Mis amores, la historia de André seguirá aquí. Esto son solo extras.
ESCENA EXTRA: FUERA DE LA FAMILIA.Casi una hora después, la reja de la celda se abrió con un chirrido metálico.—Ya pueden irse —dijo un oficial, señalando la salida.Vittorio fue el primero en ponerse de pie, estirándose ligeramente antes de salir, dejando a Vendíamin detrás. Al llegar a la salida, los dos hermanos vieron a José recostado en su auto, con los brazos cruzados, esperando pacientemente. Cuando Vittorio lo vio, su rostro se iluminó y apresuró el paso hacia él.—¡Hermano! Jamás me gustó tanto ver tu cara —dijo Vito, dándole un abrazo efusivo.José suspiró y le palmeó el hombro con suavidad.—Tranquilo, ya pasó —murmuró, antes de que su mirada se posara en Vendíamin, quien caminaba más despacio, con un hematoma visible en el pómulo y el labio partido.—¿Carreras otra vez? —le reprochó, sin dureza, pero con una clara preocupación—. Vendíamin, ¿hasta cuándo seguirá esto? No puedes pretender doblegar a papá…Él lo miró brevemente, pero no dijo nada. Solo trató de subir al auto
ESCENA EXTRA: BIENVENIDA, PRINCESA.Artem caminaba de un lado al otro con las manos en la espalda, su figura alta y varonil destacaba incluso a sus casi 57 años. Había envejecido bien, manteniendo una atracción natural que parecía mejorar con el tiempo.Alexei, sentado cerca, lo observaba con una sonrisa torcida. Siempre enigmático y poderoso, sus 58 años no le quitaban ni un ápice de ese aire intimidante que lo rodeaba. Su cabello negro contrastaba con sus penetrantes ojos azules, que ahora brillaban con diversión.—Esto es un déjà vu —comentó, burlón, mientras lo miraba pasearse como un león enjaulado—. Cada vez que algo importante está por pasar, te pones a caminar como si eso fuera a acelerar el tiempo.Artem se detuvo y lo miró con una ceja levantada.—No sé de qué hablas —respondió, pero Alexei solo se rio, poniéndose de pie para darle una palmada en el hombro.—Tranquilo, todo saldrá bien —dijo—. Pero si realmente no quieres estar en este tipo de situaciones, tal vez deberías a
ESCENA EXTRA: BIENVENIDA, PRINCESA (II) Artem abrió y cerró los labios, iba a decir algo. Cuando la puerta se abrió por tercera vez, y esta vez fue Vittorio quien entró. Vestía ropa deportiva, su cabello rubio ligeramente despeinado, y en la mano llevaba una cesta repleta de frutas de temporada. Al ver a José y Alexei, una sonrisa iluminó su rostro. —Ya tengo una hermanita, ¿verdad? José y Alexei giraron sus cabezas hacia Artem y Valentín, quienes lo miraban y negaban al mismo tiempo. Vittorio captó el gesto y frunció el ceño en una expresión de resignación. —Ok… aún no tengo una hermanita. Artem caminó hacia su hijo sin decir una palabra, su expresión seria y sin más lo envolvió en un fuerte abrazo, seguido de Valentín. No necesitaba explicar más. —Gracias por estar aquí, hijo —le murmuró, sintiendo cómo la tensión acumulada de los últimos meses con sus hijos empezaba a disolverse. Aunque a veces se alejaban, o hacían cosas que él no entendía o aprobaba, los amaba profundamente
ESCENA ESPECIAL: CONVERSACION PADRE- HIJA.La luz del atardecer entraba suavemente por las ventanas del estudio de la mansión Vasiliev, envolviendo la habitación en un cálido tono dorado. Artem, sentado en su sillón de cuero, sostenía en brazos a su pequeña hija de seis meses, Ekaterina, cuyo nombre delicado reflejaba la inocencia y belleza que traía a su vida. La bebé, con sus enormes ojos azules y una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor, jugaba con los dedos de su padre, balbuceando sonidos que solo ella comprendía.Como de costumbre, Artem le hablaba con seriedad, como si estuviera discutiendo una importante fusión empresarial.—Lo fundamental, mi pequeña Ekaterina —dijo con su voz grave y segura—, es analizar el mercado, identificar las oportunidades y actuar con precisión.Ekaterina, completamente ajena a sus palabras, tiró de su dedo y lo llevó a su boca. Artem no perdió la compostura y continuó hablando, esta vez con un toque de sarcasmo:—Y si las cosas no salen como plan
Mis queridas lectoras, hemos llegado al final de la historia de Artem y Liana.¡Ay, Dios! Tengo sentimientos encontrados porque, sin duda, son mi pareja favorita. Originalmente, la historia iba a tener 80 capítulos, ¡y miren hasta dónde hemos llegado! Sé que quieren saber más sobre los trillizos y los hijos de Santino y Alexei. Aunque ya sabemos que Milenka tendrá su historia con José, pero, por ahora me enfocaré en André para cerrar oficialmente esta saga de "Pequeñas Alianzas".Si Dios quiere, el próximo año comenzaremos con "Legado, Sangre y Lealtad".¡Así que no se vayan!Las amo y gracias por ser las mejores lectoras del mundo.
