Nina:
Despierto sobresaltada en aquel enorme colchón, miro a mí alrededor y me recuerdo a mi misma que hoy no desperté en mi habitación, ni en mi casa, ni siquiera en mi colonia. Estoy en, quien sabe dónde, con Anker…
Me siento en el colchón y miro hacía el balcón, el sol está arriba, debe ser medio día. Muevo mi cabeza de un lado a otro y me sorprende el hecho de sentirme tan bien, creo que lo de anoche fue de verdad. Busco algún reloj pero no encuentro nada.
Dirijo mi cuerpo hasta el baño, lavo mi rostro y localizo un cepillo de dientes de madera que parece hecho a mano. Me miro al espejo y veo como el moretón que cubre mi rostro se torna mucho más oscuro, suspiro un poco derrotada, es terrible verme así, pero de marcas peores he sanado.
Al salir del baño me encuentro con Jeno, la mujer encargada de la cocina.
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Nina:Su voz ronca me hace estremecer, siento un extraño deseo por volver a tenerlo cerca, no lo puedo negar. La verdad es que aun sigo molesta y un poco asustada por la reacción de Anker en el jardín, sin embargo luce bastante tranquilo en este momento, ignorando su mirada hambrienta recorriendo mi cuerpo.Un silencio se apodera de la habitación, no puedo apartar la mirada de los hermosos ojos de Anker, mis labios aún sienten los suyos.—Tengo que hablar contigo —carraspeo y camino hacia el sillón que hay en la habitación, tomo asiento y entrelazo mis manos.—¿Qué… qué pasa? —acomodo un mechón de cabello que se ha soltado de mi improvisado peinado.—Luces muy hermosa —siento como mis mejillas se sonrojan, se pone de pie de nuevo—. No quiero dejarte ir Nina, no quiero que estés con nadie más&he
Anker:Entro a mi despecho y doy un portazo. Paso una y otra vez mis manos por mi cabello. Necesito que esa chica se comporte, comience a obedecer o… esto terminará mal.—Anker —llaman a la puerta, y reconozco la voz de mi padre.—Pasa —digo a regañadientes, la verdad es que no tengo ganas de hablar con nadie y menos escucharlo.—El pueblo entero escuchó su discusión —bufo, como si eso me importara.—Bueno, no todo es de color de rosa en esto del matrimonio, tu más que nadie debes de saberlo ¿o no? —mi padre alza sus cejas y luego suspira.—Claro, salvo que tu madre sabía en lo que se metía y tenía bien claro las costumbres de esta familia —toma asiento frente a mí—. No vengo a atosigarte…—¿Ah no? —hace mala cara—Deberías hablar c
Nina:Sus manos cubren por completo las mías, en su frente se dibujan líneas de expresión que lo hacen ver aún más atractivo. Mis manos lucen tan pequeñas en él.—Anker… —cuando menos pienso comienza a besar mis manos una y otra vez—. Anker…Llamo para hacerlo parar, el gesto me llena los ojos de lágrimas, nunca nadie había estado así por mí.—Te lo prometo, trataré de manejar… esto —no puedo evitar sonreír—Tu mal humor dirás… —frunce el ceño—Sí… mi mal humor —dice entre dientes.—Vale, me parece bien, si los dos ponemos de nuestra parte, tal vez esto funcione —sus intensos ojos verdes se clavan en mis labios.—Funcionará yo lo sé… —se pone de pie de forma rápi
Nina:—¿HIJOS? —asiente confundido.—Sí, tendremos hijos —mi rostro debe de ser un poema—Bueno si pero… en unos años y…—¿Años?, claro que no Nina, debemos concebir en cuanto nuestra boda se haya celebrado —una uva se atora en mi garganta y me obliga a toser.No consigo sacarla, Anker se pone histérico y me entrega un vaso de agua, niego varias veces pero tomo el vaso, y al instante mi garganta queda liberada.—¿Estás bien?, ¿Nina?, contéstame —asiento mientras tomo aire para decirle, ¡QUE ESTÁ JODIDAMENTE LOCO!—¿Hijos?, Anker soy muy joven para tener hijos y… —su rostro se transforma.—Nina esto es una tradición, debemos concebir —frunzo el ceño y miro hacia otro lado.—Creo que eso no me lo espe
Nina:El desayuno transcurre de forma tranquila, Tymon intercambia algunas palabras con su esposa y su padre, Adonia habla con su madre y su hermano Bastiaan, el pequeño Deo me mira de vez en cuando y yo solo le sonrío haciendo que su mirada se desvíe de inmediato.Anker se pone de pie y camina hacia mi lugar, besa mi frente y me indica que me ponga de pie aunque no he terminado de desayunar.—¿Qué pasa? —digo cuando nos hemos alejado un poco de la mesa.—Solo que este día estaré un poco ocupado, quiero que estés con Adonia y con mi madre —asiento emocionada, ya que quiere decir que podré salir.—Vale —sonríe y se aleja, vuelvo a la mesa y me doy cuenta que solo está Deo, Adonia e Isadora.—¿Te ha gustado el desayuno? —pregunta Adonia de inmediato y yo asien
Anker:Miro como varios de nuestros guerreros entran en combate, entrenan duro bajo la intensa luz del sol. Siento el sudor caer por mi espalda y rostro… hace demasiado calor y el sol quema nuestra piel.Estoy perfeccionando las técnicas de ataque de mis hombres, no debe de haber ninguna falla si queremos que esto termine pronto, no puedo pensar en que esta guerra dure meses… meses lejos de Nina.—¡OTRA VEZ! —grito y continúan peleando, tomo una gran bocanada de aire y lo único que puedo pensar es en Nina, ¿cómo estará?, ¿dónde estará?, no habrá escapado… ella quiere estar conmigo.—Señor —me giro y encuentro al hombre encargado de afilar nuestras armas—. Su arma está lista.—En un momento —digo antes de ordenar que ataquen de nuevo. Hago una leve señal al encargado del cent
Nina:Tomo una pequeña regadera con agua y la esparzo por las hermosas flores que adornan el jardín.—Y ¿Qué es lo que pasa contigo Adonia? —me mira extrañada—. ¿Por qué no te has casado?Pregunto tratando de no parecer indiscreta. La respuesta se tarda en llegar y mira hacia todos lados, puedo asegurar que está un tanto nerviosa.—Por qué mi hombre no ha llegado, me quisieron casar con el hijo de uno de los hombres más honrados de la aldea, era lindo, pero no moría de amor por él —asiento, ¿morir de amor? —. ¿Tu mueres de amor por Anker?—Define morir de amor —digo tratando de darme tiempo para saber cómo contestar aquella pregunta.—Bueno, no dejar de pensar en él en todo el día, despertar con él en la cabeza y dormir con él en tus pensami
Nina:Isadora se ha ido hace un par de minutos, estoy en la enorme sala de estar y por suerte tengo al fin un momento para cerrar los ojos y relajarme después de tanta información que procesar. Estoy decidida a subir a mi habitación porque de no ser así terminaré cayendo dormida en el sofá, así que me pongo de pie y dirijo mi cuerpo a paso lento a las escaleras cuando una mano helada me toma del brazo.—Y cuéntame, ¿cómo te ha ido con tu salvaje futuro esposo? —la voz de Barbara es rasposa y algo maliciosa, mi boca cae al suelo ante sus palabras, ¿salvaje?—He… ¿cómo? —es lo único que puedo articular debido a mi sorpresa.—No tengas vergüenza conmigo, sé lo que es estar casada con un Hyle, es difícil y sus gustos… extraños ¿o no?