Narra DaliaMe encontraba una vez mas en los brazos de el hombre que se supone debo odiar por la manera en que me ha tratado, sin embargo, de alguna manera me siento protegida con él, algo que nunca me había pasado antes. Sus palabras aun retumban en mi mente. (como me hacías falta, Isis) ¿Me habría gustado que dijera mi verdadero nombre? Tal vez.—Ya debo irme, mi diosa. Mi hijo me espera. —Es padre soltero igual que lo soy. Cada vez que lo voy tratando más, me doy cuenta de que tenemos muchas cosas en común.Eso no significa nada.Además ¿Qué estoy haciendo? Me sentía muy mal por su frialdad hacia mí esta mañana. Contando que no debería de importarme lo que piense de mí como Dalia.—Está bien. —Me limito a decir.—Quiero seguir viéndote. —¿Qué dijo? Su confesión me tomó por sorpresa.—Yo, no lo sé. —Tengo mis dudas.—Me gustas mucho, a pesar de que no conozco tu bello rostro. — Me hizo sonrojar. Y es mejor que nunca lo vea.Se acerca a mí y deja un casto beso en mis labios.—No te p
Narra Dalia Y como era de esperarse, la mujer con quien mi jefe tenía una cena de negocios es muy exuberante, es más, cuerpo de infarto, aunque la verdad no le tengo nada que envidiar, también poseo un hermoso cuerpo, sólo que lo oculto ante la mirada de los lujuriosos, sólo me gusta mostrarlo en mi espectáculo en el club, pero de ahí en fuera, visto como una monjita. —Mi querido Damián. Cuanto tiempo sin vernos. —La mujercita le da un casto beso en los labios. ¿Quién se cree? Yo soy la única que lo puede besar. —Así es, Amelia. —Se ve algo nervioso, acaso ¿fueron amantes? Sólo de imaginarlo hace que la sangre me hierva. —Por cierto, ella es Dalia, mi asistente. —Digo y ella me mira con desprecio ¿Por qué? —¿Para que necesitas a una asistente en nuestra cita, cariño? —Es exactamente lo que me estaba preguntando. —Tiene que tomar notas de lo mas importante. —No evita rodar los ojos y quiero hacer lo mismo e irme de aquí. —Si querías un reporte de nuestra reunión, me lo pudiste ha
Narra DamiánEs la segunda vez que estoy con mi diosa y quiero admitir que me siento muy bien a su lado, sé que me había hecho la promesa de no estar con otra mujer que no fuera mi esposa, y aun con la esperanza que aun siga con vida. Justamente hoy se cumple un año de ese incidente. Aun lo recuerdo como si apenas acabara de ocurrir.Flash back—¡Damián! —Entra Frank a mi oficina y se ve muy mal.—¿Qué te ocurre? —Me está preocupando y mucho.—Es… es Mariana. —Dice y algo me dice que no será nada bueno.—¡Habla! ¿Qué le pasó? —Le exijo.—Ella ha desaparecido. —No le encuentro lógica.—¡¿Qué has dicho?! ¿Cómo? —Aun lo puedo creer.—El crucero en donde viajaba, tuvo un accidente. —No sé que me está pasando, pero estoy en un estado de shock. Esto no puede estar pasando.—Ahora que pasará con nuestro bebé, apenas es un recién nacido.—¿Ya la buscaron? —Pregunto al reaccionar.—Si, pero será difícil en medio del océano. —Siento que todo mi alrededor se derrumba.…4 días después…Estamos v
Narra DaliaHe estado muy distante últimamente de Damián desde aquel día en la dichosa reunión, él también lo ha estado y creo que será lo mejor y tampoco se ha dado sus vueltas por el club, debo admitir que lo extraño, sin embargo, aun sigo molesta por no haberme ayudado, soy rencorosa, lo sé.En cuanto a Erick Harrison, no se cansa de estar molestándome tanto como Dalia, como Isis, a pesar de que se le ha dicho que “tengo novio” aunque no sea así, pero era para que se alejara de mí, no resultó.—Hola. —Me saluda Melina con una sonrisa.—Hola, Meli. —La saludo de igual manera.—Quiero invitarte esta tarde a un lugar muy especial. —Dice y yo frunzo el ceño, algo intrigada.—¿Lugar especial? —Me extraña que me invite, nunca hemos salido juntas a pesar de ser buenas compañeras de trabajo.—Si. Y no acepto un no por respuesta. —Se cruza de brazos y yo suspiro.—Está bien. —Digo resignada. No me dejó más opción.—Excelente. Pero antes… —Me mira y puedo imaginar lo que está pensando, no, m
Narra DamiánEra fin de semana y como no había mucho trabajo, les dije a los empleados que podían retirarse temprano, lo cual les sorprendió mucho, y los entiendo, ya que nunca había sido así de considerado anteriormente, pero por alguna razón que aun desconozco, me he estado sintiendo bien y relajado, tal vez el pasar mas tiempo con mi hijo o se deba a algo más.>No empieces a idear cosas de las cuales no estamos seguros.—¿Sabes a donde ira tu asistente junto con la mía? —Y como es típico de Frank, entra sin tocar.—No es de mi interés. —y es la verdad.>Ignoro a mi conciencia.—Aun así, te lo diré. —Insiste y yo ruedo y sigo con mi trabajo.—Escuché a mi asistente decir que iría a un lugar donde realizan citas a ciegas y convenció a Dalia a ir. —Ahora si tiene toda mi atención. Sólo que disimulo mi interés.—Eso no me interesa, están en su total libertad. —Y de cierta manera es así. Aunque si debo reconocer que eso me molesta.—Como digas.
