La chica se quedó viéndome por unos segundos con el rostro pálido, para luego emitir en un tono de voz pendenciero:
—No creas que eso me importa o quiera estar... —titubeó un momento —. Tu dulce compañía, los viejos y yo no tenemos temas de conversación en común... a excepción de mis abuelos, en cambio, contigo no hay nada de lo cual hablar.
Me quedé observándola enojado. Esta condenada mocosa lograba irritarme de una manera sorprendente, estaba hasta los cojones con su actitud —Entonces ¡¿Qué carajos buscas?! —Indagué sin dejar de mirarla.
—La cocina... para preparar comida — balbuceó, iba a darse la vuelta para alejarse, pero uno de sus pies se enredó, habría caído de bruces, si no la hubiese sostenido con fuerza por la cintura, la cual llevaba descubierta; pues la blusa, le quedaba un poco por encima del ombligo dejando a la vista un trozo de piel hasta sus caderas; lucía un pantalón corto de mezclilla a esa altura.
Nunca antes tuve una lucha entre mis deseos; el cuerpo pedía una cosa y la conciencia deseaba otra. De hecho, durante toda la vida estuve acostumbrado a tomar todo aquello cuanto me provocaba, sin pensar nunca en las consecuencias de mis actos, a decir verdad, eso jamás tuvo importancia, pero esta vez era distinto, existían muchos factores involucrados.Podía muy bien tomarla y pasar la página como era costumbre, no obstante, había algo impeliéndome a hacerlo, entretanto, la metiche conciencia, recriminaba mis actos impidiéndome avanzar. Me repetía una y mil veces, la dejara en paz, porque eso no estaba bien. Sin embargo, esta chiquilla era una tentación andante; le murmuré al oído mis pensamientos, como un último intento de hacerla huir y separarla de mí, ella no se inmutó, por el contrario terminó aferrándose más a mi cuerpo, eso desat&
Salí corriendo de la habitación cuando vi la escena desarrollada frente a mis ojos, él muy libertino estaba desnudo exhibiéndose frente a ellas, observándolas desnudas «¡¿y no es que no le gustaban las chiquillas?! »Pensé con rabia, los oí correr tras de mí, no obstante, aceleré mis pasos mientras bajaba la escalera. — ¡Camil! ¡Camil! Por favor párate y escúchame, las cosas no son como las estás pensando, ni como parecen, lo visto no significa nada — me decía el descarado, pensando en convencerme, pero yo estaba negada a escucharlo, total no tenía porque darme explicaciones a mí. Mientras iba camino a la piscina, comencé a recordar todo lo sucedido durante toda la semana con Camillo, nuestras discusiones, sus continuas ofensas donde el muy idiota me fastidiaba diciendo que besaba como chiquilla y no le gustaba, porque estaba acostumbrado a besar a mujeres hechas y derechas, nunca podía contenerme frente a él, el mismo día de llegar
Estaba deleitándome acariciando sus turgentes pechos, coloqué una mano en cada uno de ellos, comencé a frotarlos mientras los veía con deseo, su color perlado con su cúspide rosa pálido, me encendían de una forma inimaginable, mi pene estaba totalmente erecto, entretanto ella se mecía encima de mí, sus movimientos, adelante y atrás estaban a punto de acabarme, teniéndome al borde del precipicio, pasaba sus manos por mi pecho arqueando su espalda para darme mejor acceso a sus tetas. Metí primero un pezón a la boca, jugueteé con el, delineándolo con la lengua, para luego dirigirme al otro y darle la misma atención. En definitiva estaba en el cielo, había muerto y me habían llevado al paraíso para probar el dulce sabor de su piel; enloquecido por la pasión, sumergido en deleitarla, a la vez disfrutar con su cuerpo, no escuché pasos, tampoco me di cuenta de alguien acercándose, pero era así: en todo paraíso siempre se hallaba una serpiente, en ese momento allí fre
