—Señor… le aconsejo que vayamos con cuidado… esta es nuestra única oportunidad, y el hombre ni siquiera sabe que usted estará presente.Enzo se giró hacia su agente privado y asintió de forma lenta, mientras chasqueaba los dedos y la ansiedad gobernaba su cuerpo.—No se preocupe… sé lo que tengo que hacer… conozco a Albert…Pasaron unos minutos hasta que la guardia los dejó entrar a la sala de visitas, y está en especial era una muy arreglada con mucho dinero de por medio para que él tuviera el acceso a una charla de menos de diez minutos.Enzo no se sentó enseguida, sino que dio la espalda todo el tiempo a la mesa, pensando que esta era la terminación de la información que debían recabar sus abogados para comenzar con el fin de Antonella.Él pudo escuchar como un par de rejas se abrieron, pero se quedó quieto esperando que Albert se acomodara tranquilamente.—Buenos días… —escuchó a su agente decir y a Albert responder a los segundos.Los guardias salieron determinándoles un tiempo,
Gianna terminó de colocar los platos en la mesa cuando se detuvo frente a ella para comprobar que todo estuviera listo.—¿Crees que les gustará todo…? Nunca he hecho nada así en mi vida antes…Y Enzo la abrazó por detrás dándole pequeños besos en sus mejillas y cuello.—No tienes que hacer nada de esto. Hay personas aquí encargándose… —ella se giró y negó rápidamente.—¿Qué sentido tiene invitar a nuestra familia y que no hayamos hecho nada para ellos? Mamá se dará cuenta de que la mayoría de cosas no fueron preparadas por mí…Enzo soltó la risa y luego apretó sus brazos.—Nunca he hecho nada con mis manos para invitar a mi familia, así que nadie se dará cuenta de que hemos comprado todo prácticamente…Gianna se cruzó de brazos.—Hice algunos postres… no puedes decir que todo lo compramos.—Lo digo en general, cara… no te enfurruñes porque si no… te llevaré arriba y te daré unas cuantas palmadas…Gianna se rio sonrojándose porque después de ese accidente, Enzo no había dejado su lado
Una semana después, Enzo tomó una aspiración grande cuando colgó el teléfono. Recostó su cabeza al sillón de oficina, y cerró los ojos.“Señor, ha ganado la demanda de divorcio…”A pesar de todo, le había ofertado parte de su fortuna a Antonella, y ahora que solo tenía que firmar ese documento para ser libre de ella, sentía una paz que nunca en su vida había experimentado. Una carga muy pesada se había ido de sus hombros, y solo quedaba la fecha del juicio, para que Antonella diera cuenta de todas sus acciones frente a la corte.Estaba masajeando su cien, cuando la voz de Gianna llegó a sus oídos.—Amor… lamento interrumpir… —y él sonrió colocándose de pie.Gianna ya estaba cumpliendo los cinco meses de embarazo, pero ella cada día se veía más hermosa con su perfecta barriga.—¿Interrumpir? ¿Qué significa? No tienes ni que avisar… —él la tomó de las caderas, pero Gianna no sonrió—. ¿Hay alguna mala noticia?Ella negó, y luego le paso su iPad, para que viera un titular.“Increíble con
—Por favor, ten mucho cuidado… —Gianna arregló la chaqueta de Enzo, y luego lo abrazó.—No demorará mucho… además, estoy lidiando con el abogado para que no tengas que asistir al juzgado cuando comience el juicio.—Pero sabes que si debo ir… necesitan mi confesión, y no podemos saltarnos de eso.Enzo acarició su mejilla y asintió, queriendo con toda su alma, que por alguna razón no tuviera que someterla a esto.Le dio un beso largo a Gianna, y luego se soltó de ella, para ordenarle a Luke que lo llevara al lugar.Aspiró un poco el aire natural de la calle y luego comprobó que cada día se sumaban más titulares a la prensa en contra de Antonella, y solo se preocupó un poco por su estabilidad mental.No era fácil de llevar, había pasado por esto también, y esperaba que después del juicio, la prensa se calmara en cuanto a ella.Se bajó en el edificio jurídico y entró a los pisos correspondientes, para que luego entrar en una oficina, a donde lo guiaron, y cuando llegó al lugar, entonces v
