La Mañana siguiente… Grace no se iba a quedar cruzada de brazos con toda la información que tiene en su poder, la utilizará en contra de todos. Desde ya se encuentra en la oficina, del enemigo número uno de Tony, quien es el líder de la competencia de “Un nuevo tiempo”, se trata de Dominick Lance, el CEO del diario “La Verdad” siempre a rivalizado con Tony. sin embargo, Anthony nunca le ha prestado atención a esa competencia tan absurda. —¿Querida Grace y eso que te trae por aquí? —la mira muy sonriente y algo confuso. —Te tengo una noticia, que te hará muy rico—arquea la ceja. —Me encanta cuando vienen hablarme de millones, eso me pone de muy buen humor. —Prepárate entonces, porque estarás todo el día sonriente. —Me tienes en ascuas, querida—demuestra Dominick su ansiedad. —Se trata de tu archirrival Anthony Hufman. —Hasta donde tengo entiendo, te la llevas muy bien con ellos, hasta se dice que podrías ocupar el puesto de esposa, que dejó vacante Micaela, quien en paz descanse
Apartamento de Sofía. A Sofía no le quedó más remedio, que aceptar ver a Ana, está muy nerviosa ya que han estado muy ausente los últimos días. Danielle todavía no le dice a Ana, en que trabaja está realmente ¿Le dirá Sofía a Ana toda la verdad de donde labora? Llegan Danielle y Ana. Tocan el timbre de inmediato, al abrirse la puerta, Ana mira a Sofía con recelo y ella se encoje e hombros. —Estoy muy molesta contigo, no entiendo porque no me atiendes el celular y de paso hasta te mudaste sola sin decirme. Como es posible, que Danielle está al tanto de lo que ocurre contigo antes que yo—la mira Ana algo irritada y Sofía se apena. —Perdóname amiga, no te molestes conmigo ¿Qué tal esta mi apartamento? —busca de persuadirla para evitar su enfado. —Muy bien. Quiero una explicación razonable, sino dejamos nuestra amistad hasta aquí—dice Ana descontenta. —Lo siento Ana, tengo mucho trabajo y también tuve muchos problemas con mis padres. Perdóname si—suplica Sofía cruzando sus manos. —D
Rebecca va a enfrentar a Tony, presume que su relación con Ana no está bien. No comprende todavía el tema de su embarazo y que Tony sea el padre de sus hijos. Al llegar a la habitación, ya Tony estaba profundamente dormido, motivado por el cansancio y las contradicciones de día. Sale de inmediato con una sensación de inconformidad, por no haber logrado su cometido de enfrentar a Tony. Sin embargo, siente una calma en su interior, al haber aclarado su situación con Alfred, se reconforta nuevamente, su relación con ese muchacho, por ahora se muestra placentera. No obstante, está convencida que todo puede acabar muy pronto. Juzga a su hijo con severidad, cuando ella también le ha fallado a la confianza, que Tony ha depositado en ella ocultándole, que mantiene una relación secreta con su mejor amigo e impidiendo, que Alfred también les revele ese secreto a todos. ***** Amanece muy de prisa, Ana mira el reloj y siente que es tardísimo, para ir al trabajo, se arregla velozmente y Abel le
Mansión Hufman. Llega muy temprano, el doctor con una ambulancia, Rebecca entra en pánico al verlos y de inmediato pregunta: —¿Qué pasa Timothy? —Debemos de hablar muy seriamente Rebecca—la madre de Tony palidece y se internan, por un momento en la sala. —Como lo temía, Tony tiene leucemia. —¡Oh Dios mío! —rompe prontamente en llanto. —Cálmate Rebecca, que no todo está perdido. Voy a internar a Tony ahora mismo, para iniciar con el tratamiento así salvamos su vida, no podemos perder tiempo. Vamos a ver a Tony. Suben a la habitación, al lado de Tony se hallaba, Grace fingiendo preocupación junto con Alfred, quien no se ha movido de su lado. —Buen día a todos—saluda el doctor—Tony vine por ti, para internarte en el hospital. —¿Tan grave es lo que tengo? —pregunta Tony, con la voz entrecortada. —Tienes leucemia Tony. Aún estamos a tiempo de combatir la enfermedad. Me avisas, cuando estés listo, vine con la ambulancia. —¡Demonio! —musita Grace. —¿Qué dijiste Grace? —pregunta Al
