De repente a Sam le dolía el pecho como si destrozaran el corazón, él sentía que estaba perdiendo a su mejor amigo o que lo había perdido.
Las lágrimas cayeron ensuciando sus gafas de sol.
Diego volvió a la cafetería y recogió sus cosas que había dejado, afortunadamente ya no estaban las histéricas chismosas de antes.
—Cariño no vuelves a clases?
Chloe que ahora era la novia de Diego apareció detrás de él.
Diego se dió la vuelta cuando escuchó la voz de su hermosa novia, él parpadeó molesto por verla precisamente en este momento.
Justo ahora que él estaba irritado no tenía ganas de tratar con ella.
—Chloe ahora no.
El rostro sonriente de Chloe cambió por el tono frío de voz de Diego, ella se imaginó quién le hubiera puesto de malas.
<A Sam no le importaba tener que asfixiarse en la cena por la actitud fría de Eva como antes, ya era mejor eso que el silencio de esta jaula.No quería estar sólo de nuevo.Estaba muy nervioso y triste por la despedida, hasta sentía que estaba por llorar.Eva miró fijamente a Sam notando que algo no estaba bien, el Sam que ella conocía nunca insistiría en que se quedaran más bien él quería estar a solas con Alex, como cualquier pareja recién casada.Sin embargo era al revés, además ella veía que Sam estaba más delgado de lo normal y notó que él estaba por llorar, y como a ella la dolía ver sufrir a su familia dijo.—Nos iremos después de la cena.Eva miró a Laura como haciendo señas para que ella aceptara quedarse hasta la cena, Laura entendió su mirada así que respondió
Al día siguiente Sam se levantó todavía con un poco de sueño, así que se quedó en la cama hasta quedarse dormido otra vez. De todos modos no tenía clases hoy. —... Alteza... Alteza... Alteza... Horas más tarde él se levantó ya que era imposible con los gritos que Lumier hacía golpeando su puerta. Sam abrió sus ojos que aún le insistía que los cerrara, se destapó, se levantó pesadamente y fue a la puerta. En la puerta estaba Lumier que estaba preocupado por la salud de Sam. —Ocurre algo? Sam se frotaba los ojos mientras le preguntaba, agarrándose a la puerta para no caer por el sueño que aún tenía. —Se encuentra bien, tiene algún malestar? Sam negó con la cabeza. —Estoy bien. —Pero es que me notificaron que no ha estado comiendo bien. Cuando Sam se dió cuenta quién fue de chismosa maldijo. [M*****a sea Ross]. Lo que acababa de decir Lumier hizo que Sam pensara.<
Minutos después él ascensor se abrió, fue al pasillo que daba al mini bar de los lobos de su manada.Abrió la puerta sin si quiera tocar el timbre, estaba realmente molesto con su manada.Pensaba que no habían aprendido con el castigó que les dió a Coco y Ben.Cuando todos vieron al alfa se miraron con miedo entre sí, preguntándose qué habían hecho ahora para molestar a su rey.Ningún macho o alfa se había acercado a la reina por lo que no entendían porqué él estaría molesto con ellos.Pensando en todos esos temores se arrodillaron de inmediato, agachando la cabeza esperando a que el rey diera la orden de que levantaran la cabeza.—Y Ross?El tono de voz de Alexander era tranquila pero fría y tenebrosa.Coco se acercó a él preguntando con miedo.—Ocurre algo... alteza?
