Pasaron unos 15 minutos donde ya se veían muy alteradas.
- Casandra, creo…
- No te atrevas a decirlo, ¿sabes lo que te pasará?
- ¿Me pasará? – preguntó María confundida - todo fue TU idea.
- Ah, no criada, no tendré problemas con Ángelo por tu culpa, ya que no supiste cuidar al mocoso.
- No perderé mi empleo por una zorra como usted – indicó María, pero justo en eso recibió una bofetada en la cara.
- Date por muerta igualada - Casandra corrió buscando para llegar primero a la empresa y logrando tomar primero el elevador rápidamente y dejando a María atrás burlándose de ella dedicándole una sonrisa burlona. Tras eso buscó fingir estar muy angustiada y hasta llorar un poco apenas las puertas del elevador se abrieron notando para su suerte que Ángelo recién salía de su junta – ¡Ángelo, amor! – gritó corriendo mientras buscaba abrazarse a él.
- Casandra, estate quieta – dijo deteniéndola – estamos en público, ¿qué te pasa?
- Es que María, ella…
- ¿Qué le pasa? – preguntó Romeo, quién frunció el ceño, ya que notaba que algo estaba mal con esa actitud.
- ¡Señor! – en eso vieron que el guardia que debía cuidarlas llegaba corriendo – perdón fui al baño y ellos…
Ángelo miró eso confundido y en eso vio llegar a María igual agitada y angustiada, donde sin dudarlo sujetó con fuerza de los brazos a la castaña.
- ¿Dónde ESTÁ MI HIJO? – preguntó apretando su agarre y lastimándola.
- A… amor… amor me lastimas.
- ¡MI HIJO!
- Señor Barone, perdón yo – dijo asustada la chica, pero se quedó quieta y temblando al ver que el mayor sacaba su arma y le apuntaba.
- MOCOSA, ¿dónde está mi nieto? – preguntó molesto Romeo.
- ¡Giovanni! – grito furioso Ángelo.
- Ya investigó – contestó el nombrado para ir rápidamente con sus técnicos.
- Casandra, no lo volveré a repetir, ¿dónde está mi hijo?
- Ella… Ella lo llevó al parque y lo perdió – contestó temblando y sintiendo un fuerte dolor en sus brazos.
- ¿YO? Usted tomó al niño y lo saco – dijo María empezando a discutir con la castaña, pero el sonido de una detonación las interrumpió.
- ¡CÁLLENSE! – ordenó Romeo.
- Las dos a mi oficina – ordenó enojado Ángelo, quien literalmente empujó a la castaña al interior de la habitación aventándola al suelo, mientras que María corrió asustada al seguir amenazada y hasta la secretaria le estaba apuntando con un arma para evitar que escapara.
Ambas mujeres estaban algo asustadas, porque algo básico que sabían todos los que trabajaban y conocían de forma personal a la familia Barone… es que la empresa de tecnología era una fachada que les ayudaba en sus negocios reales, ya que ellos eran una mafia poderosa, teniendo múltiples aliados incluyendo políticos y militares de alto mando. Así que los Barone si deseaban podían desaparecer a alguien y no pasaría nada.
La puerta fue azotada con fuerza y Ángelo se sentó en su silla detrás de su escritorio mirándolas con odio.
- Entonces… ¿DÓNDE ESTÁ MI HIJO? – preguntó gritando hacia las personas que tenía en frente, quienes temblaron al momento.
- Señor… yo no… - empezó a decir María – yo no perdí al joven amo, ella me ordenó que lo dejara a su cargo… que ella se encargaría de él – indicó señalando a la otra persona.
- ¡Qué!, Ángelo, mi amor, esta criada miente – indicó Casandra asustada.
- NO MIENTA señora, usted me dijo que me fuera por su café y que le dejara al joven amo.
- Por supuesto que no, yo jamás…
- ¡¡¡CÁLLENSE!!! – ordenó furioso Ángelo – NO ME IMPORTA SUS QUEJAS, ZORRAS… LO ÚNICO QUE QUIERO SABER ES ¿DÓNDE ESTÁ MI HIJO? – indicó con voz tétrica haciéndolas temblar otra vez.
- Es obvio que las dos estúpidas perdieron a mi nieto – dijo Romeo molesto, pero buscando estar en calma – es decir, que ELLAS NO NOS SIRVEN – opino con una calma y frialdad, que asustó a ambas.