Ya se encuentran todos en el hospital, Grace y Rebecca se hallan aisladas del resto. Las miradas entre ellos son muy trémulas. La malévola de Grace, por su parte aviva la antipatía en Rebecca. —No entiendo, ¿por qué le permitiste la entrada a esta chusma? —No se las puedo prohibir. A mí también me incomodan y más esa muchachita embarazada. Sabrá Dios de quien y se lo quiere achacar a Tony. —¿No te entiendo? —pregunta Grace con confusión. —Ay querida, con todo lo que le pasó mi hijo, se me olvido decirte. Que yo estuve en su oficina y me presentó a esa mocosa como su prometida y la madre de sus hijos—Grace conoce toda la verdad, pero se hace la desentendida. —Tony definitivamente está delirando ¿Cómo pudo haber embarazado a esa muchacha? —Sé que es mentira conozco a mi hijo. A lo mejor lo envolvió aprovechándose de su buen corazón, para darle un padre de sus hijos. Solo Dios sabe, quien es el verdadero padre, de esas criaturas—musita Rebecca con soberbia. —¿Hijos? —Sí, Tony me d
Han pasado tres días, desde que Tony se encuentra internado en el hospital, según los pronósticos del oncólogo, presenta una ligera mejoría. Sin embargo, hay que todavía esperar, a que el tratamiento continúe haciendo efecto. Alfred, es quien está a cargo del periódico y los ha reunido a todos, para informarle del estado de salud de Tony, y así apaciguar los rumores por su repentina ausencia. Minutos más tarde… Al salir de la reunión, Matilde siente una ligera culpa, ya que está conspirando junto con Grace, para destruir la relación de Ana y Tony. De la nada su pifia hace estragos en su mente, detiene a Alfred con evidente preocupación: —Licenciado Gibs espere, ¿dígame Tony se va salvar? —No lo sé Matilde, pero si realmente aprecias a Tony, reza mucho por él. La intercesión divina, es fundamental para que sane. —¡Santo cielo! Pobrecito, Tony es muy buen hombre. —Qué bueno que lo reconozcas—le da una ligera palmada en el hombro e ingresa, de inmediato a la sala de redacción, para
Ana queda petrificada, al ver a un costado como Alfred, beso rápidamente a Rebecca en la boca. Sostiene su vientre de la impresión y se dice mentalmente: «Esa señora me juzga a mí, cuando la que le está fallando a su hijo es ella, no entiendo a Alfred, si él adora a mi prometido, no puedo creer lo que acabo de ver». Se muestra Ana contrariada. De inmediato Alfred, se le acerca ignorando lo que Ana vio: —¿Cómo sigue Tony? —Un poco mejor, pero el doctor le prohibió las visitas. Solo entré por un momento y salí muy rápido. —¿Si quieres te llevo al periódico? —le propone Alfred. —No gracias, Danielle viene por mí—lo mira con recelo. —¿Te pasa algo Ana? Te noto extraña. —Bueno Alfred, yo no soy tapadera de nadie, ahí te va. Te vi cuando besaste en la boca, a la madre de Tony—Alfred, abre los ojos como un plato. —Ana te lo ruego, no le cuentes esto a nadie. Cuando Tony mejore, prometo decir la verdad. Yo amo a Rebecca, entiéndeme—manifiesta con nerviosismo. —Eso lo puedo entender.
Como era de esperarse, los integrantes de los tres mosqueteros, en nombre de su fiel amistad, no iban a dejar impune la vil calumnia, que incidieron en contra de Tony. Por lo que, desde ya se hallan en las instalaciones del diario “La Verdad” para ser atendidos, por Dominick y encararlo de una buena vez. Se sitúan en la sala de espera, para que Dominick los reciba. A la distancia, una tímida mujer los observa tiene intenciones de aproximárseles, pero por alguna razón, se detiene y continua con sus labores. —Aquella chica de rojo, nos mira como raro. Como si quisiera decirnos algo—intuye de inmediato Justin. —Aquí en este diario, todos deben de ser muy raros, para trabajar en un lugar tan sucio como éste. No le hagas caso, son suposiciones tuyas—Alfred no le presta atención a su suspicacia. —Seguramente. Tengo unas ganas, de partirle la cara a el miserable de Dominick. —Cálmate Justin, si te traje a ti justamente, fue para mediar y para denunciar, si es posible a ese cretino, no co