Porque el amor no reclama posesiones, solo da libertad… —Gianna… —ella levantó la vista cuando escuchó su nombre.Lo escuchó a lo lejos, como si alguien hubiese susurrado lentamente en el oído, y hubiese calmado su angustia.Ella miró hacia todas partes y solo vio un pasillo vacío, y luego de que se levantó del asiento, comenzó a escuchar algunos gritos.Caminó rápidamente buscando a dónde ir, sabía que estaba en el hospital, pero ¿Por qué estaba sola?Ella llegó al final del pasillo y cuando empujó la puerta, pudo notar a ese mismo hombre parado frente a ella, mientras le apuntaba.Sentía el mismo terror, el mismo zumbido y la falta de oxígeno que ahora mismo la estaba agobiando. Es como si estuviese dentro del agua, y no pudiera respirar, y aunque trataba de tomarlo, su pecho cada vez se comprimía más, hasta que sintió que sus pulmones ardieron.El hombre comenzó a disparar varias veces, y cuando se vio las manos ensangrentadas, comenzó a gritar sin contemplación.—¡No! ¡No!—¡Gian
Toda la familia de Enzo estaba en la sala de espera, mientras que los padres de Gianna, solo Carlo y Bianca, esperaban a un lado mientras hablaban en susurro, muy preocupados por su hija.Habían dejado a Rosella en casa de una hermana de Bianca, mientras esperaban que el hermano de Enzo saliera, a ver si ellos podían entrar a ver a su hija.Pero los sollozos de Francesca, podía escucharse en el otro pasillo. Así que Alexia se acercó hacia ella con los ojos hinchados, mientras le sobó la espalda.—Todo va a salir bien… nuestro chico es muy fuerte… ya lo conoces…—Ha pasado mucho tiempo, y nadie sale a decir nada… —Su madre refutó.—Es una operación complicada ma… pero tengamos fe, estoy segura de que algo están haciendo significativo para que demoren tanto…Y Francesca estaba por decirle algo, cuando escucharon los tacones resonar, y vieron entrar a Antonella, con un rostro pétreo.—¿Dónde está él?Tanto Alexia como Carlo se pusieron de pie, furiosos por su presencia.—¿Qué hace esta m
—Cariño… —los ojos de Gianna se abrieron lentamente, pero ahora, mirando a la ventana de aquella habitación, pudo notar que la luz del sol entraba por la rendija.—Mamá… —Bianca asintió acariciando su cabeza.—Sí… ¿Cómo te sientes? ¿Tienes hambre?Gianna se acomodó en la camilla, y puso el peso a su costado, para liberar su brazo hinchado.—No tengo… —entonces intentó sentarse.—No, no hagas eso… por favor hazme caso.—Mamá… ¿Cuánto he dormido?—Desde ayer en la noche…—No… Yo necesito hablar con Enzo…—Gianna… —Bianca puso una mano en su pecho—. Basta. ¿Quieres lastimar a tus bebés?Entonces Gianna parpadeó mirándola.Ninguno sabía que sus pequeñas eran niñas y ahora esta sorpresa, se había vuelto en una tragedia.Cuando quiso llorar, sus ojos le ardieron, he incluso le costó que sus ojos se nublaran nuevamente.—Por favor, dame agua.Y Bianca se apresuró por pasarle un vaso con una pajilla para que ella tomara lo suficiente.—Ahora, por favor, dime cómo está Enzo… quiero verlo.Su m
Los artículos de prensa cesaron.Ahora solo se leía en el periódico sobre el incidente que la involucraba a ella con Enzo, y como el empresario estaba en estado crítico de salud.También había recortes de fotos de Antonella entrando a la clínica, y solo se hablaba de cómo ella no se despegaba de la situación, del todavía su esposo.A veces Gianna quería gritar de la impotencia, pero estaba guardando las fuerzas, ya que posiblemente durante la próxima semana, le darían pase a la familia, para entrar por unos minutos a hablar con Enzo hasta dentro de la habitación.Y sabía que ella estaría impaciente por que llegara ese día, porque incluso le dolía la piel de no poder tocarlo todavía.Un día por la mañana, en un fin de semana durante la visita, ella vio entrar a Antonella de nuevo, mientras sus entrañas se revolvieron.—¿Han escuchado las noticias? —Gianna alzó la mirada ante su escándalo, mientras toda la familia de Enzo se levantó en la sala.Pero Ángelo fue el que cortó con el drama.
