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CAPÍTULO 96: ÉL ESTÁ DETRÁS DE TODO.La carpeta cayó sobre el escritorio con un sonido sordo. Liana la empujó hacia Artem, quien la miró con cautela.—Este es el testamento de mi padre. Nunca se leyó, pero me reuní unos días antes con el abogado, ¿recuerdas que...? —resopló divertida—. Bueno, fingimos casarnos con bienes separados, ¿no?Artem asintió, como un niño regañado, incapaz de defenderse.—El caso es que —continuó ella, con esa mezcla de seguridad y burla que lo volvía loco—, hay una cláusula en la herencia, y en la herencia está incluida esa mina. Para ser un hombre de la mafia, no leíste lo que debías, ¿sabes?Su tono era burlón, casi provocador. Artem apretó la mandíbula.—No lo hice porque no me interesaba tu herencia. Yo solo quería...—Sí, sí, querías vengarte —lo interrumpió ella, con una indiferencia fingida mientras se sentaba cómodamente en la silla. Liana disfrutaba de tener el control, mientras Artem se mantenía en silencio, intentando comprender hacia dónde iba tod
CAPÍTULO 97: El ESLABÓN DÉBIL— ¿Me estás hablando en serio? —Tatiana no daba crédito a lo que escuchaba.—Sí, Artem y yo vamos a casarnos —respondió Liana con calma.—Pero… ¿Y André? Liana hizo una pausa, eligiendo con cuidado sus palabras.—André… es un gran hombre, de eso no hay duda. Es caballeroso, siempre está dispuesto, y estoy segura de que me daría seguridad, me haría feliz… —Liana dejó su frase en el aire.—Pero… —intervino Tatiana, adivinando lo que su amiga estaba tratando de decir.—Pero… no es Artem —Liana la miró con sinceridad en los ojos—. Lo que tengo con Artem es diferente, Tatiana. Es algo más profundo… lleno de pasión, deseo, lujuria… y amor. Con él, todo es más intenso, me hace vivir al límite. —Liana se rio y agregó, entre bromas—: Ya sabes cómo es, al final siempre terminamos eligiendo al chico malo.Tatiana se unió a su risa, aunque su mirada seguía siendo inquisitiva.—¿Y entonces qué pasará cuando llegue el momento de terminar el matrimonio? —preguntó con un
CAPÍTULO 98: UNA MUJER QUE SUEÑA CON OTRO. —¡Madre de Dios, este vestido es hermoso, Liana!—exclamó Tatiana, deslizando sus dedos por la delicada y fina tela con una expresión de asombro. Liana no pudo evitar sonreír con satisfacción. El vestido era un sueño, una pieza que parecía sacada de un cuento de hadas. El corsé estaba adornado con encajes bordados a mano, que delineaban su figura con elegancia, mientras que la falda, hecha de varias capas de tul suave, se abría en un majestuoso despliegue que caía hasta el suelo como una cascada de seda. La parte superior estaba decorada con pequeñas perlas que brillaban sutilmente bajo la luz, y un velo largo y vaporoso completaba el conjunto, dándole un aire etéreo y celestial. Artem había elegido cada detalle con un cuidado que ella jamás habría imaginado, y el resultado era más de lo que cualquier novia podría desear. —¿Verdad que sí?—respondió Liana, aún sorprendida de cómo Artem había logrado capturar lo que siempre había soñado, sin e
CAPÍTULO 99: FINALMENTE MIA.Liana estaba radiante mientras caminaba lentamente hacia el altar, tomada del brazo de Alexei. Los ojos de Artem la siguieron todo el tiempo, llenos de admiración y ternura. Cuando llegaron, Alexei sonrió y entregó la mano de Liana a Artem. No sin antes inclinarse rápidamente y susurrarle a su amigo:―Será mejor que no la cagues de nuevo, ¿ok?Artem lo ignoro y tomó suavemente la mano de Liana, inclinándose para besarla con delicadeza, un gesto que hizo que los ojos de ella brillaran de emoción.Ambos se volvieron hacia el sacerdote, quien, con una sonrisa cálida, comenzó la ceremonia, después de explicar la importancia del matrimonio y su deber para con Dios, el hombre hizo la pregunta.—Artem Vasiliev, ¿aceptas a Liana como tu esposa, para amarla, respetarla y cuidarla en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza…?―Sí ― Artem no dejó que el sacerdote terminara. Dijo un “Sí” firme y decidido, provocando una ligera risa en Liana, quien so
