⋘FABIO⋙Me dejo caer en el sillón de mi oficina, ni siquiera soy consciente de cómo hago para llegar allí. Las palabras de Aline siguen golpeando mi cabeza, haciendo trabajar a mi cerebro. ¿En qué pensaba Cristiano para entregarle el 10 % de las acciones de su empresa a Teodoro Costa por Livia? ¿Qué otro tipo de tratos estaba llevando a cabo a sus espaldas?¿Decepcionado?Sí, me siento muy decepcionado del proceder de Cristiano y de la falta de comunicación que de repente se ha instalado entre nosotros desde la llegada de Livia. Claro que él es libre de darle su dinero, su empresa y todos sus bienes a quien se le venga en gana, pero ¿por qué así? ¿Por qué de esta manera? Bien pudo conversarlo conmigo y, aunque no hubiese estado de acuerdo, por lo menos me habría quedado satisfecho de tener su confianza, de saberlo de sus labios y no de la manera en la que terminé enterado de todo.Abro los ojos, al escuchar la puerta de mi oficina, abrirse y cerrarse abruptamente, frunzo el ceño ante
⋘ASTRID⋙La relación con Fabio se consolida más cada día. Cada vez que sus ojos se cruzan con los míos, mi corazón se acelera. Es una emoción que no puedo describir con palabras, una sensación que creí no volver a experimentar. Pero aquí estoy, aferrada a su boca mientras su lengua se enreda con la mía, profundizando el beso antes de despedirnos para ir al trabajo.—Me llamas si tienes un rato libre —murmura sobre mis labios, nuestros alientos mezclándose por la agitación del beso.—Lo haré.—Ve con cuidado, cariño.—Igual tú —me estiro un poco para darle otro corto pero apasionado beso antes de dirigirme a mi auto.Ayer, después del almuerzo, no regresé a los estudios de Imperial. Uno de los guardaespaldas de Nelson me notificó la suspensión de la sesión programada para la tarde, tras la cancelación de la mañana. No me dieron ninguna explicación y tampoco quise indagar. Es extraño, pero prefiero mantenerme al margen de asuntos que no tienen que ver conmigo. Lo único que me preocupa s
⋘ASTRID⋙Un gélido frío recorre mi piel y se instala dentro de mi pecho, paralizando cada parte de mi cuerpo. ¿Cómo lo sabe? Solo éramos tres los que conocíamos la verdad, y ahora Nelson tiene esa información y la sostiene como un arma cargada, dispuesto a dispararme en cualquier momento.Él se acerca y no puedo moverme. Tengo los pies clavados al suelo.—¿Sorprendida? —pregunta con una sonrisa maliciosa que me hiela la sangre.Intento respirar, pero el aire no parece llegar a mis pulmones. Nelson da un paso más hacia mí, acortando la distancia, y lo único que puedo pensar es en cómo escapar.—Me pregunto qué diría tu exnovio al respecto —continúa con un tono venenoso—. ¿Creería que lo perdiste o que lo provocaste? —Sus palabras son como dagas filosas, y no me deja reaccionar antes de lanzar la estocada final—. Me inclino por lo segundo.Siento una ráfaga de indignación. Mi rabia se enciende ante su acusación.—¡Eso no es verdad! —grito, mi voz tiembla de enojo. ¿Cómo se atreve a insi
⋘ASTRID⋙Un escalofrío me recorre la columna vertebral, un cosquilleo hace que la piel y los vellos de la nuca se me ericen mientras mi corazón se agita cuando mi espalda choca contra la dura madera de la puerta. No tengo idea de cómo llegamos al apartamento desde el estacionamiento y tampoco necesito saberlo.—Te amo, Astrid —susurra a mi oído, mordiendo ligeramente el lóbulo de mi oreja. Su rodilla en medio de mis piernas roza mi coño, regalándome pequeños espasmos de placer que humedecen mis bragas con rapidez.Su mano se aferra a mi cintura, pegando nuestros cuerpos un poco, atrayéndome de nuevo a su boca. Nuestras lenguas se enredan, danzando a un solo ritmo, provocando que un gemido salga de mis labios y quede atrapado dentro de los suyos.Sus dedos se deslizan sobre mi mentón, cuello y hombros para deslizarse por sobre el cierre del vestido, abriéndolo por completo.Mis dedos buscan los botones de su camisa, pero me detengo al sentir los latidos alocados de mi corazón. Nuestras