Esas palabras hicieron eco en ambas mujeres, quienes notaban que era su final.
- Creo que mi padre tiene razón – habló con calma, Ángelo, a la vez que sacaba su pistola, del interior de su saco, para luego apuntar primero a María y de un disparo cayó al suelo, muerta con un perfecto tiro en la cabeza.
- A… Ángelo… mi… mi amor… yo no…. – Casandra habló temblando al ver que ahora el arma estaba apuntándole a ella y podía notar en la mirada del pelinegro no había ningún atisbo de piedad, sólo reflejaban una gran frialdad e indiferencia hacia su persona, momentos después cayó muerta al lado de la otra.
- Tch, por eso te dije que escogieras mejor a la niñera de MI NIETO – habló Romeo molesto – esta idiota se dejó influenciar por esta puta barata – habló señalando los cuerpos en la alfombra a mitad de la oficina - y ahora mi nieto está perdido.
- No me lo tienes que repetir – dijo molesto Ángelo mientras avanzaba al teléfono de su oficina – ¿ya lo encontraste Giovanni?
- Ya vi las cámaras de seguridad, fue culpa de Casandra, ya que el guardia solo se ausentó unos momentos porque fue al baño, pero ya maté al imbécil que no lo suplió y no reportó la ausencia de ellos porque ya había tenido su encuentro feliz con tu ex-amante – mencionó – estoy hackeando las cámaras de vigilancia de la policía para seguirlas.
- Me mantienes informado de tus avances – ordenó Ángelo – y mándame a Luciano a que limpie mi oficina.
- Ok – formuló Giovanni terminando la llamada.
Ángelo estaba furioso y busco pararse para caminar hasta la puerta.
- ¡Quieto! – le ordenó Romeo.
- ¿En serio? Mi hijo está perdido y…
- Y te quedarás aquí, todos tus subordinados lo están buscando, pero tú te mantendrás la calma o deseas que todos sepan que tu hijo está perdido en la ciudad. Sé lo frustrante que es, pero como jefe debes estar en calma y sereno, confía en tus amigos.
- Sí… – dijo molesto mirando con odio los cuerpos de las mujeres, justo en eso tocaron la puerta – pasa – ordenó.
En esos momentos la puerta se abrió dando paso a un hombre alto, de piel morena, cabello color castaño corto, ojos color café.
- ¿Me llamaste? – hablo entrando y mirando los cuerpos por unos segundos para centrar su atención en sus jefes.
- Sí, Luciano, por favor llévate eso de mi oficina y pide al de limpieza que venga a limpiar y cambiarme la alfombra – indicó dejándose caer en su silla mientras cerraba los ojos.
Luciano solo asintió y empezó a llamar para limpiar el lugar, ya que sabía que la situación era delicada en esos momentos y lo menos que uno debía hacer era opinar o contradecirlo.
Por su parte, Giovanni, estaba con sus técnicos donde logró rastrear los pasos de ellas.
- Señor – habló uno de los técnicos, que estaban trabajando para buscar al menor.
- ¿Qué hallaron? – preguntó Giovanni.
- Aquí, ellas lo llevaron al parque, al parecer Casandra dejó al niño en el área de juego con otros menores – explicó mostrando las imágenes – aquí se ve como ellas discutieron y la niñera fue a la cafetería.
- Bueno, Casandra siempre se creyó la señora Barone y daba órdenes a quienes se dejaban intimidar por ella – dijo aburrido Giovanni.
- Aquí ella se alejó un poco para hablar por teléfono y después la madre de los otros niños los llamó, el joven amó al verse solo empezó a buscarlas, pero se ve que quiere llorar al pensar que está solo porque no puede verla y empezó a caminar – explicó.
- Por dios… - dijo asustado al ver que el castaño solito empezó a andar y cruzó la calle; algo que le hizo enfurecer, ya que el niño podría estar lastimado en esos momentos o peor… – síganlo y denme su ubicación actual – ordenó.
- De hecho, jefe… - mencionaron donde con otras cámaras lograron ver al pequeño que era recogido por una chica desconocida.
- ¡Qué carajos! Quiero saber todo de ella, PERO YA: nombre, dirección, edad, si pertenece a una mafia, su ubicación actual… ¡TODO!
- Si – dijeron empezando a teclear para buscar a la chica y saber su ubicación actual e igual buscar su identificación con la información del registro de personas de la base de datos del gobierno.
- Jefe.