Aunque Enzo avisó a la familia de Antonella, ellos no llegaron sino en el momento del sepelio, y fue Gianna y su familia quien se encargó de la preparación del cuerpo de Antonella, la tumba y todo lo concerniente al entierro.Y por respeto a su familia, ella se mantuvo un poco alejada cuando el momento del entierro ocurrió.No hubo mucha gente, pero Gianna pudo evidenciar a su amiga Luciana, que lloraba desconsoladamente, incluso, estaba más afectada que los mismos padres de Antonella.Gianna acarició su barriga y se metió al auto cuando vio que, al terminar el sepelio, los padres de Antonella comenzaron a hablar con Enzo, y ella prefirió cerrar los ojos, recostarse al asiento, y respirar profundo.El ambiente se sentía diferente incluso ahora en medio de las lágrimas y el luto, pero Gianna podía sentirse completamente en paz, sabiendo que sus hijas estarían seguras de ahora en adelante, aunque sonara algo cruel.Una hora después todos comenzaron a marcharse y Gianna sintió como el al
Gianna sonrió cuando los aplausos la invadieron, mientras ella cortó la cinta roja del nuevo atelier que Enzo y Ángelo habían comprado, sumándose a la nueva inversión de las empresas Cavalli.Este estudio estaría dirigido completamente por ella y constaba de dos plantas amplias y muy cómodas para seguir ejecutando sus diseños.Su línea había sido lanzada hace dos años aproximadamente, y había tenido tanto éxito que se sintió motivada para seguir con una línea nueva para niñas, que también estaba siendo un éxito hasta ahora.No había querido cambiar el nombre de su nueva planta, y decía suya porque ahora era su propia jefe, y tenía empleados maravillosos que hacían de su trabajo una gran familia.El atelier seguía teniendo el mismo apellido Cavalli, porque también sería el patrimonio de sus hijas, que ahora estaban por cumplir los dos años de edad.Cuando todos entraron al primer piso, que era donde se exponían los diseños y se manejaba toda la venta, ella aspiró el aire al ver que los
—Mamá… —Gianna se giró rápido cuando fue Gabriela quien la llamó rascándose los ojos, y haciendo un puchero se acercó a ella, sabiendo que no todo iba a salir como lo había planeado.—Le daremos un dulce… eso le activará la energía, al menos hasta que camine al altar contigo —Alexia, que tenía a Chiara en sus brazos, rebuscó en su bolso hasta encontrar dos paletas grandes de caramelo.Y aunque sabía que Gianna era muy cuidadosa con los dulces para sus hijas, supo que no iba a negarse en esta ocasión.Las chicas parecieron alegrarse, y la niñera les puso dos grandes baberos para proteger sus vestidos. También se sentó muy cerca de ellas por donde estaban los juguetes, mientras las estilistas terminaban con Gianna, que no dejaba de mirar a sus hijas desde unos metros de distancia.—Es la primera vez que veo que el novio, esperará a tres chicas en vez de una… —Y Gianna sonrió con el comentario de la estilista.—No te imaginarás si te cuento mi vida… habrá muchas primeras veces conmigo… —
—¿Qué dice la prueba? —Enzo preguntó cuando Antonella salió del baño, mientras ella le mostró la cinta que comprobaba su estado negativo.El hombre tomó la cinta y la observó con decepción, pero asintió rápido hacia ella.—No te preocupes… no pasa nada —Se levantó tomando su rostro, y dio un beso leve en la su sien—. Iremos a un especialista esta semana… ahora, debo irme a trabajar.Antonella apretó su mandíbula y asintió. Pero antes de dejarlo ir, lo abrazó por la cintura, mientras lo miró detenidamente hacia arriba.—¿Por qué se te ha hecho tan difícil conformarte conmigo? —Enzo la miró serio.—No digas eso… te quiero, lo sabes… pero Antonella, somos italianos, la palabra familia corre por nuestras venas… tenemos un maravilloso matrimonio, y quiero hijos, siempre lo supiste, siempre lo has sabido, no vamos a discutir otra vez por esto…Antonella tomó una aspiración y asintió.Estaba harta de esta constante discusión, y ni siquiera sabía cuál sería el siguiente paso.—Bien… déjame bu