UNA SEMANA DESPUÉS
Cuando desperté estaba en una pequeña habitación, con unas paredes pintadas en tono pálido, la decoración era bastante austera, muy limpia, pero sin nada de lujos. Busqué en mi cerebro información sobre mí, pero todo estaba totalmente en blanco, no encontré en el, ningún dato que me sirviera para dilucidar las numerosas preguntas que revoloteaban en mis pensamientos, deseando ser respondidas, no sabía nada de mí, ni siquiera cómo me llamaba.
Pasaron unos días más y por fin Lola se había dignado a encontrarme una muda de ropa, mientras tanto durante todos esos días estuve con la ropa con la cual me encontró. No sabía de donde la había sacado, pero lo que si era cierto es que me sentía extraño vistiéndome de esa manera, aparte de que todo me quedaba pequeño, tenía la impresión que de la vida de donde venía, no utilizaba ese tipo de vestuario, me miré al espejo y no pude evitar reírmeAl salir de la habitación, Lola abrió los ojos sorprendida—Definitivamente hermoso, el muerto era más pequeño tú —pronun
La mujer después de tirarme su comida encima me observó enfurecida y yo no entendía un carajo lo que estaba pasando. Observé a mi amiga confundido, quien en vez de decir algo en mi defensa se estaba gozando el momento riendo a carcajadas, la miré con cara de rabia y eso la frenó un poco.Luego me levanté de mi asiento, me sacudí los restos de bebida y alimentos y me dispuse a enfrentar a aquella chiquilla loca, encontrándome con los ojos azules más hermosos que recordaba haber visto en mi vida. Me sumergí en ellos como en un oasis sediento, al instante sentí mi pecho palpitar con furia y mi amiguito erguirse orgulloso, y de pronto, me p
Me levanté temprano a realizar el desayuno, quería salir a buscar trabajo, pero Lola me persuadió de que era mejor ir a hasta algún departamento policial a buscar información sobre mi identidad y al final decidí tomarle la palabra.La mañana fue transcurriendo y aún no me había atrevido a salir, me sentía un poco nervioso de lo que pudieran decirme, tenía esa leve sensación de que prefería no recordar. Cuando estaba a punto de salir, escuché que tocaban la puerta, me dirigí a la sala para abrirla, al hacerlo estaba un hombre un poco más bajo que yo cabello castaño claro y ojos azules. Fruncí el
La observé mientras se alejaba corriendo sin saber que hacer, mis palabras no habían salido con intenciones de lastimarla o hacerla molestar a ella, sino a su padre, pero ahora la princesa había malinterpretado todo.—¡Mierda! ¡Mierda! —exclamé impotente.—Definitivamente que eres un bruto, te has jodido tú mismo y aunque ahora no recuerdes, te juro que cuando llegues a hacerlo, te vas a arrepentir de este momento —me dijo Felipe burlándose de mí y
La actitud de Felipe me estresaba, estaba claro que solo buscaba la manera de provocarme, pero en este momento no estaba para eso, mis pensamientos y mis sentimientos estaban centrados en poder evitar que Camil se fuera del país, estaba dispuesto a todo por ella, sería capaz de firmar un tratado de paz con el mismo demonio, que lo era para mí su padre, si con solo eso lograba recuperar a mi mujer.—¡Felipe por favor! —exclamé exasperado—. Te lo pido desde lo más profundo de mi corazón, que no dejes que se vaya, haz todo lo que esté a tu alcance, pero evita la partida de Camil, si no lo quieres hacer por mí, por lo menos hazlo por ella, esto
Camil me observaba con una sonrisa y allí sentí como mi alma regresaba al cuerpo, este había sido uno de los momentos más estresantes de mi vida, superado solo por la ocasión cuando fui arrastrado por la corriente y creí terminaría muriendo. Ella caminó hacia mí lanzándose en mis brazos, la recibí alzándola y besándola entretanto le decía, —Te amo mi amor, no sabes cuán grande es mi felicidad, por volver a estar juntos y esta vez para siempre. Las personas presentes en el avión se levantaron y empezaron a aplaudirnos mientras sonreían felices, sin molestarse porque hubiésemos causado un retraso en su vuelo. Mi novia, pronto esposa, comenzó a caminar sin soltarse de mí a la salida del avión, cuando estuvimos fuera de la cabina se detuvo conmigo a un lado mientras me decía. —Te amo muchísimo y por supuesto, quiero casarme contigo, quiero ser tu esposa, la mujer de tu vida
No podía cree el atrevimiento de esta mujer, eran tan irritante sus palabras, no pude contenerme y le expresé: —No entenderías como Camil me atrapó, porque tú no tienes la mínima noción de eso, pero tal vez diciéndote trates de buscarlo en algún lado, porque se nota lo falta de el, con amor Franchesca. Esa es la clave de la felicidad, de eso Camil te puede dar grandes lecciones, porque veo tú solo eres experta en atrapar hombres utilizando los hijos como señuelos —enuncié en el mismo tono. —¡Ay Camillo! —exclamó con burla—. ¿Qué pasaría si yo abro mi boca y suelto una muy grata sorpresa? me gustaría ver sus caras. A excepción de la chica esta —expresó señalando a Camil—, los demás son una b****a, hasta tu hermanita —habló mirando a Brigitte—. ¿Qué se siente que te haya arrebatado al hombre a quien amabas? —¡Tú no eres mi hermana! Eres simplemente la hija del cerdo con el cual se casó mi madre —expresó la chica con
NOTA Antes de comenzar a leer esta historia es necesario que haya leído Venganza Equivocada, Amor Inesperado, Rinascere y Tras Tus Huellas, para poder entender esta. ***** Me encontraba en mi casa armando las últimas piezas de un proyecto de construcción de un vehículo, el cual comencé a armar hacía unos meses atrás. Vivía solo en una mansión ubicada en una de las zonas más costosas de la ciudad, Piazza di Spagna. ¿Quién lo iba a pensar? Camillo Ferrari a pesar de tenerlo todo no tenía nada. Mi vida profesional era un completo éxito, no solo era ingeniero automotriz, también había estudiado administración de empresas y aún seguía al mando del emporio de los Ferrari. Había