Inicio / Fantasía / MI MARAVILLOSO HOMBRE LOBO / Capítulo 5. Un peligro andante
Capítulo 5. Un peligro andante

Marcos se dio cuenta de que estaba un poco alejado de su manada y a esta humana, le era imposible caminar esos kilómetros de distancia que le faltaban para llegar, así que se comunicó por su enlace mental con su beta para que lo recogiera en la carretera.

Él, que estaba perdido en su comunicación interna con Brando, ya que le estaba dando órdenes para que estuvieran todo listo, puesto que llevaba una invitada humana, para que todos se comportaran y así Priscila no descubriera quién eran ellos en realidad.

Por ese motivo no escuchó lo que ella le había preguntado, así que Priscila, al ver que no le quería hacer caso, se detuvo y volvió a decir. Tenía entendido que por aquí no hay ningún pueblo cerca, además, si no me dices para dónde me llevas, no caminaré más.

Ya que estoy siguiendo tus pasos como una loca y sin saber si estoy yendo al matadero y yo sin darme cuenta.

Priscila, que estaba un poco precavida por lo que le había pasado anteriormente, sabía que no podía confiar mucho en las personas, aunque este hombre la hubiese salvado de aquellos malandros, no iba a dar un paso más, sin antes saber para dónde la llevaba.

Ahí fue que Marcos se detuvo y le respondió a su pregunta. Creo que no conoces muy bien a tu país y por aquí hay mucho más pueblo de lo que te puedas imaginar.

Él no sabía por qué le estaba dando esta información a una humana perfectamente desconocida, ya que no le convenía que supieran mucho más de lo que iba a dejar ver de su manada.

Porque ahora le estaba dando información de todo esto, lo único que le faltaba era decirle quién era él en realidad y pensando de este modo, se dijo que esta mujer era un peligro andante para su manada.

Ya se estaba arrepintiendo de haberla invitado, pues parecía que no era un ser humano común y corriente como él pensaba, sin embargo, tenía que correr el riesgo y averiguar porque no podía leerle la mente como lo hacía con los demás.

Además, ahora tenía que ver por qué sentía esa sensación de que no le podía decir mentira, ni negarle nada, y de inmediato se preguntó: ¿qué clase de brujería estaba usando, para hacerlo hablar?

Era como si ella le hubiese dado una píldora de la verdad, para que no pudiese responderle con ninguna mentira a sus preguntas.

Y se hacía esta pregunta una y otra vez en su mente, ya que hasta ahora nadie había podido interferir en sus pensamientos, por eso era la manada más grande y con mucho recurso para invertir en su pueblo y en los integrantes de esta.

Por el momento calló sus innumerables preguntas que tenía sobre ella, pues ahora que le había dicho que la llevaría a su pueblo, tenía que saber quién era ella en realidad.

Luego la enviaría a su casa sana y a salvo como se lo había prometido antes, ya que, ni, aunque pudiera echarse atrás, podía hacerlo, pues Brando, ya había llegado por ellos, así que solo le dijo: más bien, deja de preguntar y sígueme que ya llegaron por nosotros, a menos que quiere que te deje en medio de la nada.

Priscila, cuando miró a Brando, se preguntaba: ¿por qué aquellos tipos eran tan grandes y musculosos? Eran como si los hubiesen sacado de una película de acción.

Pensando en esto, se dijo que no sería tan malo ir hasta aquel pueblo, ya que quería convencer a su salvador para que fingiera tener una relación con ella y si él no aceptaba, podía pedírselo a este hombre que los vino a recoger, además estaba dispuesta a pagarle muy bien por sus servicios.

Solo para que pudiera hacerse pasar como su novio, y de inmediato pensó si todos en aquel lugar eran así como estos dos sementales de hombres, eso sería muy bueno para ella, ya que tenía de donde escoger a su futuro prometido.

Con esto en mente, dio una brillante sonrisa y se presentó a Brando, diciendo: me auto presento, ya que tu amigo es un poco descortés y de inmediato le dio la mano y las gracias por haber ido a recogerlos.

Brando le dio la mano y le devolvió la sonrisa, pero mirando a su alpha un poco extraño, ya que era la primera vez que permitía que un humano que no fuera de su confianza entrara en su zona.

Por otro lado, Marcos les separó de las manos, mientras pasaba entre ellos, y les decía: "vámonos, que tenemos muchas cosas que hacer, pero con un matiz de infelicidad en su voz".

Priscila, que se había sentado en la parte de atrás del vehículo, comenzó a decirle a Brando, "Oye, te puedo preguntar algo".

Claro, no hay problema, le respondió Brando, mientras se volteaba un poco para mirarla.

Priscila, que ya le habían dado el visto bueno, comenzó a decir: —Dime algo, ¿tienes novia?

No, respondió Brando; sin embargo, no sabía que había hecho mal, que sintió la mirada furiosa de su Alpha sobre él, por ese motivo aceleró más el vehículo, pues no quería ser bala de cañón para su jefe y sabía mejor que nadie, que era un peligro estar cerca cuando su Alpha se enojaba y no solo para él, sino para todos.

Por su parte, Priscila, ya había dejado a su salvador como prospecto de ser su falso prometido, ya que Brando era mucho más sociable y le era más fácil de convencer, así que se dijo que este sería su futuro novio falso.

Cuando llegaron, Priscila se sorprendió mucho al ver aquel pueblo que de pueblo no tenía nada, pues ella tenía entendido que un pueblo era un lugar pequeño, y carecía de tecnología o algo así. 

Sin embargo, este pueblo estaba mejor dotado de tecnología que las ciudades grandes, y se decía cómo era esto posible.

Ella estaba asombrada de ver todo esto y parecía que en aquel pueblo solo vivían personas adineradas, pues por los sitios que pasaron no pudo ver ninguna zona de estrato bajo, esto era lo que se decía una ciudad donde solo vivían millonarios.

La pregunta que se hacía era por qué nadie había hablado de esta ciudad antes: "acaso era un lugar donde se escondían los personajes más importantes del mundo".

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo