⋘ASTRID⋙Vencer el nerviosismo con toda la tensión que llevo en el cuerpo es casi imposible. Aun así, trato de mantenerme serena y darle a Lara mis mejores sonrisas. Esto no es nada fácil para ninguna de las dos.—Mueve ligeramente el rostro hacia tu derecha, Astrid —pide, enfocando la cámara en mi dirección.Obedezco a esa y otras peticiones mientras las horas pasan rápidamente. Gracias al cielo, no he tenido la mala suerte de encontrarme con Nelson, y ruego para que siga siendo así.—Levanta el mentón, solo un poco, Astrid, eso es —dice, sacando varias fotografías más.Unos minutos después, me alcanza una botella de agua mineral, la segunda del día.—Te ves incómoda —murmuro cuando se sienta a mi lado. La botella en su mano tiembla ligeramente.—Bueno, es que no sé cómo decirte esto, Astrid —responde, bebiendo un sorbo y dejando que el silencio se instale entre nosotras mientras el equipo acomoda algunas cosas y cambia accesorios para el siguiente escenario.—¿De qué se trata? —preg
⋘ASTRID⋙Sonrío al escucharlo, mi corazón se llena de alegría y toda preocupación desaparece. Sé que la tranquilidad será momentánea, pero no tengo por qué negarme a este instante de felicidad. Nelson y todo lo demás pueden esperar.—Nuestro amor —repito, sintiendo los latidos alocados en mi pecho, mientras me dejo envolver por el calor que emana de él y de la habitación.Fabio asiente y, sin decirme nada, me toma de la mano y me conduce hacia el borde de la bañera.—Has llenado toda la casa de pétalos —murmuro, observando el agua llena de ellos, mezclándose con el maravilloso olor de las rosas.La tibia luz de las velas ilumina su sonrisa mientras me mira con esos ojos que parecen saberlo todo, incluso las cosas que aún no me atrevo a contarle para no romper este mágico momento, pero que eventualmente tendré que confesarle.—Has estado muy estresada, y el viaje a Nueva York no parece haber aliviado eso. Ven —pide, invitándome a entrar en la bañera.—¿Quieres que entre así? —pregunto,
⋘ASTRID⋙El rostro de Fabio palidece, se aleja de mí y vuelve a recargarse en la columna del ventanal. Sin embargo, la tensión en sus hombros y el cambio en su expresión son evidentes. Puedo sentir la ira que emana de él.—¿Qué has dicho? —su tono es bajo, ronco y peligroso.Un nudo sube a mi garganta, consciente de que podría desatar una tragedia, pero no quiero mentirle, y menos ahora que sé que algo más trama Nelson Dos Santos. De lo contrario, ¿quién estaría interesado en poner esas pastillas en mi bolso?Nadie más que Dos Santos puede beneficiarse de una ruptura entre nosotros. Mi mente trabaja rápido, tratando de recordar dónde, cómo y cuándo pudo descubrir que estaba consumiendo pastillas para aligerar mi pena. Nunca lo hice en el estudio, tampoco en los baños; no quería que nadie supiera por lo que estaba pasando. Por eso, la posibilidad de que alguien más lo descubriera era nula.Eso creí, hasta que ocurrió lo del auto. Aquella noche, mientras el chofer me llevaba a la gala,
⋘ASTRID⋙Luego del episodio con Lara, me preparo para la primera sesión del día. Los maquillistas se encargan de mí, mientras otra de las chicas acomoda la gargantilla, los aretes y la pulsera a juego. Las joyas son un deleite a la vista, pero se sienten como hierros candentes sobre mi piel.Todo lo que espero es la llegada de Fabio y resolver este asunto de una vez por todas. Sin embargo, las horas pasan y no hay rastro de él.—Vamos a cambiar el vestuario y las joyas —anuncia Lara, acercándose. Me ofrece una botella de agua mineral, que acepto, pero de la cual no bebo—. Trata de relajarte un poco; la tensión es muy notoria en tus pómulos cuando sonríes. Todo parece muy forzado.—Estoy muy nerviosa —admito.—Te entiendo, aunque yo esté al otro lado de la cámara, también se me hace un poco incómodo. Confiemos en que Nelson recapacite.Dudo mucho que un hombre como él cambie de opinión, pero no voy a decir nada que me comprometa. No sé si Lara es amiga o enemiga, así que prefiero ir co