- ¿Qué encontraste de esa mujer?, dame todo lo que tengan de ella.
- De hecho, está aquí.
- ¡QUE!
- Si mire – indicó mostrando las cámaras donde se veía a la pelinegra entrar con el pequeño castaño entre sus brazos y noto que tenía una tarjeta en sus manos.
- No digan nada, yo iré a interceptarla, vigílenla y si ven que sale llaman Luciano para que la atrape – ordenó, corriendo a la entrada principal de la empresa.
Ignorando el caos que se estaba desarrollando unos pisos arriba de ella, Stefanie en ese momento tenía “otros” problemas, ya que estaba aguantándose las ganas de mal contestarle a esa mujer porque acababa de insinuar que ella era una ofrecida. - Creo que estás confundiendo las cosas – opinó Stefanie. - ¿En qué?, se ve que eres una ofrecida más que desea atención por parte de mi jefe para tener su vida asegurada – indicó con arrogancia la rubia mirándola con superioridad. - “El león cree que todos son de su misma condición” – se burló la pelinegra, notando que sus palabras hacían enojar a la rubia – pero como te dije antes necesito hablar con esa persona, porque necesito preguntarle algo importante. - M*****a gata corriente, ahora mismo te enseñaré tu lugar – mencionó enojada tomando el teléfono para llamar a seguridad y que echaran a la pelinegra del edificio. Justo en eso las puertas del elevador principal se abrieron dando paso a Giovanni; quien se miraba agitado, pero aliviado
- Señorita, él es el señor Ángelo Barone –, indicó Giovanni presentando a su jefe, mientras hacía una reverencia y se retiraba… aunque eso era en apariencia porque se quedaría detrás de la puerta con su arma lista, por cualquier cosa – Alessia necesito toda la información que conseguiste.- Ya estoy sacando el reporte e igual busqué ponerle un virus de rastreo en su teléfono – indicó la chica de forma seria, quien igual se quedó alerta con su arma en mano y cargada, por cualquier cosa.- Mucho gusto señorita – mencionó Ángelo colocándose de pie.- Tú eres el padre del pequeño – afirmó ella, al ver el obvio parecido entre el castaño y el pelinegro.-Si, así es – indicó sonriendo buscando acercarse para ver a su pequeño - soy el padre de Jin, gracias por encontrarlo – dijo extendiendo sus manos para tratar de tomar a su hijo, pero noto que la chica le miraba mal y no soltaba al pequeño.- Sabes no porque tengas dinero deberías descuidar de esa forma a un niño pequeño – le regaño donde Á
Por su lado, Stefanie, miraba su teléfono y consultaba el buscador local para ver los lugares que tiene cerca o un lugar económico para comer, luego buscaría retomar su viaje por las librerías cercanas para ver precios e igual ver en las tiendas de segunda mano para empezar a crear un presupuesto. Lamentablemente de nuevo la vida no quería que hoy fuera a ver sus asuntos porque apenas estaba por cruzar la calle, cuando sintió que alguien la sujetó con fuerza de su brazo izquierdo y la giró, donde ella estaba lista para golpear a esa persona, notando que era el abuelo del pequeño castaño. - Suélteme – dijo enojada ella buscando zafarse. - ¿Qué le hiciste a mi nieto? – preguntó mientras rechinaba sus dientes por el enojo. - ¿Qué? – pregunto confundida ella y en eso vio que igual padre e hijo llegaban a donde estaban, donde el pequeño Jin busco abrazarse a ella tratando de calmar sus lágrimas. - Mami, mami – le llamaba entre lágrimas. - … - Stefanie miro confundida esta situación, q
Stefanie llegó a casa y agradeció que la llevaran a su casa, ya que el sol se había ocultado, realmente deseaba golpear e insultar a esas personas, pero sabía que ese chofer no tenía la culpa, por lo cual solo les dio las gracias y se giró para entrar a su edificio. Miro hacia arriba, notando el humilde edificio de departamento, se veía un poco deteriorado, pero era lo que podía pagar en esos momentos. Subió las escaleras y llegó al departamento número 23, sacó sus llaves e ingreso. Su departamento era algo humilde: solo tenía un refrigerador viejo, estufa y fregadero que poseía el lugar, adicional una pequeña mesa, un televisor algo viejo, un colchón individual sin una base y un mueble de plástico donde estaban acomodadas sus ropas, otro mueble donde tenía guardados los químicos para limpieza del hogar, jabón para ropa y platos y un escritorio algo dañado donde estaban guardados sus libros. - Ah… todo un día desperdiciado – dijo triste para sí mientras dejaba sus llaves en la mesa
