Narra DaliaNo sé cuantos días han pasado desde que Mariana me trajo a este lugar, miro por la ventana y estamos en medio de un bosque y hay mucha seguridad, en pocas palabras, no puedo huir de aquí.¡Dios! Extraño a mis hijos y a mi esposo. Mi gemela viene rara vez aquí, y por mas que le quiero hacer entender que lo que está haciendo está muy mal. No sé cuál sea la razón del porque se había ocultado por mas de un año haciendo creer que falleció en un accidente, incluso me encontraba muy triste por el no haberla encontrado antes y convivir como se debía.—Tienes que comer mejor. —Dice el hombre cuyo rostro siempre ha sido cubierto por una mascara de payaso.—No tengo hambre. —Y es la verdad. Siempre me trae comida o ropa para que me cambie, hasta eso se ha postado bien.—¿Quieres estar delgada para cuando vuelvas a tu casa? —Lo miro y la verdad ya no sé que pensar, él me dice una cosa y Mariana me dice otra, que ella no dejará a Damián, se lo he dicho a este hombre, sin embargo, parec
Narra Mariana ¡Demonios! No soporto a esa mocosa, por mas que trato de fingir ser su madre, me es imposible, quiere que la abrace, que le cuente cuentos y no sé que tanto y en cuanto a mi hijo, no me siento conectada con él, llora todo el tiempo. ¿Qué le hizo a mi bebé esa idiota? —Mami, tengo hambre. —Y hablando de esa niña. —Dile a Martina que te dé de comer. Estoy tratando de que el pequeño se duerma. —Digo con mal humor. —Pero quiero mi comida favorita. —¿Y como rayos lo voy a saber? —¡Ya te dije que le digas a Martina! —Le grito y mi hijo llora aun más y esa niña comienza a llorar. —¿Ya ves lo que me hiciste hacer? —¡Dios! —Perdón mami. —Sale de la habitación y en eso entra Damián. —¿Por qué le gritas a tu propia hija? ¿Qué te pasa? Nunca eres así con ella. —Está muy molesto. —No la puedo atender como ella quiere, nuestro bebé no deja de llorar. Y eso me desespera. — Y es la verdad. Damián me lo quita de los brazos y lo arrulla, hasta quedarse dormido. —Ahora atiende a R
Narra DamiánNo puedo creer lo que acababa de presenciar, ahora entiendo porque “Dalia” trataba así a mi Rosie, resultaba que todo este tiempo había sido Mariana, y ahora que lo pienso aun seguimos casados.—¿Qué va a pasar con nosotros? —Tengo esa duda.—Bueno… ya no están casados, te hice firmar ese documento sin que te dieras cuenta y así te pudieras casar con Dalia. —¡Claro! Ahora comprendo porque de un tiempo para acá él se veía raro.—Lo siento, Damián, sé que lo que hice estuvo muy mal. —Dice Mariana sin mirarme.—¿Mal? Eso es poco. ¡Fue terrible! —Tan sólo pensar que intimidamos. Y mas que ahora es mujer de uno de mis mejores amigos.—Yo… —Somos interrumpidos.—Me voy. —Dice Dalia sin mirar a nadie. No la puedo detener, me siento una basura por esa traición inconsciente. Pero ¡Car#j@! tomó el lugar de mi esposa.—Hija, no te vayas. Debemos hablar. —Su madre trata de detenerla.—No tenemos nada de que hablar, todo está mas que claro. Además, Mariana y mi… Damián, aún siguen cas
Narra DaliaHoy el pequeño Georgie cumple 6 años y estamos todos aquí para celebrarlo, Damián y Mariana, así como yo, estamos muy felices por él.—Como pasa el tiempo. —Dice mi madre a un lado de mí.—Bastante. —Le respondo con una sonrisa.—Mami, quiero pastel. —Dice mi pequeña Rosie.—Es idéntica a ti, y pensar que me perdí 4 años con ella, pero mas contigo. —Dice con cierta tristeza y yo la abrazo.—Pero ya estás conmigo y es lo que importa. —Le digo y ella asiente con una leve sonrisa.—Y en cuanto a ti, ya no tardamos en servir el pastel. —Me pongo a la altura de mi pequeña y la abrazo.—Está bien. —Me responde.La dejé de abrazar y se va a jugar con su hermanito y sus primitos. Así es, Todas mis amigas se casaron y tuvieron hijos, y se ven muy felices, bueno, a excepción de Jocelyn y Erick, han tenido sus altas y bajas, aunque mas bajas, ella siente que su esposo la engaña con otra mujer, y pues la verdad no metería las manos al fuego por él, pero sólo espero que no sea así.En
