CAPÍTULO 4: MANTEN LA BOCA CERRADA.—¿No escuchaste lo que dijo? Ha dicho que la sueltes —repitió.Pero Marco solo sonrió de manera socarrona. Y en lugar de apartarse, rodeó la cintura de Julieta y la atrajo hacia él.—Juli y yo estábamos hablando —respondió con desdén—. ¿No deberías estar con tu prometida en vez de meterte en asuntos que no te interesan?La tensión entre los dos hombres era palpable. André levantó una ceja, mientras sus nudillos se volvían blancos. Miró a Julieta brevemente y luego volvió su atención a Marco.—Tu maldita conversación ha terminado —sentenció—. Así que suéltala, ahora.Julieta tragó saliva nerviosa y se apartó de Marco, pero este dio un paso hacia André, desafiándolo.—¿Quién carajos te crees para decir cuándo ha terminado? —soltó.El rostro de André se contrajo, sus sienes palpitando de rabia. Ver a Marco tan cerca de Julieta había despertado en él un instinto territorial que no podía ignorar. Dio un paso más al frente, acercándose lo suficiente para
CAPÍTULO 5: DESCUBRIMIENTOS.André se quedó inmóvil, su cuerpo rígido mientras procesaba lo que acababa de escuchar. La incredulidad se reflejó en su rostro, y por un momento, su corazón pareció detenerse. Sus manos, normalmente firmes y seguras, se volvieron frías, temblorosas. Giró lentamente, con la mirada fija en Julieta, buscando algún rastro de duda.—¿Qué? —murmuró.Julieta respiró hondo, tratando de mantener la calma, pero su voz temblaba ligeramente.—Lo que escuchaste. Estoy embarazada. Y ni se te ocurra decir que no eres el padre, porque te juro que soy capaz de…Pero las palabras de Julieta se desvanecieron al ver la expresión de André. Estaba petrificado, con la mandíbula apretada, su mente claramente trabajando a toda velocidad. En su interior, mil pensamientos chocaban entre sí. La primera posibilidad que consideró fue que ella estaba mintiendo.Sí, eso tenía que ser.«Seguramente lo está haciendo para vengarse», se dijo a sí mismo. «Claro, ahora que iba a convertirse en
CAPÍTULO 6: SE LA LLEVARON.En medio del caos, los disparos resonaban por toda la mansión. André se lanzó hacia Julieta, cubriéndola con su cuerpo mientras las balas continuaban silbando a su alrededor. El sonido era ensordecedor, y Julieta, con los ojos llenos de miedo, se tapó los oídos y preguntó entre los ruidos:—¡¿Qué está pasando?!André, sin dejar de protegerla, le dijo:—No lo sé, pero quédate donde estás y no te muevas.Los disparos se acercaban cada vez más. André no lo pensó demasiado, sacó su arma y apuntó con precisión, alcanzando a uno de los hombres enemigos que se acercaba peligrosamente. Sin perder tiempo, agarró a Julieta del brazo y la llevó consigo, mientras le decía con firmeza:—Pase lo que pase y escuches lo que escuches, no te sueltes, ¿entiendes?La mirada de André no dejaba lugar a réplicas, y ella asintió sin dudar.Con cada paso, André intentaba llevar a Julieta a un lugar seguro dentro de la casa. Sin embargo, ella miró hacia el salón y sus ojos se abrier
CAPÍTULO 7: ESCAPE FALLIDO.—¿Cómo que atacados? ¿Me estás jodiendo, verdad? —Santino ya se había levantado de su silla con brusquedad.—¿Crees que bromearía con algo así? —respondió André, pasándose la mano por el cabello con evidente tensión—. No sé quién demonios son ni por qué se llevaron a Natalia, pero, como el infierno que los voy a encontrar. Y cuando lo haga, me aseguraré de que sus pollas sean comida para pirañas.Santino dejó escapar una risa cargada de sarcasmo y comentó:—Bueno, con esto ya estoy seguro de que alguien intenta mandarte una señal de mala suerte para tu boda.André frunció el ceño, incómodo.—¿Desde cuándo haces comentarios como Alexei?—Cuando pasas demasiado tiempo con alguien, lo malo se te pega —contestó Santino riendo, y encogiéndose de hombros.André negó levemente y retomó el tema.—En fin, ya estoy investigando; creo que pronto tendré una respuesta, te mantendré al tanto.—No, no es necesario, prepararé mi viaje.—¿Vienes?—Por supuesto que sí. ¿No cr