- Es decir, que no me dejas opción – menciono ella mirando que para ellos era normal esas amenazas.- Vamos no soy mala persona, si lees bien el contrato ganaras más de lo que ganabas en ese trabajo mediocre que tenías e igual vivirás aquí con todos los lujos – menciono con burla - algo mucho mejor que habitación de pordiosera en la que estabas con ese simple colchón viejo.- … - Stefanie solo frunció el ceño mirando mal al pelinegro antes de bajar su mirada para ver la carpeta – y tendré horarios laborales normales o ya me condenaste a vivir atada a esta casa y a tu hijo – hablo empezando a leer el contrato.- Bueno los horarios y días libres dependerán de que tan bien cuides a mi hijo y que no nos traiciones.- ¿Traicione?- Pese a que eres una civil normal, sé que todos somos humanos y existen las tentaciones, algo que siempre aprovechan mis enemigos para motivar a las traiciones y en tu caso podrían motivarte para que dañes a mi heredero.- Eso suena rastrero.- Pero así es nuestr
- Bueno, ahora es oficial, así que Stefanie Caruso bienvenida a la familia Barone – indico girándose para salir del lugar.- Espera un momento – dijo ella deteniéndolo.- ¿Y ahora qué? Ya no aceptare más clausulas y quejas, porque ya firmaste.- Si sabes que no se nada de esta casa, al menos enséñame lo básico con respecto a la estructura o si hay lugares prohibidos en este lugar – dijo ella mirándolo con la ceja arqueada.- Ah eso… hehe ups tienes razón – indico riendo nervioso el pelinegro, olvidando ese detalle.- Así o más distraído – se burló Romeo, quien se retiró de la habitación para regresar a la suya para dormir un poco.Tras reírse de sí mismo, Ángelo aclaro la garganta y guio a la chica por el lugar, empezando por decirle que su habitación estaría al lado de la de Jin, por obvias razones; le indico que en ese mismo piso estaban las habitaciones de ellos y obviamente no tenía permiso de entrar; de ahí pasaron a la planta baja mirando: la sala, los jardines para que jugara c
En que esperaban le dio al castañito unas uvas para que comiera, quien estaba feliz de esos mimos, tras pasar unos 30 minutos termino de hacer la comida para ambos notando que Ángelo llegaba e igual Romeo.- ¿Que es ese olor? – pregunto curioso Romeo acercándose a ver le cuenco de sopa de su nieto.- Am am abbb – le contesto mostrándole que ya sujetaba su cuchara para comer.Romeo sonrió acariciando el cabello de su pequeño.- Huele bien, ¿qué es? – pregunto Ángelo, quien se sentó a la derecha de su pequeño.- Hice consomé de pollo con arroz y verduras – indico Stefanie, mientras se acercaba para colocarle un babero al castaño, quien estaba emocionado.- ¿Tu cocinaste? – pregunto Romeo frunciendo el ceño.- ¿Porque no te hizo algo el cocinero? – pregunto Ángelo, quien igual se notaba molesto por ese detalle.- Me dijeron que si deseábamos comer que yo misma lo hici…- Señor Ángelo – le interrumpió la sirvienta, quien llegaba seguida de otros cocineros con bandejas de comida – perdón a
Ángelo solo sonrió divertido ya que le parecía curioso como reacciono y que no opino; algo que le gustaba mucho e igual opto por ir a dormir ya que mañana temprano debía dar algunas “liquidaciones”Justo en la madrugada se podía apreciar como algunos cuerpos eran sacados de la casa en bolsas de basura, ya que al investigar la gran mayoría de esos trabajadores habían robado los juguetes del cuarto de Jin.Al día siguiente Stefanie se despertó temprano para arreglarse e ir a revisar a Jin ya que aún no sabía los horarios del castaño, donde al entrar lo vio dormido, provocando que sonriera y con cuidado acomodo las cortinas para que el sol no le llegara a dar de golpe a su rostro, para luego girarse y a buscarle algo de ropa en su armario, aunque fue grande su sorpresa al ver que este parecía otra habitación solo que esta era exclusivamente para ropa, zapatos y accesorios.- Esto es un exceso… - dijo mirando la gran cantidad de prendas; tras un rato encontró un atuendo ligero para que sa