⋘ASTRID⋙«¿Tú y él… ya eran pareja cuando terminamos?»Su pregunta me toma por sorpresa y, al mismo tiempo, me llena de indignación. Que Patrick piense que lo engañaba con Fabio me parece fuera de lugar.—¿Qué?—Desde que vi la nota en las revistas, no he dejado de pensar en eso. ¿Tienes idea del tiempo que me sentí mal por haberte dejado como lo hice? —pregunta, ¿indignado?—Patrick...—Debiste ser sincera conmigo, Astrid. Créeme, me habrías ahorrado mucho el sentimiento de culpa innecesario con el que cargué en mi conciencia. Cada vez que veía a Meghan, cada vez que mi corazón latía de amor por ella, pensaba en lo que te había hecho.—Detente, Patrick. Lo que estás diciendo está totalmente fuera de lugar.—¡Estás con Fabio!—Sí, y no he cometido ningún delito, ningún pecado al haber aceptado su amor, Patrick. Eso fue meses después de que nos dejamos. Sin embargo, tú no puedes decir lo mismo de tu relación con Meghan. ¿Cuánto te duró el sentimiento de culpa? ¿Meses, semanas o días? —
⋘ASTRID⋙Cuando volvemos a nuestra mesa, la fiesta está llegando a su fin. No hay rastro de Pat ni de Meghan en el jardín, lo que me hace sentir ligeramente culpable. Solo espero que ambos sean lo suficientemente maduros como para que esto no afecte su relación.—Me hace sentir bien que ellos lo sepan —murmura Fabio. No ha soltado mi mano desde que regresamos.—Tuve dudas, pero también creo que ha sido lo correcto. Volver a Brasil con un secreto menos es como llevar un equipaje más ligero. Estoy deseando que el tiempo vuelva y podamos regresar de manera definitiva.—Pronto lo haremos, cariño.Asiento con la cabeza, mientras guardo en silencio los pensamientos que han rondado mi mente durante las últimas horas, desde el momento en que volvimos a pisar tierra. Quizá me retire del modelaje.—Quisiera que este momento quedara atrapado en el tiempo para siempre, disfrutar de nuestro amor sin miedos, sin el temor de lo que sucederá al regresar a Brasil.—Dudo mucho que Nelson quiera intenta
⋘ASTRID⋙A la mañana siguiente, un poco tarde para el desayuno, bajamos al jardín para unirnos a Michael y Larissa.—¿Pudieron descansar? —pregunta Larissa, mientras le damos los buenos días con un beso en la mejilla. Con Michael soy un poco más reservada.—Sé que no soy el suegro perfecto, pero no tienes por qué ser tan formal, Astrid —dice él, animándome a saludarlo con familiaridad.—Lo lamento, no quería incomodarte —le respondo sinceramente.—Tonterías —replica Larissa, invitándonos a sentarnos y sumergiéndonos en una conversación trivial, hasta que Michael pregunta la hora del vuelo.—He contratado un vuelo privado; está programado para las tres de la tarde —les informa Fabio, picando un poco de fruta.—¿Y cómo están las cosas en Brasil? Escuché que Imperial es una de las cadenas de joyería más grandes del país —dice Michael, tomando un sorbo de su taza de café.La tensión en el rostro de Fabio se vuelve evidente, su mandíbula se tensa tanto que es imposible que sus padres no lo
⋘ASTRID⋙El silencio se apodera de la mesa tras las palabras de Cristiano. Miro discretamente a Fabio; las líneas perfectas de su rostro están tensas como las cuerdas de un violín, y sus ojos brillan de manera peligrosa. Aun así, su voz suena casi normal cuando habla.—Felicidades, tío.Cristiano sonríe, toma la botella de champán del centro de la mesa y llena las dos copas vacías. Livia no pronuncia ni una sola palabra. ¿Habré estado malinterpretando todo?—Felicidades, Cristiano —digo cuando finalmente encuentro mi voz.—Gracias, Astrid —responde, alzando su copa e invitándonos a hacer lo mismo.Cristiano y Livia intercambian miradas y una sonrisa cómplice. Por un momento, me parece estar viendo a otra mujer, y no a la frívola modelo que conocí meses atrás.—Brindemos —pide Cristiano, chocando su copa con la mía, luego con la de Fabio, quien apenas hace el esfuerzo de alzar la suya, tratando de disimular la molestia que la noticia le ha causado. Por último, con una sonrisa de felici