Narra DaliaNo les voy a negar que me encanta besar a Damián y hacer el amor con él, sin embargo, eso me confunde y mucho ¿Por qué? Por el hecho de que supuestamente quiere estar con dos mujeres, se supone que como su asistente me mantenía en un margen, pero con el tiempo se ha estado acercando a mí. ¿Será que siente que ya no tiene oportunidad con mi Isis? ¿Y es por eso por lo que me está buscando a mí?Nos separamos por falta de aire y me mira a los ojos, pero puedo ver ellos tristeza y ahora puedo entender en parte que su esposa falleció. Y supongo que quiera darse una oportunidad o sólo quiera pasar un buen polvo. ¿Es lo que yo quiero también? No, porque me enamoré de él.—Nos vemos mañana, Dalia. —Sonríe y se va. Y yo suelto todo el aire que estaba reteniendo desde el beso.—¡¿Qué fue eso?! —¡¿Qué?!—¿Desde hace cuanto tiempo que estás ahí? —La miro sorprendida.—Desde el principio, claro, miraba por la ventana. —Esto no puede estar pasándome.La tomo del brazo y la llevo adentro
Narra DamiánLos dias pasan y ya ni ganas he tenido de ir al club en busca de Isis, siento que ella sólo era un sueño, creyendo que podía ser mi Mariana, sin embargo, ya he descartado esa probabilidad, quizás la aluciné aquella noche, ya que había tomado mucho. Y ahora no dejo de pensar en Dalia y sus besos que me vuelven loco y con unas ganas de hacerla mía. Algo en ella me atrae, aun no sé qué pueda ser.—Vamos está noche al club, tengo ganas de distraerme. —Dice Frank y yo niego.—No quiero, quiero estar con mi hijo. —Aunque la verdad me gustaría verme con Dalia, sin embargo, ella también tiene sus responsabilidades con su hija.—Te has vuelto muy aburrido, últimamente. ¿A caso estás saliendo con la diosa? — Eso quisiera.—No, ya te lo he dicho, sólo quiero pasar más tiempo con mi hijo. —Ya está exasperando mi paciencia.—Bien. Pero una cosa te digo, voy a conquistar a tu diosa. —Dudo que Isis le haga caso.…Salgo de la oficina y ahí está ella, guardando sus cosas, miro a todos la
Narra DaliaDamián me había invitado a su casa por idea de su hermana, al principio me sentía un poco incomoda, ya que ella ni nadie sabe de mi noviazgo con mi jefe. ¿Cómo lo tomaría ella? Digo, ella es muy agradable, pero ¿Cuál sería su reacción hacía nosotros?—Mira, este vestido es el más decente que tienes ¿Por qué no lo usas en el trabajo? —Lo miro y ¡no puede ser! Y ¿A eso le llama decente? Ese vestido lo tengo desde antes de casarme con el padre de mi hija y no lo he vuelto a usar.—Es muy llamativo —Digo y ella bufa al mismo tiempo que rueda los ojos. Es un vestido n***o de tirantes y entallado que llega a la mitad de mis muslos.—¿Y que tiene? —Dice alzando los hombros para restarle importancia.—¿Cómo me voy a presentarme con ese vestido en donde estará su hermana? ¿Qué va a pensar de mí? —Digo y ella se queda pensativa por unos segundos.—Tienes razón. Ese sería para una ocasión mas especial. —Sonríe pícaramente y ahora soy yo quien bufa.—Por cierto, ¿Qué harás con esa pel