CAPÍTULO 8: PROMESA.Julieta se inclinó hacia la cama, y su voz fue suave y tranquilizadora.—No hagas esfuerzo, papá.Don Salvatore yacía allí, con el rostro pálido y la respiración entrecortada, un hombre luchando por mantenerse aferrado a la vida. Cuando ella le tomó la mano, él se humedeció los labios y susurró con esfuerzo.—¿Natalia… está bien?Ella sintió un nudo en el estómago, y su mente trató de hallar una respuesta. Balbuceó un momento, pero finalmente le mintió, obligándose a decirlo en voz firme:—Sí, ella está bien.Don Salvatore la miró un instante y luego negó con la cabeza lentamente.—Julieta… nunca has sido buena para mentir.Julieta apartó la mirada, y después de un breve silencio confesó en voz baja.—La secuestraron… los que irrumpieron en la fiesta.La expresión de don Salvatore se ensombreció y, aun débil, la miró con preocupación y súplica.—Debí haberlo imaginado, los tiempos están difíciles y cualquier celebración o algo que nos haga bajar la guardia tendrá c
CAPÍTULO 9: ¿TE RENDIRAS CON ELLA?Cuando André llegó al estudio, se veía que venía hecho una furia. Apenas cruzó la puerta, estalló contra Santino.—¿¡Qué carajos fue eso?!Sophia los seguía, confundida, sin entender bien de qué iba la cosa.—¿Qué? —replicó Santino, sin parecer demasiado preocupado—. Es el prometido de la chica, no veo lo malo… Aunque, por tu cara, parece que es la hermana que… —E hizo un gesto con las manos sobre su estómago, inflándolo como si estuviera embarazado—. Tú sabes…Sophia lo miró incrédula y se acercó a André.—¿Embarazaste a alguien? —preguntó, con la boca entreabierta.André soltó un suspiro, resignado.—Sí… amore. Y como cereza del pastel… ¡Son hermanas!Los ojos de Sophia se abrieron como platos. André sintió que le lanzaban puñales desde su mirada, mientras Santino se quedaba sin palabras y le daba una de esas miradas de “¿tú estás loco?”. Finalmente, fue Sophia quien rompió el silencio.—¿Te volviste loco? —preguntó, incrédula.André intentó explic
CAPÍTULO 10: ENAMORATE DE MÍ.En otra parte de la mansión, Julieta estaba de brazos cruzados, tratando de armarse de valor para comenzar a hablar. Marco, sentado con su habitual elegancia en una de las bancas, la miraba con paciencia, pero esta se fue agotando rápido.—¿Vas a hablar o no? —dijo finalmente, rompiendo el silencio—. Me llamaste diciendo que aceptabas casarte conmigo. Bueno… aquí estoy, ¿no? ¿Qué te hizo cambiar de parecer?Julieta se humedeció los labios, y Marco sintió una punzada al verla así. Siempre había sentido que ella le pertenecía de algún modo. Y cuando Salvatore le concedió la mano de Julieta, Marco no había estado más satisfecho. Pero, para su sorpresa, ella lo había rechazado y, con eso, había roto todas sus expectativas.—Yo… —ella tomó aire y lo miró directamente—. Voy a ser sincera. —Hizo una pausa, y agregó—. Solo te pido que aceptes lo que voy a decir, sin hacer preguntas, ¿de acuerdo?Marco sonrió con ironía.—Vaya… me estás intrigando, dolcezza. Está
CAPÍTULO 11: ¿PROMETIDO?Julieta salió del baño envuelta solo en una toalla. Las gotas de agua aún resbalaban por su piel y su corazón latía desbocado, incapaz de calmarse. En realidad, no le agradaba la idea de marcharse con Marco, pero entendía que esa era su única salida. No podía permitirse perder a su hijo, así que no importaba el costo. Y Marco era el único que podía hacerle frente a André.«Eres una estúpida, Julieta» se dijo con rabia «No debiste decirle nada del bebé. Pero sabes que en el fondo… lo hiciste porque querías que él te eligiera, ¿verdad? Querías que asumiera la responsabilidad de ambos».Ese pensamiento se apretó en su pecho como un nudo y con el ánimo pesado, salió del vestidor y encendió la luz de la mesita de noche. Estaba a punto de soltar la toalla cuando, de repente, se encontró con un par de ojos oscuros, taladrándola con una intensidad que la hizo congelarse.—Tú… tú… ¿qué haces aquí? —balbuceó, apretando la toalla contra su pecho en un intento de cubrirse