Después de una noche de pasión alucinante y casi diez horas de vuelo, nos dirigimos a casa de mis padres.—¿Nerviosa? —le pregunto a Astrid, rompiendo el silencio que ha reinado entre nosotros desde que subimos al taxi. De repente, tengo la impresión de que se arrepiente de lo ocurrido la noche anterior, pero sus dedos se entrelazan con los míos y una sonrisa se dibuja en su rostro.—En realidad, estoy muy contenta de estar de nuevo en la ciudad —responde, recargando su cabeza en mi hombro—. ¿Vas a quedarte en casa de tus padres? —me pregunta.Ni siquiera me he detenido a pensarlo. Está claro que no pienso dejarla sola. Volver a su apartamento, donde compartió tantos momentos con Patrick, no es una opción.—Nos quedaremos en mi apartamento de soltero, ¿te parece bien? —le digo, sintiendo la tensión crecer en el estómago. Si se niega a venir conmigo, no tendré más opción que aceptarlo.—Ninguna objeción. Solo estaba pensando en dónde me quedaría si decidías quedarte en casa de tus padr
⋘FABIO⋙El silencio vuelve a instalarse en la biblioteca después de mi confesión. Mi padre bebe el contenido de su vaso y se sirve otro trago. Su mano tiembla, y ese maldito sentimiento de culpa me oprime el corazón.Si enamorarse no es un crimen, entonces, ¿por qué carajo me siento como un criminal? No es pecado haberme fijado en Astrid. La amé desde mucho antes de que Patrick llegara a su vida, y, aun así, la respeté todo ese tiempo.—El hombre que la ama… —repite mis palabras en un susurro, como si estuviera procesando lo que acaba de escuchar.—Sí, estoy enamorado de ella, papá.—Estás mezclando las cosas, Fabio. El trabajo y los sentimientos no siempre van de la mano.—Lo sé muy bien, pero el amor es así. No fue algo que planeara deliberadamente, solo sucedió, sin que me diera cuenta —aclaro, sin mencionarle los años que llevo enamorado de Astrid.—Astrid es una mujer con una vida propia, y tú, como su representante, tienes una responsabilidad. Pero eso no significa que puedas ca
⋘ASTRID⋙«Te liberarás de Imperial y de Nelson Dos Santos.»Conozco muy bien a Fabio y sé que es muy capaz de cumplir su promesa, pero me aterra el precio que tenga que pagar. Sobre todo, porque cada día que pasa me convenzo más de que Nelson es un hombre que no lanza amenazas al azar. Mi mayor preocupación es que su poder no provenga de medios legales. La actitud de Lara, por ejemplo.No he dejado de pensar en ese nerviosismo que trata de ocultar, ni en la palidez de su rostro cada vez que la he visto sumergida en sus pensamientos. No sé lo que pasó en la isla privada, y quisiera no saberlo.—No creo que me deje ir tan fácilmente —susurro—. Sin embargo, si hay una posibilidad, voy a aferrarme a ella. Tengo una pequeña fortuna, quizá no sea suficiente, pero…—Deja que me haga cargo de esto, Astrid —me interrumpe, tomándome entre sus brazos y acercándome a su pecho.Puedo escuchar los latidos alocados de su corazón; sus músculos están tensos, y puedo sentir su dureza bajo mis manos.—L
⋘FABIO⋙No puedo evitar el nudo que se instala en mi garganta. La sensación de ahogo hace que mis dedos se cierren y aprieten la mano de Astrid con más fuerza de la necesaria. Quisiera evitarle cualquier momento incómodo; sin embargo, no puedo dejar de ser honesto conmigo mismo. Esta situación va a repetirse cada vez que estemos reunidos. Tal como mi padre mencionó, nuestras familias están unidas por años de amistad inquebrantable, lo que me coloca en un gran dilema.—¿Estás bien? —la pregunta de Astrid me saca de mis pensamientos; mis ojos se encuentran con los suyos.La sonrisa en sus labios es tranquila, su rostro sereno. No hay nada en sus facciones que me indique que las palabras de Kate la hayan lastimado.—Sí, ¿y tú?—Patrick fue alguien importante en mi vida, Fabio, pero es parte de mi pasado. Además, no es ninguna sorpresa su romance con Meghan. Ellos estaban destinados a encontrarse y enamorarse.—No tienes que fingir conmigo. Si te duele, dímelo —le pido, renuente a apartar