Mis mafiosas, mañana habrá maratón. xoxo
CAPÍTULO 118: LA TRAMPA DEL TRAICIONERO.La bodega abandonada estaba oscura y desolada. El aire olía a humedad y decadencia, como si el sitio mismo llevara años sin vida.Artem estaba en el centro, inmóvil, esperando. Su mirada fija hacia la entrada, sabía que en cualquier momento aparecería. Finalmente, el ruido de pasos le indicó que no tendría que esperar más.Mijaíl llegó, acompañado de Konstantin. Su sonrisa arrogante lo decía todo; creía que seguía teniendo el control. Caminó hacia Artem con confianza, sus zapatos de cuero resonando en el suelo polvoriento. Se detuvo frente a su hijo y lo miró con esa expresión de superioridad que tanto lo había definido toda su vida.—Hola, Artem —dijo burlón—. ¿Para qué querías verme?Artem lo observó en silencio por unos segundos, cada músculo de su cuerpo tensándose al límite mientras intentaba mantener el control. La ira le hervía en las venas, pero no podía perder la calma. No ahora.—Sabes perfectamente por qué te cité —respondió—. Es hor
CAPÍTULO 119: CAÍN Y ABEL.Artem mantuvo su postura, sin mover un músculo, incluso con las armas apuntándole. Finalmente, habló, su voz tranquila, aunque cargada de dolor y resentimiento reprimido.—Nunca entendí por qué tanta crueldad con mi madre —dijo—. ¿Por qué siempre intentaste destruirme a mí también? ¿Qué ganabas con eso?Mijaíl hizo una mueca de desinterés. Resopló antes de responder.—Tu madre… —empezó con un tono despectivo—. Solo era un estorbo. Una mujer débil, que no merecía estar a mi lado. El único beneficio que me dio fue darme hijos. —Hizo una pausa, mirando a Konstantin con una sonrisa seca—. Bueno, solo uno de ustedes merece heredar todo lo que he construido. Y no eres tú, Artem. —Volvió a mirarlo, con la pistola aún apuntándolo—. Así que… si hoy tengo que elegir… supongo que ya sabes cuál será mi decisión.Mijaíl sonrió de lado y, sin dejar de apuntar a Artem, dirigió su mirada hacia su otro hijo.—Konstantin… esta es tu primera prueba como futuro jefe —dijo lenta
CAPÍTULO 120: ELLA ME AMABA.Las palabras cayeron como una bomba y Artem se quedó inmóvil, observando, mientras la burla en los ojos de Mijaíl solo encendía aún más el odio en Konstantin.Él no respondió de inmediato, pero su mirada lo dijo todo. Mijaíl se burló de la incredulidad de Artem, así que decidió ir más allá, continuó con su ataque verbal, pensando que quizás podría ponerlos en contra. A decir verdad, lo único que le interesaba era su pellejo.—Konstantin cogia con Susana incluso cuando era tu esposa —dijo mirando a Artem y haciendo una mueca—. ¿Ves, hijito? La perra no era buena después de todo. ¿Qué esperabas de una taibolera? Ella le abrió las piernas a tu hermano, no te quería como imaginabas. Pensándolo bien, te hice un favor.Al escuchar esto, la rabia en Konstantin se hizo mayor y disparó. La bala atravesó el hombro de Mijaíl.—¡Ella me amaba! —gritó.Artem apuntó su arma a Konstantin, esperando algún movimiento, pero él solo estaba enfocado en su padre.—Ella me amaba
CAPÍTULO 121: CUIDARÉ TU ESPALDA.Artem estaba perplejo al ver a Liana allí, pero rápidamente salió de su estupor, fue hacia ella y la abrazó con fuerza.—Что ты здесь делаешь, моя любовь? (¿Qué haces aquí, mi amor?) —le dijo, mientras la besaba.Liana sonrió y correspondió al abrazo, mirando los cuerpos de Mijaíl y Konstantin.—Fui a casa y no estabas, así que contacté a Santino… Me dijo que estarías aquí, tenía que venir, Artem… no sé por qué, pero sentí la necesidad de hacerlo.En ese momento, Santino entró corriendo con su arma en la mano, seguido de sus hombres. Al ver la escena, alzó las cejas con sorpresa y luego miró a Artem, disculpándose rápidamente.—No pude detenerla y, por si acaso, la pistola no es mía —dijo, con una media sonrisa—. Alexei tenía razón, ella no nació para ser monja.Liana se rió y se apartó para mirar a Artem, pero vio el dolor en sus ojos. Comprendió que, después de todo, Mijaíl y Konstantin eran su familia.—Ellos no te merecían, cariño. Pero no estás so
