Narra Dalia No podía creer lo que ese idiota me había dicho, ¿Qué jamás tendría intimidad conmigo? ¡¿En serio? ¿Me cara de p**a, o qué? Eso jamás de lo perdonaré. Llego al hotel y al salir del ascensor, me encuentro con el otro idiota de mi jefe. Pregunta si ocurre algo, lo cual no le doy mucha importancia. Prefiero estar encerrada en mi cuarto por el resto del día. Me voy a dar una ducha para poder relajarme, realmente lo necesito. Al salir, veo una llamada perdida de Megan, lo cual me extraña, así que le devuelvo la llamada. —Hola, Dalia. ¿Cómo estás? —Dice con alegría. —Bien gracias. ¿Y tú? —Digo un poco cansada. —Bien, extrañándote, además, Becky dice extrañarte también. —Megan es la única amiga fuera del club que sabe a lo que me dedico, a parte de Becky, quien fue la que me convenció en trabajar ahí cuando más lo necesité. Son las únicas que me han visto sin esta apariencia que normalmente tengo de día. —Yo también las extraño. Pero ya mañana nos estaremos viendo por al
Narra DaliaAun estaba teniendo s**o con Damián y uno que nunca me había imaginado del como se sentiría, ya que con el padre era sólo como si cumpliera su papel de esposo, en cambio con mi jefe, me lleva al cielo, sólo que no duró por mucho tiempo, ya que los toques a la puerta hacen que nos detengamos, tomo una bata y me la pongo, mientras que él sólo se cubre con una sábana.—Isis, ya es tarde y … —Le hago señas para que no hable de más, indicándole que no estoy sola. Me mira con sorpresa y después sonríe con picardía.—Gracias. —Le sonrío con nerviosismo.Cierro la puerta y lo veo ahí aun recostado sonriendo y yo sólo bufo.—Es mejor que te vayas, es tarde y de seguro tienes trabajo. —Digo sin mirarlo mientras me voy vistiendo.—Puedo llegar tarde. —Pero que arrogante. ¿Y a mi si me regaña por 5 minutos que llego tarde? No es justo.—¿Es el ejemplo que le pones a tus empleados? —Lo miro mientras me cruzo de brazos. Él sólo se ríe y me molesto aún más. Se levanta del sofá aun desnud
Narra DamiánEs fin de semana y sé que le había prometido a mi hermana pasar mas tiempo con mi hijo, me vine el club, necesitaba acercarme a Isis, quiero averiguar si se trata de mi esposa y que no haya fallecido en ese accidente, y que, si no me ha reconocido porque pudo perder la memoria, pero si me presento ante ella, me recuerde o que todo esto es sólo producto de mi imaginación.—Lo de siempre. —Le digo al barman y asiente.Estoy esperando a que ella salga y me deleite con esos bailes tan s*******s así signifique que mi amigo despierte.Mi corazón late como loco a punto de salirse de mi pecho e ir hasta donde se encuentra mi diosa, jamás había sentido algo como esto, no después de mi Mariana.Bebo 3 vasos mas de vodka y al fin anuncian su aparición. La veo y tal como lo dije, el bulto debajo de mis pantalones se hace presente y agradezco que no hay mucha luz para que nadie lo note.La veo bailando y por un momento nuestras miradas se encuentran haciéndome sentir una corriente elé
El día pasó muy lento y estoy muy agotada, me gustaría ir a mi casa a descansa, sin embargo, tengo que ir al club. Me gustaría renunciar, pero… apenas comencé en este otro trabajo y aun tengo muchas deudas, unas que ese imbécil me dejó al irse de la casa. Lo importante es salir adelante y todo sea por mi hija.—Srta. Carter ¿La puedo llevar a su casa? —La voz de sr. Lennox me sorprende sacándome de mis pensamientos.—Yo tomaré un taxi. —Digo un poco apenada. Y no lo puedo permitir, debo ir directo al club.—No tengo ningún inconveniente. —Este hombre es muy insistente.—Ella te dijo que no. Ya déjala en paz. —Mi jefe aparece detrás de nosotros y agradezco por ello, así puedo huir una vez mas de ellos y así irme sin inconvenientes.…—¡No puedo creerlo! —Dice Megan casi gritando y tapo su poca con mis manos para callarla.—¿Puedes dejar de gritar? No quiero que nadie nos escuche. —Asiente y quito mis manos.—¿Qué tal es…? Ya sabes. —¡Dios!—Bueno… —¿Qué estoy haciendo?—Déjalo así. Me
