Narrador.

En el momento que Lars escuchó a Maia, se aclaró la garganta y cambió de tema, le dijo que la tristeza de Ana se podía oler a distancia, pues lo que no quería era entrar en el tema de la familia.

—Que mala he sido, tú me haces olvidar todo— dijo en cuanto salieron del baño juntos.

—Me encanta hacerte olvidar todo—, Lars la volvió a sostener de las caderas pegándole a él, que se encontraba con una toalla envuelta alrededor de su cintura. Ella intentó hablar, pero él aplastó sus labios en un beso, delineando de manera sensual sus labios con la punta de la lengua.

—Calma Lors, no podemos, debo ir con Ana, ella me necesita más que tu excitación— dijo mirando hacia abajo su hombría levantada haciendo una casa de campaña con la toalla. Maia se apartó con una sonrisa maliciosa en los labios.

—Vamos pequeña, está vez será muy rápido, lo prometo— pidió él nuevamente con deseo de volver a entrar en ella, lo ponía muy duro pensar en lo bien que se sintió estar oprimido en ese estrecho