⋘ASTRID⋙Un gélido frío recorre mi piel y se instala dentro de mi pecho, paralizando cada parte de mi cuerpo. ¿Cómo lo sabe? Solo éramos tres los que conocíamos la verdad, y ahora Nelson tiene esa información y la sostiene como un arma cargada, dispuesto a dispararme en cualquier momento.Él se acerca y no puedo moverme. Tengo los pies clavados al suelo.—¿Sorprendida? —pregunta con una sonrisa maliciosa que me hiela la sangre.Intento respirar, pero el aire no parece llegar a mis pulmones. Nelson da un paso más hacia mí, acortando la distancia, y lo único que puedo pensar es en cómo escapar.—Me pregunto qué diría tu exnovio al respecto —continúa con un tono venenoso—. ¿Creería que lo perdiste o que lo provocaste? —Sus palabras son como dagas filosas, y no me deja reaccionar antes de lanzar la estocada final—. Me inclino por lo segundo.Siento una ráfaga de indignación. Mi rabia se enciende ante su acusación.—¡Eso no es verdad! —grito, mi voz tiembla de enojo. ¿Cómo se atreve a insi
⋘ASTRID⋙Un escalofrío me recorre la columna vertebral, un cosquilleo hace que la piel y los vellos de la nuca se me ericen mientras mi corazón se agita cuando mi espalda choca contra la dura madera de la puerta. No tengo idea de cómo llegamos al apartamento desde el estacionamiento y tampoco necesito saberlo.—Te amo, Astrid —susurra a mi oído, mordiendo ligeramente el lóbulo de mi oreja. Su rodilla en medio de mis piernas roza mi coño, regalándome pequeños espasmos de placer que humedecen mis bragas con rapidez.Su mano se aferra a mi cintura, pegando nuestros cuerpos un poco, atrayéndome de nuevo a su boca. Nuestras lenguas se enredan, danzando a un solo ritmo, provocando que un gemido salga de mis labios y quede atrapado dentro de los suyos.Sus dedos se deslizan sobre mi mentón, cuello y hombros para deslizarse por sobre el cierre del vestido, abriéndolo por completo.Mis dedos buscan los botones de su camisa, pero me detengo al sentir los latidos alocados de mi corazón. Nuestras
Después de una noche de pasión alucinante y casi diez horas de vuelo, nos dirigimos a casa de mis padres.—¿Nerviosa? —le pregunto a Astrid, rompiendo el silencio que ha reinado entre nosotros desde que subimos al taxi. De repente, tengo la impresión de que se arrepiente de lo ocurrido la noche anterior, pero sus dedos se entrelazan con los míos y una sonrisa se dibuja en su rostro.—En realidad, estoy muy contenta de estar de nuevo en la ciudad —responde, recargando su cabeza en mi hombro—. ¿Vas a quedarte en casa de tus padres? —me pregunta.Ni siquiera me he detenido a pensarlo. Está claro que no pienso dejarla sola. Volver a su apartamento, donde compartió tantos momentos con Patrick, no es una opción.—Nos quedaremos en mi apartamento de soltero, ¿te parece bien? —le digo, sintiendo la tensión crecer en el estómago. Si se niega a venir conmigo, no tendré más opción que aceptarlo.—Ninguna objeción. Solo estaba pensando en dónde me quedaría si decidías quedarte en casa de tus padr
⋘FABIO⋙El silencio vuelve a instalarse en la biblioteca después de mi confesión. Mi padre bebe el contenido de su vaso y se sirve otro trago. Su mano tiembla, y ese maldito sentimiento de culpa me oprime el corazón.Si enamorarse no es un crimen, entonces, ¿por qué carajo me siento como un criminal? No es pecado haberme fijado en Astrid. La amé desde mucho antes de que Patrick llegara a su vida, y, aun así, la respeté todo ese tiempo.—El hombre que la ama… —repite mis palabras en un susurro, como si estuviera procesando lo que acaba de escuchar.—Sí, estoy enamorado de ella, papá.—Estás mezclando las cosas, Fabio. El trabajo y los sentimientos no siempre van de la mano.—Lo sé muy bien, pero el amor es así. No fue algo que planeara deliberadamente, solo sucedió, sin que me diera cuenta —aclaro, sin mencionarle los años que llevo enamorado de Astrid.—Astrid es una mujer con una vida propia, y tú, como su representante, tienes una responsabilidad. Pero eso no significa que puedas ca