Gianna se levantó unos días después por la mañana, cuando su madre le sirvió el desayuno, junto a una mermelada de mora que era su favorita.Era un día frío, pero se suponía que hoy la dejarían pasar para ver a Enzo, por cinco minutos. Sus cinco minutos más esperados.La ansiedad no le dejó comer mucho, pero en definitiva estar con su familia, la había llenado un poco de fuerzas, que, en los últimos días, se habían estado desvaneciendo.—Puedo acompañarte… —la mano de su madre se posicionó en la de ella mientras le arrojó la propuesta.Pero Gianna negó.—No es necesario ma… un auto vendrá a recogerme… El hermano de Enzo se encargará, y después de esto, iremos al trabajo. Todos necesitamos colocar nuestra mente en algo, mientras Enzo despierta. Sobre todo, yo… porque creo que me volveré loca…—Pero, se supone que se iban, y que no ibas a trabajar más aquí…—Pero las cosas han cambiado… además, esa señora parece haberse aplacado…—¿Y tú qué piensas? —entonces Gianna negó ante la pregunt
Gianna era un manojo de nervios ahora, porque, aunque la situación le dio un poco de miedo, el Enzo que tenía adelante en este momento la tenía envuelta en una situación demasiado para soportar.Su mirada no dejaba de recorrerla entera, y aunque el médico le estaba explicando que esto sería muy temporal, y estaba mencionando las fases de los recuerdos, ella ya había dejado de escuchar desde hace rato, cuando él, sentado allí en su camilla, la detallaba todo el tiempo sin pestañear.Anteriormente, se había acostumbrado a sus mimos, a su pasión y sensualidad, pero la diferencia ahora es que él usaba sus mismas tácticas para llegar a ella de nuevo, como si él estuviera descubriendo que, en sus ojos, había atracción por él.—Así que no se preocupe, señor Cavalli… le repito, puede ser mañana, una semana… todo vendrá de nuevo hacia usted, y lo recordará todo…Esta vez Enzo se giró hacia el doctor y luego asintió.—De acuerdo, me adaptaré…—Bien… si necesitan algo, estaré por aquí… voy a pre
Hubo un dolor palpitante en su sien, mientras algunas imágenes se mostraron en su cabeza. Allí estaba ella tirando cosas y gritando, otras imágenes donde él mismo se agarraba la cabeza y juraba que podía sentir la sensación de impotencia, cuando la miraba desde un vidrió con sus muñecas vendadas.Levantó la cabeza para notar su boca que se curvaba de alguna forma, y su cuerpo tuvo un sentimiento de rechazo como si le estuviera advirtiendo algo.—Espera… debo decirte que te estás divorciando de ella… —Ángelo intervino mientras Enzo se giró hacia él—. Si no te lo digo, me matarás en el futuro… es mi responsabilidad…—Ángelo, esto no es necesario… él debe recuperarse por sí solo… —Antonella dio un paso adelante.—No… no sigas… sé que vienes aquí en son de paz… “Supuestamente…” pero mi hermano y yo no te creemos nada, Antonella… ya has hecho el suficiente daño a nuestra familia, y me puedo quedar aquí en la silla mostrándole a mi hermano todo el escándalo que has hecho, y como lo has difa
Gianna observó a Enzo por largo rato, sabiendo que este se había quedado dormido por unos analgésicos que le pusieron para el dolor en su espalda. Y aunque habían hablado un poco sobre su embarazo, cosas de la salud de sus bebés, todavía él no sabía la base de toda su relación.Y era mejor así por ahora, ella sabía que no estaba en la disposición de escuchar nada, y lo que más quería es que se recuperara para poder salir de aquí con él.¿Qué vendría a continuación para su relación?, no lo sabía en absoluto, pero no iba a dejarlo solo, aunque no podía negar que toda esta situación que se estaba desarrollando en la prensa con respecto a ese hombre que posiblemente había atentado en contra de ella, la tenía más que asfixiada.Cuando la hermana de Enzo entró, junto con sus padres, ella se levantó de su lado para sonreírles.—Creo que debe descansar un poco… ha tenido dolor…El rostro de su madre se angustió, pero Ángelo les pidió que fuese mejor que vinieran mañana para que él no tuviera