—¡Eres una estúpida Nina! —escucho como el último plato de cerámica se rompe en el suelo. Ha acabado con todos.
—Papá… —una bofetada terminan con mis ganas de hablar
—¡No te he dicho que hables!, estúpida niña —camina de manera torpe mientras tropieza con las paredes. Yo cierro los ojos implorando que vaya a dormir a su habitación y así pueda terminar mi comida en paz. Pero no tengo suerte, vuelve con una botella de licor. La estrella en la pequeña mesa de madera justo frente a mi y dirige su fría mirada hacía mi.
—Eres una perra igual que tu madre… —da un sorbo al pequeño vaso que se ha salvado de ser estrellado en el suelo—. Me voy… no quiero volver a ver tu cara de nuevo.
Otro fuerte golpe me sorprende. Después lo único que veo es oscuridad y comienzo a llorar, este es el único tipo de contacto que tengo con mi padre, no abrazos, ni felicitaciones, ni palabras de aliento… vuelvo a casa y me recibe con cualquier tipo de amenazas o malos tratos.
Me pongo de pie con trabajo y poco a poco mi vista se aclara. Tengo que salir de aquí. Tengo que irme antes de que termine por matarme.
Quisiera poder ser la hija que mi padre quiere sin que tenga que gritarme o golpear mi rostro. Quisiera que mi madre nunca se hubiera ido de casa y juntas sacarlo de esta terrible adicción al alcohol.
Seco las lágrimas que cubren mi rostro y tomo una bocanada de aire. Tendría que pasar algo extraordinario para salir de esto. Mi destino está decidido…
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©//OBRA REGISTRADA .
•••••••••••••
Esta historia está registrada y protegida por derechos de autor.
Prohibida su copia total o parcial. No se aceptan adaptaciones. En caso de que se violen dichos derechos se tomarán acciones legales.
Miranda, A.©
Nina:No he parado de llorar desde que ha sucedido. Luzco terrible. Mi padre se ha ido de casa, aunque no por mucho tiempo, de eso estoy segura puesto que ha sucedido tres veces en el último mes.Su problema con el alcohol va en aumento. Ha perdido su empleo, de nuevo, es la razón por la que ha explotado el día de hoy, fue despedido. Mi padre no ve, ni logra entender que yo me esfuerzo de maneras infinitas por sacarnos adelante. Por ser una familia normal. He tratado de mantenernos por este último mes con mis ahorros y un par de trabajos eventuales como niñera, pero primero se ha cansado y se ha ido.Me detengo en la primera roca grande que veo. Mi cuerpo se hace un ovillo, las lágrimas no han cesado ni un poco. Siento el sabor metálico en mi boca y el dolor en mi cabeza que hace unos meses es tan común, no me deja en paz acompañado de un horrible sentimiento de incertidumbre me inva
Nina:Siento el galopar del caballo, me aferro fuertemente a aquel torso grueso. No quiero mirar, no quiero saber a dónde me llevan. Siento que muy probablemente esto sea producto de mi imaginación y me he vuelto loca.Mi mente desvaría y por un momento en el viaje el olor que emana esa piel me hace sentir como si estuviese ebria. Siento que voy a desfallecer. Comienzo a escuchar gritos. Ya no son sólo las pisadas de los caballos y algunas conversaciones, ahora son gritos de bienvenida.Aprieto mis ojos y mis brazos aún más a él y noto como el caballo baja la velocidad. Su mano se apoya fuerte en mi cintura, pegando su cuerpo aún más al mío. Escucho el rechinar de unas puertas y luego como cierran con algún pasador.—Hemos llegado —susurra a mi oído y yo me estremezco aferrándome más a él—. Hey…Separa m
Nina:Isadora me ha dejado frente a una puerta de dos hojas. Ha dicho que llame antes de entrar, pero no estoy convencida de hacer nada en este momento.Miro hacia los lados y los largos pasillos están solitarios, doy la espalda a la puerta y comienzo a caminar. Quiero salir de aquí. Me da miedo estar rodeada de esta gente tan extraña y sigo dudando de que esto sea real. Tomo mi vestido para evitar tropezar mientras doy zancadas grandes para encontrar alguna salida pronto.El final del pasillo muestra una escalera. Bajo lentamente para evitar que alguien me vea, cuando, escucho un par de pasos y me oculto tras un enorme mueble lleno de lo que parecen ser libros con cubiertas extrañas, como de piel.Al convencerme de que los pasos se han alejado lo suficiente continuó bajando, 20, 25, 30 escalones. Mis piernas ya no pueden más, estoy exhausta. Doy media vuelta y ya no hay más escaleras