Grrr.El vientre de Sam le estaba recordando que tenía que comer algo, Sam se sonrojó por la vergüenza.Alexander se dió la vuelta al oír el rugido de Sam, le miró sorprendido luego le cuestionó.—Porqué no has comido?Él seguía con el cuerpo mojado secándose con una toalla.—Será porque me acabo de levantar?Se quitó la toalla que tenía en la cabeza, se puso otra toalla limpia y seca en su parte baja, acercándose a Sam y le puso en su regazo como si fuera un niño.—Sabes que no hablo de ahora, me han dicho que no has estado comiendo como se debe.Malditos entrometidos, con razón vino tan de repente después de estar desaparecido.Sam no pudo evitar maldecir a la gente que le rodeaba.—Es mentira.Porqué demonios me tienen que tratar como un ni
Más tarde ya vestidos para la cita se subieron a un coche, esta vez Lumier no iba con ellos por eso se sentaron en la parte delantera del coche. Alexander se abrochó el cinturón, puso la llave del carro en su sitio, revisó que todo estuviera en orden, puso sus manos en el volante mirando a Sam que se estaba poniendo el cinturón de seguridad. —Ya sabes qué lugar visitar primero? La idea de la cita fue tan repentina que a Sam no se le ocurrió un lugar en específico que visitar, se quedó en silencio pensando en lugar. —No me dirás que no tienes ni idea, o sí? La pregunta de Alexander puso más inquieto a Sam sin saber qué decir, así que dijo el lugar que había querido visitar pero que su estricta madre nunca le permitió. —Harry Potter. Alexander le miró sin entender hasta que cayó en cuenta al lugar que se refería Sam. —No crees que ese lugar es para niños? Sam frunció el ceño molesto haciendo pucheros por las palabras de su esposo. Alexander se rió rindiéndose a los encantos de
Diego estaba tumbando en su cama pensando en el nuevo aspecto físico de su amigo Sam, en la relación que tenía con James, y en las marcas que tenía en el cuello.Desde aquel suceso no ha vuelto a hablar con Sam, se sentía dolido, desilusionado, y con ganas de desaparecer y no sentir que están partiendo en dos su corazón.Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dió cuenta de la llamada que estaba entrando en su móvil, después de segundos en el que el teléfono estuvo sonando sin parar colgó.Cuando Diego cogió el teléfono para ver la llamada volvió a sonar, tomó el móvil pulsó el botón verde de la pantalla y lo puso en la oreja.—Aló?Chloe estuvo en silencio unos segundos intentando descifrar porqué su novio no respondió a la primera su llamada, pero luego respiró hondo intent
La rabia le invadió, quería matar a Diego y de paso hace sufrir a Sam para que no le viera la cara de estúpido. El grito de Alexander hizo que Sam se apartara de Diego de inmediato, se puso a temblar de miedo y su cara se puso pálida. —Diego...tienes... tienes que irte... Sam puso su mirada en el lugar donde estaba viniendo Alexander, un sudor frío le recorrió el cuerpo temiendo por la ira de su alfa. Oh Dios quién me manda tener una cita. —No tienes porqué ponerte nervioso, no estábamos haciendo nada más que hablar. Diego no entendía el nerviosismo de Sam, cómo le iban a explicar que ese era el problema, sólo con estar cerca de él o hablar ya era un problema. —Debes irte...por favor... —No tengo porqué huir, no estábamos haciendo nada malo. Inconscientemente Sam cruzó sus dedos, rezando para que no ocurriera una catástrofe. —Si no quieres irte has lo que quieras, pero yo me voy. Como Diego seguía insistiendo con que Sam se calmara ya que no estaban haciendo nada malo, él de
Se quitó la camisa azul marino que tenía, se abalanzó sobre Sam tocándole por todas partes. Todavía Sam estaba procesando lo que acababa de pasar y ni tiempo tuvo para adaptarse a lo que Alexander quería hacerle. —No quiero Alex. De nada sirvió las súplicas de Sam ya que a Alexander no pareció importarle, siguió desnudándole forcejeando puesto que Sam insistía en que no quería hacerlo. Sam le empujaba para que le soltara, le pateó con su pierna pero Alexander le agarró el cuello con fuerza. Por un lado le agarraba le cuello con fuerza asfixiándole, por otro lado le desnudaba a la fuerza. El desdichado omega lloraba y seguía forcejeando sin éxito, viendo cómo su alfa le desnuda y seguía con el fuerte agarre en el cuello. Cuando Alexander consiguió desnudar a su omega, se desabrochó los pantalones y se quitó la ropa interior. Sólo mostró la parte de su miembro, ya que no había necesidad de desnudarse al completo. Lo único que necesitaba era su pene. Sam giró su cabeza para no ve