MILALa habitación es un espacio íntimo y acogedor, con una cama grande y cómoda que parece invitar a relajarse y olvidarse del mundo exterior. Las sábanas blancas y suaves parecen brillar en la luz tenue de la habitación, y las almohadas altas y esponjosas parecen esperar para acunar mi cabeza.El ambiente entre nosotros es cargado de tensión y anticipación. La conexión entre Maximiliano y yo es casi palpable, y puedo sentir la electricidad que fluye entre nuestros cuerpos. La habitación parece estar llena de una energía sensual y emocionante, y puedo sentir que estamos al borde de algo increíble.Maximiliano se acerca a mí, su mirada fija en la mía, y puedo sentir su calor y su presencia envolviéndome. La habitación parece estar girando a nuestro alrededor, y todo lo que importa es el momento presente, el contacto entre nuestros cuerpos y la pasión que está a punto de estallar.—Eres una mujer hermosa, Mila —dice Maximiliano, su voz baja y sensual mientras acaricia mi mejilla con su
MILAMaximiliano comienza a desvestirse con una confianza y sensualidad que me hace sentir un poco nerviosa y emocionada al mismo tiempo.Se quita la camisa primero, desabrochando los botones con una lentitud deliberada que me hace sentir como si estuviera disfrutando del espectáculo. La camisa cae al suelo, revelando su torso musculoso y perfecto.Luego, se desabrocha el cinturón de sus pantalones, y los desliza hacia abajo con una suavidad que me hace sentir un poco mareada. Sus pantalones caen al suelo, y queda desnudo ante mí, su cuerpo perfecto y musculoso.Me quedo sin aliento al verlo desnudo, mi mirada recorriendo su cuerpo con una admiración y deseo que no pueda disimular. Maximiliano sonríe, sabiendo que estoy disfrutando de la vista, y se acerca más a mí, su cuerpo cerca del mío.Tiene la polla dura, gruesa, con venas y mojada.Se acerca y, con un movimiento suave, abre mis piernas, deslizando la tela de mis bragas hacia un lado. Siento un calor intenso que se extiende por
MILALa noche que vivimos juntos sigue siendo un recuerdo vívido en mi mente, un torbellino de emociones y sensaciones que me hace sonreír cada vez que lo recuerdo. Y ahora, al mirar el monumento de hombre que tengo al lado, siento una oleada de cariño y gratitud.Su respiración suave y constante es como una melodía que en mi estado de vigilia, mientras que yo estoy completamente despierta, sumida en mis pensamientos y recuerdos. La luz de la luna que se filtra a través de las cortinas ilumina su rostro, destacando sus rasgos fuertes y masculinos.Me acuerdo de la forma en que me miró anoche, con una intensidad y un deseo que me hizo sentir como si estuviera flotando en una nube de éxtasis. Me acuerdo de la forma en que me tocó, con una suavidad y una pasión que me hizo sentir viva. Me acuerdo de la forma en que me hizo sentir, como si fuera la única persona en el mundo.Como me follo, me beso y me causo múltiples orgasmos.Y ahora, al mirar su rostro dormido, siento una oleada de amo
MAXIMILIANOSalgo de la habitación, sosteniendo la mano de Mila, mi mujer, mi novia... no estoy muy seguro de cómo definir nuestra relación en este momento, pero lo que sí tengo claro es que es la mujer que amo y que voy a proteger con mi vida.Caminamos por el pasillo, nuestros pasos resonando en el silencio. Me siento fuerte y decidido, sabiendo que haré todo lo que sea necesario para mantenerla a salvo y defenderla.No me importa enfrentarme a mis aliados, a mis enemigos, a quien sea. No me importa matar a todo el mundo con tal de verla en paz, feliz, junto a mí.La miro, su belleza me deja sin aliento. Su sonrisa, su mirada, todo en ella me hace sentir vivo, me hace sentir que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por ella.Entro en el ascensor con MIla, y mientras bajamos hacia el parqueadero, noto que está un poco tensa.—¿Estás nerviosa? —le pregunto, mirándola con preocupación.—Sí —responde ella, su voz suave.—¿No confías en mí? —le pregunto, sonriendo.—Ciegamente —respond
MILAEstoy en la parte trasera del auto, con Maximiliano. Nuestro conductor conduce en silencio, mientras nosotros nos perdemos en nuestro propio mundo. De repente, siento el clima cambiar, el orgasmo se acerca. Tiro la cabeza hacia atrás, jadeando, y siento el calor de Maximiliano en mi interior cuando me llena con su esperma.—¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti? —pregunta Maximiliano, su voz baja y seductora.—¿Qué? —respondo, mi voz apenas audible, jadeando encima de el y con su polla dentro de mi.—La forma en que te rindes a mí —dice Maximiliano, su mirada intensa y apasionada.—Me encanta cómo me haces sentir —respondo, mi voz llena de emoción.—¿Y cómo te hago sentir? —pregunta Maximiliano, su voz llena de curiosidad.—Como si fuera la única mujer en el mundo —respondo, mi voz llena de sinceridad.—Eres la única para mí —dice Maximiliano, su voz llena de pasión.Me organizo la ropa, despues de besarlo y gracias a Dios, el auto tiene aire acondicionado.—Mila, sabes que hay
MILAEstoy caminando junto a Maximiliano por un sendero abandonado, rodeado de árboles que parecen susurrar secretos en el viento.La niebla se cierne sobre nosotros, creando un ambiente misterioso y opresivo. Mientras avanzamos, el sonido de los grillos y el crujir de las hojas bajo nuestros pies son los únicos sonidos que rompen el silencio. De repente, Maximiliano se detiene y me mira con una sonrisa enigmática. "—Vamos, Mila—me dice, tomando mi mano y liderándome hacia un túnel abandonado que se extiende como una boca oscura en la distancia. El corazón me late con anticipación y un poco de miedo mientras entramos en la oscuridad.A medida que avanzamos por el túnel, la oscuridad parece cerrarse sobre nosotros. Pero entonces, las luces comienzan a encenderse, una a una, iluminando el camino frente a nosotros. La luz es tenue al principio, pero gradualmente se vuelve más intensa, revelando el interior del túnel. Puedo ver las paredes de piedra, las vías del ferrocarril y los restos
MILAAl fondo del pasillo, veo una puerta roja que parece conducir a un sótano. Maximiliano me toma la mano y me lleva hacia allí. Al abrir la puerta, un olor a humedad y descomposición me golpea. Bajo las escaleras, y el frío y la oscuridad me envuelven.Al llegar al fondo, veo a una mujer encadenada en un rincón, sobre un colchón sucio y desgastado. La habitación es pequeña y sin ventanas, con paredes de piedra y un techo bajo. El olor es insoportable.Y entonces la veo. La mujer encadenada es mi tía. Mi corazón se detiene. ¿Qué está pasando? ¿Por qué está aquí?—¿Qué... qué pasa aquí?—pregunto, mi voz temblando.Maximiliano se acerca a mí y me mira con una expresión seria.—Ella representa un peligro para ti y para mí—dice. —Y yo elimino cualquier peligro que amenace a mi mujer.—¿Qué peligro?—pregunto, confundida.—Tu tía intentó chantajearme por dinero—dice Maximiliano. —Y estaba dispuesta a poner a nuestros niños en peligro. Por eso está aquí.Me quedo en silencio, tratando de p
MILA—¿Qué pasa con los hombres que estaban afuera?Maximiliano me mira serio abriendo la puerta del auto.—Son los "Zashchitniki", los cuidadores o protectores de la mafia. Serán tu sombra desde ahora en adelante.Me sorprendo un poco al escuchar esto.—¿Es necesario? —pregunto, sintiendo una pequeña inquietud.Maximiliano asiente con la cabeza.—Sí, es necesario. Ahora no voy a correr riesgos contigo. Pronto se va a difundir que eres mi mujer, y eso te pone en peligro.Acepto la presencia de los cuidadores, sé que es necesario para mi protección. El silencio es cómodo entre nosotros, y me dedico a teclear en mi teléfono.Estoy hablando con mi mejor amiga, preguntándole por mis hijos. Me dice que están bien, que están con la abuela. Suspiro, dejando mi teléfono a un lado porque quiero concentrarme en estar todo el dia con el hombre que amo.—¿Estás bien?—Sí, estoy bien —respondo. —aun no puedo sacar lo de mi tía de mi mente, pero... —me detengo, buscando las palabras adecuadas.Maxi