⋘ASTRID⋙«Te liberarás de Imperial y de Nelson Dos Santos.»Conozco muy bien a Fabio y sé que es muy capaz de cumplir su promesa, pero me aterra el precio que tenga que pagar. Sobre todo, porque cada día que pasa me convenzo más de que Nelson es un hombre que no lanza amenazas al azar. Mi mayor preocupación es que su poder no provenga de medios legales. La actitud de Lara, por ejemplo.No he dejado de pensar en ese nerviosismo que trata de ocultar, ni en la palidez de su rostro cada vez que la he visto sumergida en sus pensamientos. No sé lo que pasó en la isla privada, y quisiera no saberlo.—No creo que me deje ir tan fácilmente —susurro—. Sin embargo, si hay una posibilidad, voy a aferrarme a ella. Tengo una pequeña fortuna, quizá no sea suficiente, pero…—Deja que me haga cargo de esto, Astrid —me interrumpe, tomándome entre sus brazos y acercándome a su pecho.Puedo escuchar los latidos alocados de su corazón; sus músculos están tensos, y puedo sentir su dureza bajo mis manos.—L
⋘ASTRID⋙No me equivoqué de profesión, hoy compruebo con mis propios ojos que nací para esto. Para brillar sobre las pasarelas del mundo. Mi rostro es conocido en muchos países, pero en Brasil es donde finalmente me han hecho una propuesta de trabajo muy difícil de rechazar.Mi corazón late con fuerza ante el futuro prometedor que se abre delante de mí; sin embargo, mi felicidad no es completa. Mis pensamientos viajan a miles de kilómetros de Brasil.Aunque la oferta es tentadora, no he podido tomar una decisión debido a mi relación con Patrick Ferreira, un hombre maravilloso de quien estoy profundamente enamorada.Y, como si mis pensamientos lo invocaran, nuestros ojos se encuentran brevemente. El corazón me da un vuelco al verlo sentado junto a Fabio y Nicole. Su apoyo siempre es un aliciente e impulso para mí. Patrick es sinónimo de seguridad y libertad.Salgo de la pasarela y voy a los camerinos con una nueva sensación en el pecho al recordar su mirada. Hay cierto remordimiento en
⋘FABIO⋙Desde el momento en que vi llegar a Patrick al desfile, supe que las cosas no iban a terminar bien. Astrid lleva semanas debatiéndose entre aceptar o rechazar la oferta de trabajo que le han hecho los directivos de una cadena prestigiosa de joyería, y todo por su relación con Patrick. Sinceramente, me arrepiento de habérselo mencionado y haberle sugerido que aceptara. La relación con Patrick no ha estado bien en los últimos meses, sobre todo por sus constantes viajes de trabajo. Antes de venir a Brasil, estuvimos dos semanas en Milán, y antes de eso, Astrid estuvo en Inglaterra y Grecia. Su nombre es reconocido en el mundo de la moda, y me siento orgulloso de ser parte de todo esto. Pero también me siento culpable al verla fingir que todo marcha bien.—Con sinceridad, ¿cuánta posibilidad existe de que la señorita Gringer acepte ser el rostro de nuestra marca? —pregunta Nelson Dos Santos, el principal accionista de Joalheria Imperial.Aparto la mirada del hombre y la dirijo hac
⋘Astrid⋙Un ligero e incómodo dolor me hace abrir los ojos. Parpadeo varias veces, tratando de acostumbrarme a la fuerte luz de la habitación. Con agobio, me doy cuenta de que no estoy en la oficina ni en el hotel. Intento mover mi brazo para levantarme de la cama, pero el dolor me detiene al percatarme de la intravenosa colocada en él.Mi corazón se acelera ante la ola de incertidumbre y preocupación que me embarga. El último recuerdo claro que tengo es estar en la oficina de Imperial. ¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué ha pasado desde entonces? Las preguntas giran en mi mente mientras intento recordar.Comienzo a tirar de los recuerdos, tratando de hallar una explicación. ¿Me he desmayado? ¿Tuvimos un accidente cuando íbamos al restaurante? Mis dedos tiemblan al tocar la intravenosa, como si necesitara confirmar que esto no es un mal sueño.El crujido de la puerta me saca de mis pensamientos. Mi mirada se dirige hacia ella y veo a Fabio entrar lentamente. Su rostro está cubierto de preocup