CAPÍTULO 21. DESPERTAR AL DEMONIO

Iba en el taxi con destino a la oficina de Camillo, me sentía incómoda con ese sobretodo, porque debajo solo cargaba un conjunto de ropa interior y ligueros que me había comprado Briggitte, no estaba segura si esto sería una buena idea, durante toda la noche había velado en mi habitación, esperado con ansias su llegada para ir a su encuentro, sin embargo, las horas fueron pasando y no apareció. Supuse que fue porque tenía mucho trabajo en su taller y no quise molestarlo allí, pensando que quizás era importante lo que estaba haciendo.

Por e

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