EL TRATO

Capítulo 5

Roger busca a Carla en su nueva casa, le tardo solo un par de minutos encontrar su dirección.

—¿Cómo lo hiciste? Has logrado embrujarme como ninguna otra.

—Porque no soy como otras —ella sonríe mientras se dirige al lago para tomar una ducha —¿Quieres venir?

Roger la sigue perdido en su belleza, no dejo de pensarlo, se ha prendado de ella.

Carla se mete al lago, toma una ducha desnuda, nada delante del Alfa que solo se sienta en la orilla viéndola nadar.

Lo incita, lo seduce, lo atrapa en su red.

El lobo se mete al agua junto a ella, se acerca tanto que Carla puede sentir su respiración.

—¿Por que no eres como las demás? —le cuestiona intentando darle un beso que ella esquiva.

—Porque me maratón y soy una nueva loba.

Carla se aleja de el, sale del agua enseñando su belleza mientras se viste, Roger no cruza el límite, le gusta este juego donde parece que ella tiene más poder.

—¿Me podrías explicar? —El lobo se acerca a ella tomando su brazo con fuerza.

Se miran, Carla puede ver la intensidad de Roger en su mirada, una atracción que le hace temblar un poco.

—Los dos tenemos un enemigo en común, Alonzo, el líder de Diamond.

Roger se retuerce al escuchar ese nombre, gruñe recordando al lobo que le hizo perder terrenos de su territorio, que lo llevo a vivir el fracaso.

—¿Que te hizo ese imbécil?

—Fui su esposa, me desterró y me quito todo, mi padre y mi dinero.

Carla mira frunciendo el ceño al Alfa, sostiene su mirada en alto, no le tiene miedo por el contrario le gusta el reto.

—Lamento que ese imbécil no supiera aprovechar la belleza de una loba como tú.

—Yo vine para pedirte una alianza, quiero que nos venguemos juntos de el, quizás recuperar lo que nos pertenece.

Roger se aleja, mira la determinación de Carla, ella no está jugando 

—Olvidalo, sigue con tu vida, las venganzas, la justicia es cosa de lobos machos.

—Por esas cosas de lobos machos es que estoy muerta en vida, pero no te preocupes si tienes miedo, puedo conseguir quién me ayude.

Roger la detiene 

—¿Cual es el plan.

—Casate conmigo.

Roger suelta una carcajada

—Preciosa, si quieres tenerme solo tenías que decirlo, no inventar excusas baratas.

—¡Esto es enserio! —Carla levanta la voz —Te ofrezco un matrimonio por contrato, donde los dos obtendremos lo que queremos.

—Explicate.

—No abra peor humillación para Alonzo que me case contigo, su rival, se que se desestabilizara.

—Es un débil, llorará un poco pero no me sirve de nada, te lo dije las lobas solo piensan en lo emocional, los machos en cosas de más importancia.

—Esta bien —sonrie Carla —Mi padre tenía mucho dinero, el cual voy a recuperar con el hay varias hectáreas de tierra que te entregaré porque no quiero nada de Diamond.

Carla se había empapado de información, al ser una desterrada no podía acercarse, pero esto no pasaría si ella era la reina de un Alfa, el concejo supremo le exigiría a Alonzo regresarle el dinero de su familia.

Roger abre los ojos, sabe que esto limpiarla su mancha de la guerra, tendría las tierras por las que perdió todo.

—¿Buscas mi poder?

—Exactamente, los dos sacaríamos provecho, pero te dejo claro en ese trato estará estipulado que nunca tendremos sexo.

—Entonces no —Roger bromea, mira al cielo, le prometió a su padre ser el mejor, no sabe si contendrá esa promesa, Carla le seduce de una manera que ella no imagina 

—Hagamoslo.

Los siguientes días fueron de caos, Aurora no toleraba la idea de perder al Alfa que no tardó más de un día en colocar el anillo de compromiso en los dedos de Carla.

La loba se sentía mal por la novia abandonada, pero Loreta le recordó que ella debía mantenerse firme ante sus sentimientos y pensar solo en su plan.

Roger le da un beso en la mano

—Desde hoy eres mi prometida, mi reina.

—Solo un par de meses, esto es un trato —le recuerda Carla mientras fingen sonrisas frente a los ancianos que avalan el compromiso.

—Yo espero que el contrato sea a término indefinido —Roger la besa.

Un par de días después, una invitación llega a Bluemoon, como es de costumbre a pesar de las rivalidades, los Alfa que se casarán, debían enviar a todos las manadas su invitación.

Por la guerra entre los dos, Roger jamás asistiría a una fiesta dada por Alonzo, pero está era diferente.

Busco de inmediato a Carla y le enseño la invitación.

La loba sintió una puñalada en su pecho, quizás la que necesitaba para entender que el ya no estaría jamás en su corazón 

"El Alfa Alonzo eligió como Luna a Amelia"

Una invitación para la boda que ella destruyó en el pasado.

—Vamos.

Llegaron tarde, Aurora se veía espectacular pero ocultaba su cara con un enorme sombrero.

Alonzo no se percató de la presencia de su enemigo, su cabeza estaba en blanco, solo veía al infinito escuchando las palabras de el anciano de la manada que lo ataba a Amelia, la loba que estaba a su lado.

—Desde hoy ella es nuestra reina, La luna de la manada Diamond.

Una lágrima se derramó de los ojos de Carla que se limpió rápidamente recordando su promesa.

—¿Estas bien? —Roger la tomo de la mano.

—Mejor que nunca —sonrio Carla.

Alonzo al ver la presencia de su enemigo se acercó, no podía creer su osadía 

—¿Que haces aquí?

—Me invitaste a tu boda —sonrie Roger mientras Carla gira dándole la espalda.

—Sabes que es un formalismo obligado, jamás te invitaría a mi manada —Alonzo estaba furioso.

—Lo lamento, solo quería presentarte a mi prometida —Roger toma el brazo de Carla.

—¡No me interesa saber qui...

La voz de Alonzo se va dispersando, abre los ojos al ver a aquella loba quitarse el sombrero que cubría su rostro.

—Feliz boda Alfa Alonzo —sonrie Carla.

Alonzo tiene en frente a la loba que ama, la misma que desterró por sus celos posesivos.

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