CAPÍTULO 15: LO MEJOR PARA ELLA.Artem se apartó de Liana de golpe, el pánico reflejado en su rostro al darse cuenta de lo que casi había sucedido. Al girarse, sus ojos se encontraron con los de Alexei y Tatiana, quienes lo observaban con una curiosidad palpable. Liana, por su parte, miraba a los recién llegados con un interés que no se molestó en ocultar. Antes de que Artem pudiera articular palabra, Tatiana avanzó con una sonrisa dibujada en sus labios.—Hola, soy Tatiana, la esposa de Alexei —anunció, extendiendo la mano.Liana la miró con desconfianza, pero finalmente aceptó el saludo. En ese instante, Alexei también dio un paso al frente, ofreciendo su mano. Liana la tomó, y con una sonrisa traviesa, Alexei llevó su mano a los labios, depositando un beso lento y deliberado.El ceño de Artem se frunció de inmediato, era un hecho que no le gustaba el gesto de su amigo, así que apartó la mano de Alexei y se giró hacia Liana.—Ellos son amigos —declaró cortante.Liana asintió, esboza
CAPÍTULO 16: NOCHE DE BODAS Al entrar, Artem, Alexei y otro hombre se giraron para verla. El tiempo pareció detenerse. Sin embargo, Artem sintió que el aire abandonaba sus pulmones. El vestido de Liana era sencillo pero elegante, se ajustaba a sus curvas de una manera que no había esperado. El escote sutil revelaba lo suficiente para que su imaginación corriera desbocada, y el encaje acariciaba su piel como si estuviera hecho para que él lo deslizara fuera de su cuerpo. Su mente se llenó de imágenes prohibidas. Se la imaginó debajo de él con los labios entreabiertos mientras gemía su nombre. La idea de tomarla, de hacerla suya lo consumió por un instante. Apretó los puños, tratando de sofocar el deseo que lo inundaba. Pero sentía una urgencia casi primitiva de despojarla de ese vestido y descubrir cada centímetro de su piel, de perderse en el placer de hacerla suya. La incomodidad mezclada con deseo lo desconcertó. No debía pensar en ella de esa manera, pero no podía evitarlo. ¿Có
CAPITULO 17: HACERLA SUYA.Artem entró en la habitación y se dirigió directamente a la licorera. Se sirvió una copa de vodka, tratando de calmar el torbellino de emociones que lo azotaba. Había huido, literalmente. Ver a Liana firmar los papeles de matrimonio había despertado en él un sentimiento de posesión y pertenencia. No era solo un acuerdo; algo dentro de él había cambiado completamente. Por eso decidió no pasar la noche en casa. Inicialmente, solo quería tener una noche de sexo sin ataduras, pero ahora no podía soportar la idea de estar bajo el mismo techo que ella.Terminó su copa y se sirvió otra, luego se sentó frente a la cama, su rostro una mascara impasible.―¿Te pasa algo, cariño? ―preguntó una rubia de piernas largas, vestida con lencería roja.Se arrodilló y gateo hacia a él, mirándolo con ojos azules que en ese momento le recordaron a alguien más.―Déjame cuidar de ti ―ronroneó, ella y llevo las manos a la hebilla de su pantalón, pero Artem la detuvo con una mirada frí
CAPÍTULO 18: UN AMIGO DE LA INFANCIA.Artem corría desesperado. Las balas zumbaban a su alrededor, pero su única preocupación era la mujer que salía del auto. El caos reinaba, pero él solo veía su figura. Gritó su nombre con toda la desesperación que sentía.—¡Susana!Ella se giró, y su rostro se iluminó con una sonrisa al verlo. Pero esa sonrisa se convirtió en su peor tormento, porque aunque él corría tan rápido como podía, el tiempo parecía alargarse, sus pasos se volvieron pesados y el aire espeso.Una bala cruzó el aire y se incrustó en el pecho de la mujer. Susana se tambaleó, su vestido blanco tiñéndose de rojo. El mundo pareció detenerse para Artem cuando la vio caer hacia atrás.—¡No, no, no! —él gritó, sintiendo que todo su ser se rompía en mil pedazos.Llegó hasta ella, y sus manos temblorosas intentaron detener el sangrado, pero era inútil. La sangre seguía fluyendo, caliente y pegajosa entre sus dedos. Susana, con su último aliento, le dedicó una sonrisa débil.—Te amo...