CAPÍTULO 100: QUIERO MI LUNA DE MIEL.Artem respiró hondo, intentando mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza en su pecho. Cada fibra de su ser estaba tensa, no por miedo a lo que Larissa pudiera hacerle a él, sino a Liana.—Larissa —dijo, con una calma calculada, aunque su voz reflejaba el temor real—. Baja el arma. Ahora.Ella soltó una risa amarga y cruel, sin apartar la pistola de Liana.―¿Qué asustado porque te vas a quedar viudo el día de tu maldita boda?La rabia de Artem iba en aumento, pero no podía irse contra ella, no si seguía apuntando a Liana.―Baja el arma y hablemos.―¿Hablar? ―Larissa preguntó soltando una carcajada. ―Pues dime… responde… ¿Por qué? ¿Por qué no puedes amarme a mí? ¡No soy suficiente, ¿verdad, Artem?! Nunca fui suficiente para ti.Él tragó saliva, sus ojos manteniéndose fijos en Larissa, midiendo cada palabra.—Larissa, escúchame —dijo con la voz firme —. No hagas nada de lo que te puedas arrepentir.Los ojos de Larissa se llenaron de odio
CAPÍTULO 101: AMOR EN LAS ALTURAS.—Artem… —murmuró Liana, sus manos presionando suavemente el pecho, tratando de apartarlo un poco. Pero, aun así, él la mantenía sobre su regazo, sus labios seguían buscando los de ella, insaciables. —Cariño… —repitió entre risas—. Llegamos al aeropuerto…Artem suspiró con frustración, deteniéndose a regañadientes y dándole un último beso, cargado de deseo.—Joder… lyubov —murmuró, con los ojos oscurecidos por la lujuria. Su erección se presionó contra las nalgas de Liana, haciéndola sonreír de manera coqueta. ―Me tienes mal…—Pronto, te prometo que valdrá la pena la espera —le susurró Liana con una mirada traviesa, inclinándose para darle otro beso, lento y tentador.Artem la miró, con el amor y el deseo brillando en sus ojos, una sonrisa de picardía y devoción se dibujó en sus labios ante la promesa de lo que vendría. Finalmente, ella se bajó de su regazo, y él salió del auto primero, ayudándola a descender con caballerosidad. Frente a ellos, el avi
CAPÍTULO 102: AMOR EN LAS ALTURAS (II)Liana dejó escapar un suave jadeo cuando Artem comenzó a recorrer la piel con su lengua, y luego la mordió ligeramente en la nuca, haciendo que su piel se erizara. Sus manos exploraban lentamente cada parte de su cuerpo, ansiosas, hambrientas de más. Artem siguió, trazando un camino hacia abajo, hasta que se arrodilló frente a sus nalgas. Desató con destreza los ligueros, que cayeron suavemente, dejando su tanga expuesta.Con firmeza, acarició sus nalgas, admirando su forma, y sin previo aviso, las mordió ligeramente. Liana dejó escapar un jadeo sorprendido, una mezcla de placer y sorpresa que inundaba sus sentidos.—Tienes el culo más hermoso, ángel —le susurró, antes de comenzar a bajar lentamente sus medias.Cuando quedó finalmente libre de ellas, Artem se levantó y la rodeó, posicionándose frente a ella. Sus miradas se cruzaron, y los ojos de Liana brillaban de deseo, llenos de ansias. Él, con una sonrisa maliciosa en los labios, se inclinó pa
CAPÍTULO 103: BIENVENIDOS A PUERTO VALLARTA. Liana se apresuró a obedecer la orden de Artem, sus manos temblorosas, aferrándose con fuerza a las suaves sábanas de satén debajo de ella. Sentía su cuerpo arder de anticipación, su respiración acelerada mientras aguardaba el siguiente movimiento de él. De repente, sin aviso, la polla caliente de Artem se hundió en su interior con un solo y poderoso empujón, llenándola por completo. Soltó un grito ahogado, su cuerpo arqueándose al sentirlo tan profundo, tan duro. La sensación la abrumaba, cada fibra de su ser vibraba de placer mientras él empezaba a moverse dentro de ella, tomando el control de su cuerpo de una manera que solo él podía hacerlo. —Joder… te sientes increíble —gruñó él, mientras embestía una y otra vez con un ritmo que la hacía perder la cabeza—. Tan apretada… tan perfecta. Liana gimió, sus uñas clavándose en las sábanas mientras él la tomaba sin piedad. Sentía cada embestida sacudirla, llevándola más y más cerca del borde