⋘FABIO⋙Nos despedimos de Bernardo y volvemos a casa. El trayecto es silencioso. Hay tantas cosas que deseo expresar, pero ninguna palabra abandona mis labios. Ni siquiera sé qué decirle.Tantas veces le he prometido cuidarla y protegerla; sin embargo, lo único que hice fue llevarla a la cueva del lobo. Es mi culpa por no haberme fijado en las malditas letras pequeñas del contrato. Me dejé deslumbrar, emocionado por tener a Astrid a mi lado durante un año. Fui egoísta, y estas son las consecuencias.En primer lugar, no debí traerla a Brasil; ese fue mi primer gran error.—Lo siento —susurra Astrid, rompiendo la línea de mis pensamientos. Detengo el auto y bajo rápidamente para abrir su puerta.¿Qué puedo responderle si la culpa es mía? Caminamos hasta el ascensor sin decir nada, cada uno sumido en sus propios pensamientos.—¿Podemos huir? —pregunta apenas la puerta de nuestro apartamento se cierra.—¿Huir? —repito, pensando en una idea que ya ha cruzado mi mente más de veinte veces en
⋘ASTRID⋙Las palabras del médico me golpean con la fuerza de un guante de boxeo. "Dependencia" y "adicción" resuenan en mi cabeza. La ira corre como veneno por todo mi cuerpo, y el deseo de defenderme es tan intenso que no puedo quedarme sentada sin decir nada.—¡Eso no es verdad! —grito al ponerme de pie. Mi cuerpo tiembla de indignación, pero me niego a ceder ante Nelson.—Las pruebas no mienten, Astrid —responde él con una sonrisa de triunfo en los labios. Ha sido él quien me ha tendido una trampa, y sus intenciones ahora toman forma. Con las pruebas en mano, logrará que cumpla con cualquier demanda que desee.¡Esto no puede ser real! Siento que estoy cayendo en un agujero negro y, aunque quiero mantener la calma, no puedo evitar la sensación de hundimiento.Fabio me toma del brazo con un agarre fuerte y protector, pero no es suficiente para apaciguar el torbellino de emociones y miedos que me consume.Estoy a su merced. Esa verdad retumba en mi cabeza sin descanso.—Astrid, cálmat
⋘FABIO⋙Los besos de Astrid son como un viento fresco. Una mezcla de alivio y calma en medio de una tormenta de fuego.La presión de las últimas semanas ha sido insoportable, la expectativa de un nuevo ataque por parte de Nelson me ha robado el sueño constantemente, pero su repentina desaparición, también nos ha brindado un poco de paz. Efímera, pero paz al fin.—Viajaremos luego de la última sesión de fotos, hoy mismo me haré cargo de comprar los boletos —murmuro cuando nos separamos.Los dedos de Astrid se deslizan por mi rostro, acariciándome el mentón, sonríe y se apodera nuevamente de mis labios.Un escalofrío me recorre la columna vertebral, un cosquilleo hace que la piel y los vellos de la nuca se me ericen mientras mi corazón se agita cuando la lengua de Astrid saborea la mía.Está dominando el beso y me dejo hacer más que complacido.—Te amo —le susurro al oído, mordiéndole ligeramente el lóbulo de la oreja mientras mis dedos acarician su columna vertebral, sintiendo cómo sus
⋘ASTRID⋙Los dedos de Fabio se cierran sobre mi mano. Aparto la mirada de los novios para verlo.—¿Qué sucede? —le pregunto. Su mirada no está puesta en mí—. ¿Fabio?—Es Patrick... no aparta los ojos de nosotros —murmura.Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi, desde el día en que nuestra relación terminó con una falsa promesa de amistad. Desde entonces, solo tuve oportunidad de verlo en una revista, cuando besaba a Meghan en el aeropuerto.—No te preocupes, no debe ser nada serio —le digo, sin mirar en dirección a Patrick. No necesito hacerlo.—¿Estás bien?—Yo estoy bien, Fabio —le susurro, acercándome a su oído para no incomodar a los invitados que prestan atención a la ceremonia—. Eres tú quien tiene que dejar el pasado atrás. No estoy interesada en Patrick, lo que hubo entre nosotros ya ha pasado, lo he superado —le aseguro, acariciando con mi pulgar el dorso de su mano.Fabio asiente, y prestamos atención a las palabras del sacerdote. Los votos matrimoniales de Ale