Narra Dalia 4 años después… Me encontraba en el centro comercial con mi madre y mi hermana, cuando veo de lejos a aquel hombre que me maltrataba, perdido de borracho. Las miro y parece que no se han percatado de su presencia. —Ya vengo. —Les digo y me voy sin esperar respuesta. —Regáleme una monedita. —¡Dios! Hasta donde ha caído. —¿Qué te pasó? —Le pregunto y me mira, pero al parecer no me reconoce. —No he comido en días, por favor. —¿Y su mujer? ¿Y la casa? Me da cierta tristeza verlo así, a pesar de que siempre me hizo menos, yo lo quise mucho. —Te voy a ayudar. —Digo sin dudarlo. —¿Estás segura, Dalia? —Escucho a mamá junto a mí y yo asiento con la cabeza. —A veces todos merecemos una oportunidad. —Digo mientras le envío un mensaje a la asociación en donde la empresa hace sus donaciones. —Pedí ayuda a una amiga que se dedica ayudar personas en este tipo de situaciones. —Las dos me miran con orgullo. —Eres una persona muy noble. —mi madre me abraza. A los 20 minutos, ll
Narra Damián. Me encontraba en el trabajo, revisando unos documentos y un contrato multimillonario con la empresa internacional “Automotriz Corp.” Pensando en como estarán Dalia, mi esposa, y mis hijos. Ella había sido mi asistente, sin embargo, no tenía quien me ayudaría con mi hijo, George, Marcela se encargaba, pero tuvo que viajar y contraté a Dalia como una madre para mi pequeño. Ella era poco agraciada, y cuando cambió su imagen, no podía creer el parecido impresionante con mi difunta esposa y madre de mi hijo, Mariana. Resultó que eran hermanas, gemelas. Quien lo diría. —Amor mío, si supieras lo feliz que somos, mas no significa que te haya olvidado. — Digo mientras miro su retrato. De repente la puerta se abre y es Joseph, mi mano derecha y guardaespaldas. —¿Qué ocurre? —Digo y veo a mi asistente muy preocupado. —Su… su esposa —no veo nada raro, ella en cierta forma cuida de mi hijo como suyo. —No le veo nada de malo… —Me interrumpe. —Se ha llevado a su hijo. —¡¿Qué dijo
Dos años antes…Narra Damián.Ya estoy cansado de busca a una nueva asistente, ya que la anterior estaba teniendo un amorío con Carlo, el vicepresidente, todos pensaban, incluyéndome, que era real su relación, hasta que descubrimos que era una espía de la competencia. Iba a presentar cargos, pero el idiota de Carlo me pidió que no, ya con el hecho de sacarla de aquí, era suficiente. ¿Qué le pasa? ¿También debo despedirlo para que no caiga en sus redes? Si no lo hago es porque es mi mejor amigo junto con Frank. ¡Dios! Los toques a la puerta de mi oficina me sacan de mis pensamientos.—Adelante. —Digo con voz fría.—Idiota. ¿Qué modales son esos de recibirme? Siempre tan apático. —Tenía que ser el odioso de Frank, de recursos humanos y uno de mis mejores amigos.—No estoy de humor. —Digo y lo escucho bufar.—Como sea. Te traigo a la candidata perfecta para tu asistente. —Dice y me pasa una carpeta, la recibo y miro su contenido.—Es broma ¿Cierto? —Parece una mujer mayor.Veo la foto y
Narra Dalia—¡Rose! Apúrate por favor o se te hará tarde para la escuela. —Siempre es lo mismo con ella.Todas las mañanas debo cuidarla, ya que no tengo un trabajo, y los que había tenido, me corren por falta de presentación en mi apariencia, pues que mal, soy inteligente, además, no pienso verme “hermosa” para eso tengo mi trabajo nocturno, la paga no es mala, sin embargo, no lo suficiente para mis gastos.—Ya estoy lista, mami. —Rose es mi hija de 4 años, el padre de ella nos abandonó por irse con su novio. Muy decepcionante. Ni hablar.Tenía una hermana de la cual no tengo muchos recuerdos, mis padres al separarse nos separaron, he intentado buscarla, pero nada.…Ayer fui a una entrevista de trabajo en una de las empresas más importantes del país, “McCarthy Corporación” dijeron que llamarían, pero debo ser realista nadie me va a contratar mientras me siga viendo de esta manera.—Si no te llegan a contratar, puedes trabajar conmigo. —Me dice la señora Melisa, quien tiene una repos