Alexander sólo sonrió pícaramente sin responder a su pregunta. Cuando por fin ataron a Diego en la silla, Alexander miró a sus hombres haciendo señas con los ojos para que se fueran. Ellos se fueron sin entender nada, tenían curiosidad de saber qué planeaba el rey pero les daba miedo preguntar, así que se fueron con las ganas. Ahora que Diego estaba atado, y sus hombres se habían marchado, Alexander dejó salir sus feromonas. Esas feromonas eran diferete ya que servían para excitar al omega, y conllevaba mucha fuerza, debilitando excesivamente a quien las empleara. Esto sólo funciona en parejas marcadas o destinadas como ellos. El efecto de las feromonas no fue de inmediato porque Alexander estaba muy débil, no había estado comiendo bien, ni durmiendo, menos había estado recibiendo las feromonas de su omega. Como él no pudo esperar más agarró a Sam por la cintura y le dió un rudo beso en frente de Diego. Diego quería gritar que le soltara pero no podía pronunciar ni una sola pal
Después de lo ocurrido anoche, Alexander se levantó con el cuerpo adolorido. El forzar el celo de Sam le había pasado factura y debía recuperarse.Sam seguía dormido al lado de él, todavía estaba oscuro fuera ya que eran las cinco de la mañana.Como todavía era muy temprano, Alexander quiso aprovechar el tiempo y fue al baño a darse una ducha.Después de la ducha y de haberse vestido fue a la frontera entre el mundo de los humanos y el mundo de los lobos.Subió a su coche sin la compañía de nadie ya que quería estar sólo, y dos horas después llegó a dicho lugar.La frontera estaba rodeada de enormes árboles, bosque y una enorme cascada.En la cascada había un hermoso arcoiris pese a que todavía estaba
Coco asintió con rapidez en silencio, después de la amenaza ella le puso el perfume temblando de miedo.Las únicas amenazas que asustaron en su vida a Coco fueron las de su hermana mayor, las de su rey y las de Fenrir. Pero ahora las amenazas de Sam la estaban aterrando.Desde que Sam sufrió aquel apuñalamiento su desconfianza en la gente ha aumentado, además que su sangre de Licaón le estaba cambiando poco a poco.El ingenuo e inocente Sam estaba desapareciendo, y estaba empezando a renacer un Sam que todos temerían.Achius!El aroma del perfume hizo que Sam estornudara, su nariz se puso más sensible de lo que ya estaba.—Debemos irnos, pronto llegará el rey.Sam siguió a Coco, caminaron en un pasadizo secreto bajo tierra. Ella tenía las llaves de las cerraduras de las puertas.El lugar era asqueroso estaba oscuro, tenía goteras, e
Diego volvió a arrancar el coche.—Hay muchas que no sé por eso no puedo contarte mucho, hace sólo unos meses que me enteré que no soy humano. Toda mi familia me lo ocultó, mi vida fue prácticamente una farsa.—Puedes empezar primero con tu cabello y tus ojos?—Esa es mi verdadera apariencia, la que tenía antes era una fachada según lo que me dijo madre y la abuela.—Por eso la enfermedad de la vista y las insistentes sudaderas con capuchas?—Sí.—Ahora muchas cosas tienen sentido, pero sigo sin entender porqué ese tipo, qué ves en él? Y no me has explicado eso de luna y de la marca.Sólo con volver a hablar de Alexander Diego se enfadaba más, no le soportaba.Sam siguió explicándole algunas cosas más que Diego no entendía hasta que llegaron a la casa de su famil
Diego estaba más desconcertado que antes.—Mamá qué quieres decir con eso?—Bueno desde que Eva trajo a Sam cuando aún era muy pequeño, nunca permitió que se le acercaran niños que no fueran de su misma especie, pero tenía un especial cuidado con los niños. Decía que era peligroso ya que Sam no era un lobo normal, sólo tú podías porque eres mi hijo.—Eso qué significa? Me siento confundido.—Y no me extraña tu confusión, te tocó una madre complicada.Aunque Eva no lo parezca es muy frágil y se rompe con facilidad cuando se trata de sus seres queridos, si la hubieras visto cuando Laura no quiso saber de ella, hasta me dió pena.Elaine que es así como se llama la madre de Diego, se puso a sonreír al recordar los viejos tiempos.Si le hubieran dicho esto a Sam hace
Diego estaba igual o más confundido que Sam, el bosque era hermoso y tranquilo pero no parecía que hubiera gente cerca.—Eso me dijo madre.De repente la barrera empezó a verse borrosa como si se moviera, tambaleándose hasta abrirse.En la barrera se podía ver la entrada al rancho, ahí estaba la abuela y algunas jovencitas que estaba saliendo del lugar para acercarse a Sam.Cuando Sam la vió se sintió aliviado y corrió a abrazarla.Él nunca pensó que se alegraría tanto de verla, aunque estuvieron viviendo durante poco tiempo le agradó, y consiguió ganarse su cariño.—Abuela.Sam estaba muy feliz y emocionado, la calidez que sentía al abrazarla era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo.Con la abuela se sentía en confianza y seguro como si la conociera de toda la vida.Despu&eacu
Al día siguiente se levantaron.Como Sam no había podido pegar el ojo bien se levantó temprano.Diego seguía durmiendo, Sam le miró el rostro con una sonrisa, aún somnoliento.Se frotó los ojos tapándose para que la brillante luz de la mañana no le diera directamente a los ojos.Diego parecía un ángel dormido, esa angelical cara hacía que Sam entendiera porqué su amigo era tan popular.Cuando él se dió cuenta que Sam le estaba mirando abrió los ojos y murmuró.—Buenos...días.Tenía los ojos medios cerrados, se veía somnoliento, bostezaba estirándose todo el cuerpo.Sam apoyó su cabeza en su mano preguntándole a Diego con una sonrisa.
—Abuela porfavor dime que mis hijos están bien.Sam no paraba de gritar desesperado, estaba aterrado de que ni hubieran sobrevivido.Ella se acercó a Sam con una sonrisa, le abrazó y le susurró con una voz suave.—Están vivos.Esas dos simples palabras hicieron que Sam sintiera un gran alivio, sus ojos se humedecieron llenándose de lágrimas.—Vivos.Sam balbuceaba sin poder creer lo que acababa de oír, puso su mano en su vientre imaginando que sus cachorros están ahí.Diego se acercó a él para tranquilizarle y le susurró.—Así es Sam, tus bebés están vivos.La confirmación de Diego hizo que Sam abriera aún más sus ojos, y se puso a llorar como una magdalena mientras acariciaba s