él, sin embargo, el trabajo me absorbe mucho. —Digo sin dejarlo de mirar.
—Sumándole que todas las noches sales quien sabe a donde con tus amigos, son mala influencia para ti. —Y aquí vienen sus reclamos.
—Tienes razón. —Y es verdad, sólo que soy necio.
—Te prometo delante de mi hijo que sólo saldré de vez en cuando y estar mas tiempo con ustedes. —Está vez la miro, ella duda por un momento y termina asintiendo.
Me voy a mi habitación, y me doy una ducha rápido, pensando en aquella mujer.
Me visto y salgo rumbo al club, donde ya estoy ansioso por verla.
…
—Buenas noches, Caballeros, les traemos malas noticias, nuestra Diosa Isis, no podrá presentarse esta noche por cuestiones de salud. —Dice la presentadora y todos abuchean.
¿Enfermó? ¡Genial! Lo que faltaba.
Cierro los ojos y no sé por qué me viene a la mente la srita. Carter.
—¡Rayos! Es verdad, la dejé sola en la empresa.
Salgo y le llamo, sólo que no responde. Y recuerdo que no tengo su numero personal. ¿Qué hago? Ya sé.
Llamo al guardia de seguridad.
—¿Diga? —Responde Mateo.
—Mateo, buenas noches. Quería pedirte un favor. —Digo un poco preocupado.
—Dígame. —Espera por mi respuesta.
—Necesito saber si la srita. Carter sigue en la empresa. —Creo que si me pasé.
—Ella tiene 5 minutos que salió. — dice y me siento un poco aliviado.
—Muchas gracias. —Digo con más tranquilidad.
—No tiene que agradecer. Excelente noche. —Nos despedimos y cuelgo.
Subo a mi auto y mejor ir a casa con mi pequeño. Mi hermana tiene razón, lo he abandonado mucho, pero lo bueno que la tengo a ella para que me ayude a cuidarlo.
…
A la mañana siguiente…
Una vez que salgo de bañarme, bajo a desayunar y ya están Marcela y mi hijo, al verme extiende sus bracitos, lo cargo y le doy un beso en su frente.
—Papi. —Lo miro y sonríe. Y pensar que está por cumplir su año.
—Mi pequeño. —A veces no me siento capaz de cuidarlo yo sólo.
Como te extraño mi cielo, nos haces tanta falta.
Me despido de ellos y me voy camino a la empresa.
…
Llego y no veo a mi asistente.
—Y quieren que le dé una oportunidad.
Estaba por entrar a mi oficina cuando la veo con mi asistente con mi café, la miro y se ve muy ojerosa y con los ojos hinchados. De verla así me hace sentir mal.
—Pase. —Abro la puerta para que pueda entrar. La veo dejar la taza sobre mi escritorio.
—¿Quiere unas galletas para acompañar su café? —Dice sin mirarme.
—Si, por favor. —¿Desde cuando soy tan amable? Y mas con ella.
Pasa por mi lado nuevamente y no dejo de mirarla. Quien me viera va a pensar que me siento atraída por ella y no es así.
…
—Es una pena que la Diosa Isis no se presentara anoche. —Dice Frank con decepción en su voz.
—Mejor, así Cindy tuvo mas oportunidad de brillar. —Como se pelean por unas mujeres que ni conocen.
—Ya déjense de tonterías y pónganse a trabajar. —Espeto con mal humor.
—Por cierto ¿Ya no vas a despedir a la fea de allá afuera? —Este si que me quiere volver loco.
—Ya vete a trabajar. —Digo y el se va resignado.
Una vez que se van, cubro mi rostro con ambas manos. Uno por mas que quiera tener tranquilidad, sólo parece lo contrario, nunca faltan las personas que molestan.
Lo mejor es tomarme unas vacaciones, lo merezco, sólo con mi hijo y nadie más.
Así que por ahora me concentro en el trabajo y nada más.