⋘FABIO⋙Desde que abro los ojos esa mañana, siento una opresión en el pecho que aumenta en el momento en que me despido de Astrid en el estacionamiento de Imperial. Es una sensación que, por mucho trabajo que tenga para ocupar mi mente, no hace más que empeorar.—Los pedidos de la última colección ya están listos; se entregarán en el lapso de dos semanas en todas las tiendas del país —explica la gerente de distribución. Hacemos unas cuantas anotaciones en el informe, mientras la mujer sigue exponiendo el tiempo que llevará enviar la mercancía al extranjero.Hasta el día de hoy, el desfile de Rio Glamour ha superado a la competencia, Flor de Ouro, lo que no tiene muy complacidos a sus propietarios, quienes, en tiempo récord, han anunciado su próximo desfile.—¿Crees que se trate de los diseños que tienen en acuerdo con Imperial? —pregunta Bernardo al final de la reunión.El dolor de cabeza que empezó a mitad de la reunión pulsa tan fuerte que siento que me va a reventar.—Hasta donde t
⋘ASTRID⋙La oscuridad es abrumadora y pesada. Mi cuerpo parece atrapado en una especie de limbo; no soy capaz de moverme o reaccionar. Los sonidos a mi alrededor me confunden. Son distorsionados, como si llegaran de algún lugar lejano.Mis párpados pesan tanto y, aun así, lucho por abrir los ojos, pero la oscuridad sigue envolviéndome.¿Qué fue lo que pasó? Los recuerdos de la discusión con Lara vienen a mi cabeza; luego, no tengo muy claro lo que sucedió. De repente, una bocanada de aire frío golpea mi rostro. Parpadeo en un nuevo intento de abrir los ojos.Mi cabeza late con fuerza y un dolor agudo me atraviesa las sienes. ¿Dónde estoy? ¿Qué sucedió?—Despierta, Astrid —murmura una voz suave y ronca junto a mi oído. La voz se me hace vagamente conocida; ¿será Ciao? ¡Dios! ¿Por qué no puedo recordar?Los latidos de mi corazón se aceleran conforme mis párpados se van abriendo, tratando de reconocer el lugar. Sin embargo, la habitación está oscura y tiene un aroma extraño. Estoy casi s
⋘ASTRID⋙Aunque desconfiaba de ella, el sentimiento de traición que se apodera de mí me llena de rabia y decepción. Había tenido una ligera esperanza; desee tantas veces estar equivocada, pero ahora todas mis preguntas y dudas quedan resueltas. Lara trabaja para ellos; fue ella quien adulteró mis alimentos para que siguiera atrapada en las redes de Fabio.—Haré mi mejor esfuerzo, señor, como siempre —responde sin mirarme.Aprieto los dientes con tanta fuerza que siento que van a partirse. La tensión en mi mandíbula se vuelve dolorosa, y mis ojos se llenan de lágrimas.—Confío en ti, Lara, no me decepciones.Nelson me lanza una mirada triunfante antes de abandonar la habitación. Lara va detrás de él, cierra la puerta con seguro y se gira para mirarme.—Eres una mentirosa, Lara. ¿Cómo puedes permitir que hagan esto? —pregunto, deseando levantarme de la cama y golpearla hasta cansarme, pero mi cuerpo no responde. Soy como una muñeca de trapo en sus manos.—Cálmate, Astrid.—¡¿Cómo puedes
⋘FABIO⋙La larga y tormentosa espera finalmente termina. Los minutos se desvanecen al tener a Astrid de nuevo entre mis brazos. Me aferro a ella con fuerza, como si temiera volver a perderla.Aún no puedo creer todo lo que ha pasado: la gigantesca operación que montaron para desmantelar a una de las más grandes organizaciones de tráfico de personas en el Norte, Centro y Sudamérica…Mientras Ethan Montgomery nos explicaba todo lo que sucedía, no pude evitar sentirme como un imbécil. Todo comenzó en Nueva York, en uno de los primeros desfiles de Astrid; fue desde entonces que Nelson puso los ojos en ella. Se contactó con Ray para llevársela a Brasil, pero antes de que se concretara, Astrid lo denunció por maltrato.Sin saberlo, aquella vez Astrid escapó por poco, y fui yo quien la trajo a la boca del lobo.La respiración irregular de Astrid me saca de mis recuerdos; la siento temblar entre mis brazos. Los latidos de su corazón se aceleran con demasiada rapidez.—Astrid, respira… —murmur