SIPNOSIS:Julieta Ricci, quien siempre ha evitado el amor, tiene una noche pasión con un desconocido, para luego descubrir que está embarazada del futuro esposo de su hermana. Ahora, con un hijo en camino y una decisión desgarradora que enfrentar, se ve obligada a considerar un matrimonio con otro jefe de la mafia para proteger a su bebé. Sin embargo, lo que no sabe es que esta elección encenderá la furia y los celos de un hombre que no está dispuesto a dejar que otro reclame lo que siente suyo.André Romano, ejecutor de la mafia, siente su mundo se tambalearse al descubrir que la mujer que no puede olvidar, ella es nada más y nada menos que la hermana de su futura esposa, y por si fuera poco, ¡está embarazada de él!Atado por el honor y su palabra, se enfrenta un dilema mortal: cumplir con el matrimonio pactado que consolidará una alianza crucial o arriesgarlo todo por la mujer que lo ha atrapado en su red de deseos.En el peligroso mundo de la mafia, André desafiará las reglas estab
CAPITULO 1: JULIETTA RICCI.—Corre, Julieta. ¡Corre, por favor, y no mires atrás! —La voz de su madre temblaba de desesperación mientras la sujetaba firmemente de los hombros, los ojos llenos de miedo y algo más. Algo que Julieta, a su corta edad, no lograba entender por completo.La niña negó, con lágrimas rodando por sus mejillas.—No quiero dejarte, mamá… —sollozó.La madre tragó en seco, mirando rápidamente hacia atrás. El peligro estaba cerca, demasiado cerca. Volvió a ver a su hija.—Julieta, te seguiré. Te lo prometo, solo corre. En cuanto pueda, estaré contigo.—Pero…—Obedece, cariño —su madre respiró ansiosa—, solo vete…Julieta asintió, aunque algo dentro de ella le decía que su mamá mentía.—Tú… ¿lo prometes, mamá? —preguntó con la voz quebrada.La madre intentó sonreírle, aunque el miedo casi se lo impedía.—Sí, te lo prometo.Julieta la abrazó con fuerza.—Te quiero, mami.—Y yo a ti, mi Julieta —respondió su madre, rodeándola con los brazos y apretándola contra su pecho.
CAPÍTULO 2: SEÑORA ROMANOPALERMO/ITALIA.—Y… hablando de tu boda, ¿ya has visto a tu futura esposa?André soltó un suspiro, cargado de indiferencia.—Sí. Es… bonita.—¿Bonita? No suenas muy convencido —preguntó Santino—. Es fea y no quieres decirlo, ¿verdad? Si es así, no me importa perder esta alianza. No voy a condenarte a una vida de terror con una esposa fea.Él rodó los ojos y negó con la cabeza.—Ya te dije que es bonita. Natalia Ricci está hecha para ser la esposa de un mafioso: es callada, sumisa, buen cuerpo… No tendré problemas con ella a la hora de hacer mis herederos, te lo aseguro. De todas maneras, no es un matrimonio por amor, Santino. Es un matrimonio necesario. No todos tenemos tu suerte.Cuando dijo esto, en lo profundo de su mente apareció una mujer en la que no podía dejar de pensar. La rubia de ojos azules seguía apareciendo en sus pensamientos, hasta el punto de que incluso soñaba con ella. Cada vez que cerraba los ojos, revivía una y otra vez la suavidad de su p