Narra Dalia¿Qué hace aquí? En verdad pensé que no lo volvería a ver.Siento su mirada encima de mí y eso comienza a incomodarme. Como me gustaría que esto ya termine.—Estoy de acuerdo con las cláusulas. —Dice muy sonriente. Idiota.—Perfecto. —Por lo que pude entender, sus padres le terminaron cediendo sus acciones en la empresa, no sólo era un proyecto para el dichoso hotel. ¡qué horror! Nunca me había imaginado que los Harrison tenían el 15% de acciones y que ahora son de ese.—Bueno, nos retiramos. —Dice Damián y esa bruja no deja de coquetearle, sin embargo, él no le ha hecho caso en lo más mínimo.—Ya lo alcanzo. —Le digo y él asiente. Necesito refrescarme, siento que he sudado de los nervios que me provoca Erick Harrison, y no son de dese*o, sino todo lo contrario.Salgo y para mi mala suerte, aún sigue aquí.—¿Por qué me has ignorado durante la cena? —Tiene que ser una broma.—No sé de qué está hablando. —Me hago la desentendida.—¿Sigues molestas por…? —Lo interrumpo.—Mire,
Narra Damián.Mientras esperaba a mi asistente, veía una foto de mi bella Mariana a quien extraño mucho. Aun recuerdo el día que la conocí en la universidad, cautivó mi corazón con su bella sonrisa y esos hermosos ojos color miel, unos que pensaba que no volvería a ver, hasta que conocí a Isis, sus ojos llamaron mucho mi atención. Aun debo averiguar si es ella.Miro mi reloj y ya está demorando mas de lo esperado. Entro nuevamente al restaurante y voy a buscarla, sin embargo, me encuentro que esta coqueteando con ese imbécil. Los interrumpo y se ve ella muy sorprendida, ignoro lo que ese idiota me dice. Por alguna razón quiero darle una lección, pero lo mejor es irme de ahí. Me doy la vuelta, la escucho detrás de mí, también la ignoro. Subo a mi auto sin esperarla y me voy rumbo al club, necesito un trago.…—Lo de siempre. —Ya me conocen aquí, así que ya saben lo que bebo.—Aquí tiene. —Le agradezco y se va.¿Por qué me siento así con ella? No debería, porque simplemente es mi asiste
Narra DaliaMe encontraba una vez mas en los brazos de el hombre que se supone debo odiar por la manera en que me ha tratado, sin embargo, de alguna manera me siento protegida con él, algo que nunca me había pasado antes. Sus palabras aun retumban en mi mente. (como me hacías falta, Isis) ¿Me habría gustado que dijera mi verdadero nombre? Tal vez.—Ya debo irme, mi diosa. Mi hijo me espera. —Es padre soltero igual que lo soy. Cada vez que lo voy tratando más, me doy cuenta de que tenemos muchas cosas en común.Eso no significa nada.Además ¿Qué estoy haciendo? Me sentía muy mal por su frialdad hacia mí esta mañana. Contando que no debería de importarme lo que piense de mí como Dalia.—Está bien. —Me limito a decir.—Quiero seguir viéndote. —¿Qué dijo? Su confesión me tomó por sorpresa.—Yo, no lo sé. —Tengo mis dudas.—Me gustas mucho, a pesar de que no conozco tu bello rostro. — Me hizo sonrojar. Y es mejor que nunca lo vea.Se acerca a mí y deja un casto beso en mis labios.—No te p
Narra Dalia Y como era de esperarse, la mujer con quien mi jefe tenía una cena de negocios es muy exuberante, es más, cuerpo de infarto, aunque la verdad no le tengo nada que envidiar, también poseo un hermoso cuerpo, sólo que lo oculto ante la mirada de los lujuriosos, sólo me gusta mostrarlo en mi espectáculo en el club, pero de ahí en fuera, visto como una monjita. —Mi querido Damián. Cuanto tiempo sin vernos. —La mujercita le da un casto beso en los labios. ¿Quién se cree? Yo soy la única que lo puede besar. —Así es, Amelia. —Se ve algo nervioso, acaso ¿fueron amantes? Sólo de imaginarlo hace que la sangre me hierva. —Por cierto, ella es Dalia, mi asistente. —Digo y ella me mira con desprecio ¿Por qué? —¿Para que necesitas a una asistente en nuestra cita, cariño? —Es exactamente lo que me estaba preguntando. —Tiene que tomar notas de lo mas importante. —No evita rodar los ojos y quiero hacer lo mismo e irme de aquí. —Si querías un reporte de nuestra reunión, me lo pudiste ha