Nina:Apenas he tocado las verduras cuando todos han terminado. Se disculpan poniéndose de pie y notificando que estarán en el salón. Anker asiente hasta que ya no hay nadie más en la mesa, solo él y yo.—¿Por qué no has comido? —pestañeo varias veces y trago saliva mirando a mi plato aún con ensalada.—No tengo mucha hambre, todo esto… —hace mala cara y pincha un trozo de carne.—Quiero que comas bien, vas a enfermar —niego dejando el tenedor en el pequeño mantel.—Solo es… lo que ha pasado —se pone de pie y camina hasta estar a mi lado, pide mi mano y al pasar la mirada por él me doy cuenta que lleva puesto un pantalón de tela negro y una camisa del mismo color, que deja al descubierto sus marcados brazos.—Vamos —coloco la servilleta de tela en la mesa y me pongo de
Anker:No puedo evitar que el mal humor se apodere de mí, mucho menos después de la estupidez que cometió Tymon. Trato de mantener la calma pero mi cuerpo solo quiere darle una buena paliza a mi hermano. Camino de forma pesada hasta mi lugar de reuniones y sé lo que voy a escuchar, sé que me dirán que tengo que liberarla y dejar que ella misma decida lo que quiere hacer y con quien quiera estar… pero no puedo, la necesito y esto me enferma, me enferma necesitar tanto de alguien, ellos deben de entenderlo, ellos se han enamorado…Con solo verla, con solo ver sus inocentes ojos, su piel tan pálida. Siendo tan pequeña necesita que alguien la proteja de esos seres tan despreciables, como su padre, como Tymon.—Dime, ¿Qué es lo que quieres padre? — Él suspira. Tomo asiento en mi mesa de trabajo y cruzo las manos, mirándolos fijamente.
Nina:Anker ha insistido en que compartiéramos la cama. La verdad es que me siento muy intrigada al dormir al lado de un hombre al que apenas conozco. Es por eso que estoy sentada en el balcón, es madrugada pero puedo ver los primeros rayos de sol saliendo. No he podido conciliar el sueño.Aspiro el aire fresco de esta mañana y cierro los ojos. ¿En verdad estaré mejor aquí?, ¿mi padre estará bien?... me sorprendo al aceptar que nunca me había sentido tan tranquila, sin miedo a despertar siendo atacada por él o pensando cómo conseguir comida para que no se moleste.—¿Qué haces aquí?, y despierta… —la voz ronca de Anker me sobresalta y me pongo de pie de inmediato, miro hacia el suelo y luego a él.—Lo siento… no puedo dormir —frota sus ojos y estira su cuerpo grueso y atlético frente a
Anker:Nina y yo tuvimos una primera noche bastante intranquila. Solo las últimas horas fueron buenas. Logré tumbar un muro de inseguridad en ella. Solo hay un problema, desde que desperté no he podido sacar a Nina de mi cabeza y tenemos tantas cosas por hacer.Jadeo y trato de tomar aire, hemos terminado de entrenar para los enfrentamientos. Este trabajo es duro, cansado, pero hay que estar preparado para lo que se nos aproxima.—Señor, hemos terminado con la rutina de armas, ¿quiere que reforcemos algo más? —alzo la mirada al sol que es demasiado fuerte y niego, usaré esto como una justificación para mejorar mi concentración.—Es todo por ahora —toco la herida que ha provocado Tymon en mi rostro mientras al mismo tiempo siento su brazo en mi hombro, es despreciable.—Lo siento hermano, pero bajaste la guardia y… —suspira de f
Nina:Despierto sobresaltada en aquel enorme colchón, miro a mí alrededor y me recuerdo a mi misma que hoy no desperté en mi habitación, ni en mi casa, ni siquiera en mi colonia. Estoy en, quien sabe dónde, con Anker…Me siento en el colchón y miro hacía el balcón, el sol está arriba, debe ser medio día. Muevo mi cabeza de un lado a otro y me sorprende el hecho de sentirme tan bien, creo que lo de anoche fue de verdad. Busco algún reloj pero no encuentro nada.Dirijo mi cuerpo hasta el baño, lavo mi rostro y localizo un cepillo de dientes de madera que parece hecho a mano. Me miro al espejo y veo como el moretón que cubre mi rostro se torna mucho más oscuro, suspiro un poco derrotada, es terrible verme así, pero de marcas peores he sanado.Al salir del baño me encuentro con Jeno, la mujer encargada de la cocina.&m