Ren observó a Briggitte y se le enfrentó con Rabia, mientras declaraba molesto. —¿De qué novia hablas estúpida? Si no llego, de seguro en este momento Camillo y Camil estuvieran follando como conejos. — ¡Pues no es así! ¿Acaso no lo sabes? Val y yo somos bisexuales y a Camil solo le gustan las mujeres? Además ella no tiene nada con Camillo, pues ella es mi novia —. Tanto Camil como yo, nos quedamos sorprendidos ante su agilidad para mentir —, por mi parte, sabía donde ellos estaban. »Tu tío solo intentaba cambiar los gustos de Camil por las mujeres, tú sabes cómo es él, se cree muy irresistible, al punto de pensar, puede volver heterosexual a las lesbianas, piensa es el macho más irresistible de todos, aunque viendo su anaconda, si, es capaz de hacer cambiar de opinión a cualquiera, menos a Camil —habló con picardía mirándome la pelvis mientras se relamía los labios. » Entonces hicimos
Me quedé observándolo, atenta a la respuesta, pero él permaneció en silencio, no quiso darme la cara e intentó evadirme la mirada, no soy tonta, algo estaba ocultando y los engranajes de mi cerebro empezaron a moverse, repetí mentalmente: “Ivanna sep. 35”, ¿Quién será? ¿Acaso es la misma mujer con quien lo encontramos follando en casa de mis padres? Sé que Camillo y yo no tenemos aún nada, todo se trata de una muy fuerte atracción y de un deseo inmenso, el cual nos consume y nos impele a estar juntos, mas no pude evitar, sentir escozor, al saber de sus contactos con otras mujeres y más cuando se pone tan nervioso por una simple llamada; Después de todo, pensé, el abismo de nuestra edad y experiencias si pesaban.—Lo siento Camil, voy a atender esta llamada con permiso —expresó rascándose la cabeza en un
Llegué con Ivanna a La Cábala el mejor centro nocturno de la ciudad, luego de haber cocinado juntos y de pasar una tarde charlando y sobre todo interrogándome sobre Camil; terminó convenciéndome de ir a bailar alegando, era parte de mi castigo por haberla dejado encendida y visto que ella tenía muchos deseos de bailar, no me quedó más remedio, sino acceder a su petición y acompañarla. Eran las once de la noche cuando entramos al lugar, estaba atestado de gente, en apariencia no cabía ni una persona más, ambos pedimos un par trago de whisky a las rocas y luego de tomárnoslo, nos fuimos a bailar. Ivanna se movía al ritmo de la música de manera muy sensual mientras yo seguía sus pasos. Sin embargo, no dejaba de pensar en Camil, deseaba tanto estar en mi casa con ella, poco me importaba si era hablando, observándola o besándola, me era indiferente y solo añoraba estar junto a ella. Luego de tres canciones bailadas, observé a un extremo de la
Su atrevimiento causó mi desconcierto por un momento, pienso ya no hay rastros de licor en su sangre, para actuar de esa manera, pero ella adivina mis pensamientos.—No estoy ebria, si estás pensando eso, además estoy poniendo en práctica la lección de mis amigas, “si solo quieres al tipo nada más para follar, sin romanticismo ni nada de esa mierda, sé directa y ve por lo que quieres”, no quiero nada de cursilerías románticas, solo quiero sexo y ya ¿Estás dispuesto a complacerme o debo ir a buscarlo en otra parte, por ejemplo al tipo de anoche? —pronunció mientras no dejaba de moverse encima de mí.Sus palabras me dejaron descolocado, los engendros se las traían, estaban haciendo de la ingenua Camil un demonio como ellas y eso de manera incomprensible causaba mi excitación y desagrado en partes igual
Cuando Camil escuchó la voz de mi padre, tomó una sábana, cubrió su cuerpo y salió corriendo al baño, dejándome en la habitación para enfrentarlo, la diferencia del tiempo entre su salida y la entrada de mi papá apenas fueron milésimas de segundos.Cuando entró, movió negativamente la cabeza.—¿Cuándo vas a permitirte madurar Camillo Alonso? ¿Cómo es posible? La empresa esté pasando por una gran crisis mientras tú estás viviendo tu vida cuan adolescente? ¿Qué mierda significa esto? —me lanza en la cama un tabloide.Lo tomo, al abrirlo aparezco golpeando al hombre con quien tuve problemas en la madrugada y luego saliendo del club cargando a Camil, para mí buena suerte no se le visualizaba el rostro.—Esto no es totalmente cierto, so