Narra Dalia.Definitivamente, mi jefe es un idiota, por su culpa perdí un buen ingreso anoche por faltar al club, lo bueno que tenia un guardadito, Mi jefa no estaba muy contenta, pero al explicarle mi situación y de quien se trataba la razón del por qué había faltado, ella cambió su estado de animo y me la “perdonó” pensaba dejar esa vida una vez que tuviera este trabajo, pero como van las cosas, dudo que pueda hacerlo, ya que ayer, ese amargado, le dijo al sr. Lennox, que me despediría por impuntual, lo que hizo que llorara aun mas de lo que estaba haciendo, y en caso de ser así, lo mejor es presentar mi renuncia.Sé que le debe causar repulsión mi apariencia y la verdad no me importa, sin embargo, me tomé la libertad de preparar mi renuncia en caso de que se atreva a despedirme.—Como lo odio. —Digo entre dientes.—¿Qué dijo? —La voz del sr. Lennox me hizo saltar de mi asiento con preocupación.—Yo… no he dicho nada. —¡Yo y mi boca!—No te preocupes, no le diré nada a tu jefe. —Son
Narra Damián¿Cómo se le había ocurrido a mi asistente querer llevar a su hija con nosotros a un viaje de negocios? Ni que fueran vacaciones familiares. Así que le pedí el favor a mi hermana de que la cuidara y ella encantada de hacerlo, siempre le han gustado los niñ*s, sé que ella será una excelente madre en su momento.Me encontraba en el jet privado viajando y de vez en cuando miraba a mi asistente, ella se encuentra durmiendo, ya que la señorita le teme a las alturas y se marea con un poco de facilidad, así que, le dieron una pastillita para que pudiera dormir.—¡Dios! Que le puedo hacer, es necesario su presencia en este viaje.Y yo que estaba pensando seriamente en unas vacaciones con mi hijo. Se lo merece. Sin embargo, se presentó este viaje de ultimo momento con el matrimonio Harrison.…—Señorita, ya llegamos. —Le dice la azafata a Carter.Ella con mucho trabajo comienza a despertar.—¿Qué? ¿Dónde estamos? —Está algo desorientada, así que soy yo quien la ayuda.—Estamos en B
Narra DaliaJames nos llevó a uno de los mejores clubs que hay en la ciudad, y no sólo eso, sino es más exclusivo y lujoso. La verdad quería desestresarme, sé que venimos por trabajo, sin embargo, con el mal humor que tiene mi jefe… uf, ¿A quién no lo estresaría?—Ten, deber tener sed. —Dice James cerca de mi oído, ya que la música está muy fuerte.—Si… muchas gracias. —Le acepto la bebida y me la tomo de un trago. Miro a mi jefe quien está solo en la barra, no quiso estar con nosotros. Amargado.—Ven, te invito a bailar. —¡Dios, no! Digo se bailar, pero… es la primera vez que alguien me invita, a pesar de la apariencia que tengo.—Yo, no… —Siento como me levanta sin lastimarme y vamos a la pista. Es tan guapo. ¿Qué cosas pienso?—Tienes unos hermosos ojos, Dalia. —Sus palabras me hacen sonrojar, o quizás sea el efecto de la bebida.—Yo… debo ir al tocador. —Digo y salgo casi corriendo de ahí. No puedo hacer eso… además me siento muy mareada y siento que no he bebido mucho.Entro al t
Narra DaliaNo, no y no… No puedo tener esos pensamientos y menos con semejante dios griego frente a mí, tengo una hija a quien debo ver por mi cuenta, después de que mi exesposo me dejara después de saber que estaba embarazada. Nunca se lo perdoné, sin embargo, en parte le agradezco por tan bello regalo, mi hija. —Bueno, nosotros nos retiramos, aun tengo cosas que hacer. —Dice Erick, quien no deja de sonreír.—Perfecto. Nosotros debemos descansar porque mañana viajamos de regreso. —¿Tan pronto?—Fue un gusto haber hecho negocios. —Dice el padre de ese dios griego.—Cielo, no olvides llamarme, pronto estaré por New York. —Abraza a mi jefe y le planta un beso en la mejilla, y no sé por qué, pero hizo que me molestara.—Yo me adelanto al hotel. Permiso. —Salgo de ahí sin esperar respuesta alguna.Me sentí muy incomoda con la presencia de esa mujer y mas que no dejaba de posar su mano en la pierna de el idiota ese.—¿Estás bien? —¿Qué? ¿Erick me alcanzó?—¿Disculpa? —Me extraña su preo