CAPÍTULO 19: AMENAZA IMPLÍCITA. Liana y Michell se separaron con rapidez, pero Liana no se inmutó ante la frialdad en la mirada de Artem. Sin apartar los ojos de él, habló con voz tranquila: —Estoy preparando cannolis para Michell. Artem le lanzó una mirada hostil a Michell, dando otro paso hacia ellos, su presencia llenando la habitación. —¿Quién carajos es Michell? —preguntó con voz áspera. Michell estaba a punto de responder cuando Liana intervino con una frialdad calculada. —Es el nuevo ejecutor. Artem frunció el ceño, la sorpresa cruzando brevemente su rostro antes de que se endureciera de nuevo. —Yo no he puesto a nadie en ese cargo —replicó con dureza. Liana alzó una ceja, sin dar un paso atrás. —No hace falta que lo hagas. Mi padre lo hizo antes de morir. La mandíbula de Artem se tensó, sus dientes apretándose mientras la furia se encendía en sus ojos. —Vittorio está muerto, Liana, y con él se fueron sus órdenes. Ahora yo soy el jefe, y solo yo decido qui
CAPÍTULO 20: UN INCENDIO INCONTROLABLE.El hombre de sesenta años se llevó el vaso de whisky a los labios, mientras sus ojos marrones permanecían fijos en Artem. Después de un sorbo largo y pausado, dejó el vaso sobre la mesa de caoba con un leve golpe.—No eres lo que esperaba.Artem alzó una ceja, manteniendo la compostura.—¿Entonces qué era lo que esperabas?El viejo apenas esbozó una sonrisa torcida, mostrando una fila de dientes amarillentos por los años de fumar, y respondió con tono despreocupado:—Probablemente a un italiano, no a un ruso.Artem hizo una mueca fría, sus manos apretándose dentro de los bolsillos de su abrigo.—A mí tampoco me gustan los italianos... —se encogió de hombros despreocupado y agregó— pero aquí estoy, convirtiéndome en el jefe.El viejo chasqueó la lengua, como si estuviera sopesando las palabras de Artem. Después, se inclinó hacia adelante, apoyando los codos sobre la mesa, y le dio una mirada amenazante, como si quisiera leer su alma.—Tengo que r
CAPITULO 21: PERDIDA DE CONTROLEl beso entre Artem y Liana se intensificó rápidamente. Él sujetó su nuca con firmeza, mientras su lengua hambrienta recorría cada rincón de su boca. El beso, inicialmente feroz, se volvió posesivo, como si Artem quisiera devorarla, reclamar cada parte de ella. Un segundo después, la estaba presionando contra el tocador, su cuerpo duro y musculoso pegado al de ella, transmitiendo un calor y una fuerza que la envolvieron completamente.Liana, lejos de ser pasiva, respondió al beso con la misma intensidad. Dominada por un hambre que no sabía que tenía, siguió los movimientos de Artem, tratando de igualar su posesividad. Era su primer beso verdadero, y cada segundo que pasaba le gustaba más, sintiendo algo que jamás había experimentado.Él, impulsado por el deseo y la lujuria incontrolable que hervía dentro de él, apartó sus labios solo un segundo, lo justo para tomar aliento y empezar a dejar un reguero de besos ardientes por el cuello de Liana. Sus labio
CAPÍTULO 22: REUNIÓN DE MAFIOSOS. Después de calmarse y arreglar su ropa, Liana bajó al salón principal de la mansión, que ahora se había convertido en un espectáculo de mafiosos y gente importante ligada al gobierno. Mientras se adentraba en la fiesta, sus ojos buscaron a Artem en todas las direcciones, pero no estaba por ningún lado. «¿Acaso huyó de la casa después de lo que pasó entre nosotros?» pensó, sintiendo una punzada de preocupación. No entendía por qué Artem se había ido de esa manera, tan abrupta y fría, y se sintió mal por ello. A pesar de todo, lo que había sucedido le había gustado, era una sensación nueva para ella, diferente a cualquier otra cosa que hubiera experimentado. «¿Así es el sexo?» se preguntó con una sonrisa y aún sintiendo el eco de sus caricias en su piel. Se dirigía hacia el jardín, cuando de pronto se detuvo en seco. Artem estaba frente a ella, pero no estaba solo. A su lado había una mujer, y para desgracia de Liana, era hermosa. Su cabello negro c