CAPÍTULO 122: MI HERMANO ME NECESITA.Artem estaba en el amplio salón de la mansión que había pertenecido a su padre. La sala estaba impregnada de un aire solemne mientras los jefes de las familias Romanov y Corleone lo observaban con expectación. Santino permanecía a su lado, en silencio, observando cada gesto y reacción.—Ahora que has tomado el lugar de Mijaíl —dijo el jefe de los Romanov—, todos queremos saber cómo planeas manejar nuestras alianzas. Sabes que todo puede cambiar muy rápido.Artem se recostó en su silla, meditando por un momento antes de responder. Sentía el peso de la responsabilidad, pero no había vuelta atrás.—Nada será como con Mijaíl —respondió con frialdad—. Quiero lealtad, y a cambio, tendrán la mía. Pero si alguno intenta traicionar… saben lo que pasará.—¿Y qué pasa con nuestras operaciones conjuntas? —preguntó otro jefe, esta vez de la familia Corleone—. Con los problemas recientes, más de uno podría considerar buscar otros socios.Antes de que Artem pudie
CAPÍTULO 123: TODA MI FELICIDAD.UN MES DESPUÉS…Liana estaba sola en el baño, sentada en el borde de la bañera, sosteniendo la prueba de embarazo en sus manos. Sus dedos temblaban mientras la miraba fijamente, como si con solo desearlo pudiera cambiar el resultado. Su corazón latía a mil por hora, la ansiedad creciendo con cada segundo que pasaba.—Por favor… por favor… por favor —susurró con desesperación, sus ojos fijos en la pequeña ventana de la prueba.Desde que había empezado a tener sexo con Artem, nunca habían tomado precauciones. Jamás había tenido un retraso, pero esta vez, las cosas parecían diferentes. Su cuerpo había dado señales y por primera vez en mucho tiempo, su corazón se llenó de esperanza.Miró la prueba, y al principio, su corazón se aceleró al ver una franja rosa formarse lentamente. Contuvo la respiración, esperando la segunda línea… pero no llegó.Solo una franja.Nada más.Liana sintió cómo la esperanza se desvanecía, y sin poder controlar su frustración, lan
CAPÍTULO 124: AHORA SERE TU MAMÁ.Artem y Alexei estaban sentados en el jardín de su mansión, disfrutando de un rato de calma. El aire fresco y el canto de los pájaros brindaban una atmósfera relajada mientras ambos sostenían sus tazas de kvas, una bebida rusa tradicional, refrescante y sin alcohol. Alexei, que aún se recuperaba, estiraba las piernas mientras bebía con tranquilidad.—¿Y cómo van los ejercicios de rehabilitación? —preguntó Artem, rompiendo el silencio.Alexei se encogió de hombros, sonriendo con su típico aire despreocupado.—Bien, bien… son como unas vacaciones forzadas —bromeó, llevándose la taza a los labios—. Aunque, claro, preferiría estar haciendo algo más que ejercicios de pierna y brazo.Artem asintió, aunque su mente estaba en otra parte. Intentaba disfrutar del momento, pero la preocupación por Liana seguía en su cabeza. Alexei, siempre perceptivo, notó la expresión tensa de su amigo.—¿Me vas a decir qué pasa? —preguntó Alexei, dejando su taza a un lado—. ¿Ha
CAPITULO 125: ETERNO PECADOR.El baño estaba envuelto en una cálida neblina, el agua tibia se deslizaba lentamente por la piel de Liana. Su respiración era tranquila mientras sus manos recorrían cada centímetro de su cuerpo con lentitud, disfrutando del tacto de la espuma que se deslizaba por sus curvas.De repente, sintió un par de manos firmes rodear su cintura. Un escalofrío de anticipación recorrió su piel, y una sonrisa se formó en sus labios.—¿Qué te hizo tardarte tanto?Artem, con sus dedos ásperos que contrastaban con la suavidad de la piel húmeda, comenzó a recorrerla lentamente, deslizando sus manos por su abdomen y luego sus caderas. Bajó un poco más, hasta la plenitud de su abdomen, acercándose más a ella. Dejó un beso suave en el hueco de su cuello, que hizo que Liana se estremeciera.—Estaba asegurándome de que José estuviera cómodo y tranquilo —le susurró al oído, con voz baja y grave.Liana cerró los ojos con más fuerza, disfrutando de su toque. Las manos de Artem cont