Narra Dalia No podía creer lo que ese idiota me había dicho, ¿Qué jamás tendría intimidad conmigo? ¡¿En serio? ¿Me cara de p**a, o qué? Eso jamás de lo perdonaré. Llego al hotel y al salir del ascensor, me encuentro con el otro idiota de mi jefe. Pregunta si ocurre algo, lo cual no le doy mucha importancia. Prefiero estar encerrada en mi cuarto por el resto del día. Me voy a dar una ducha para poder relajarme, realmente lo necesito. Al salir, veo una llamada perdida de Megan, lo cual me extraña, así que le devuelvo la llamada. —Hola, Dalia. ¿Cómo estás? —Dice con alegría. —Bien gracias. ¿Y tú? —Digo un poco cansada. —Bien, extrañándote, además, Becky dice extrañarte también. —Megan es la única amiga fuera del club que sabe a lo que me dedico, a parte de Becky, quien fue la que me convenció en trabajar ahí cuando más lo necesité. Son las únicas que me han visto sin esta apariencia que normalmente tengo de día. —Yo también las extraño. Pero ya mañana nos estaremos viendo por al
Narra DaliaAun estaba teniendo s**o con Damián y uno que nunca me había imaginado del como se sentiría, ya que con el padre era sólo como si cumpliera su papel de esposo, en cambio con mi jefe, me lleva al cielo, sólo que no duró por mucho tiempo, ya que los toques a la puerta hacen que nos detengamos, tomo una bata y me la pongo, mientras que él sólo se cubre con una sábana.—Isis, ya es tarde y … —Le hago señas para que no hable de más, indicándole que no estoy sola. Me mira con sorpresa y después sonríe con picardía.—Gracias. —Le sonrío con nerviosismo.Cierro la puerta y lo veo ahí aun recostado sonriendo y yo sólo bufo.—Es mejor que te vayas, es tarde y de seguro tienes trabajo. —Digo sin mirarlo mientras me voy vistiendo.—Puedo llegar tarde. —Pero que arrogante. ¿Y a mi si me regaña por 5 minutos que llego tarde? No es justo.—¿Es el ejemplo que le pones a tus empleados? —Lo miro mientras me cruzo de brazos. Él sólo se ríe y me molesto aún más. Se levanta del sofá aun desnud
Narra DamiánEs fin de semana y sé que le había prometido a mi hermana pasar mas tiempo con mi hijo, me vine el club, necesitaba acercarme a Isis, quiero averiguar si se trata de mi esposa y que no haya fallecido en ese accidente, y que, si no me ha reconocido porque pudo perder la memoria, pero si me presento ante ella, me recuerde o que todo esto es sólo producto de mi imaginación.—Lo de siempre. —Le digo al barman y asiente.Estoy esperando a que ella salga y me deleite con esos bailes tan s*******s así signifique que mi amigo despierte.Mi corazón late como loco a punto de salirse de mi pecho e ir hasta donde se encuentra mi diosa, jamás había sentido algo como esto, no después de mi Mariana.Bebo 3 vasos mas de vodka y al fin anuncian su aparición. La veo y tal como lo dije, el bulto debajo de mis pantalones se hace presente y agradezco que no hay mucha luz para que nadie lo note.La veo bailando y por un momento nuestras miradas se encuentran haciéndome sentir una corriente elé
El día pasó muy lento y estoy muy agotada, me gustaría ir a mi casa a descansa, sin embargo, tengo que ir al club. Me gustaría renunciar, pero… apenas comencé en este otro trabajo y aun tengo muchas deudas, unas que ese imbécil me dejó al irse de la casa. Lo importante es salir adelante y todo sea por mi hija.—Srta. Carter ¿La puedo llevar a su casa? —La voz de sr. Lennox me sorprende sacándome de mis pensamientos.—Yo tomaré un taxi. —Digo un poco apenada. Y no lo puedo permitir, debo ir directo al club.—No tengo ningún inconveniente. —Este hombre es muy insistente.—Ella te dijo que no. Ya déjala en paz. —Mi jefe aparece detrás de nosotros y agradezco por ello, así puedo huir una vez mas de ellos y así irme sin inconvenientes.…—¡No puedo creerlo! —Dice Megan casi gritando y tapo su poca con mis manos para callarla.—¿Puedes dejar de gritar? No quiero que nadie nos escuche. —Asiente y quito mis manos.—¿Qué tal es…? Ya sabes. —¡Dios!—Bueno… —¿Qué estoy haciendo?—Déjalo así. Me