Sam se dió la vuelta en el lugar donde estaba Eva, y se sentó en su sitio en silencio con la cabeza agachada. No quería ver a nadie y no quería que nadie le viera.Daniel se sentó también en completo silencio, aunque era normal que él no hablase mucho, pero esta vez era diferente. Parecía tener miedo de pronunciar palabra.Los recuerdos de anoche bombearon la cabeza de Sam atormentándole, haciendo que se pusiera como un tomate por la vergüenza.Se escondió en el desayuno que había preparado Laura, ya ni ganas de comer tenía y se arrepentía de haber bajado.El comedor estaba en completo silencio, era incómodo. Todos procuraban no respirar estando atentos a los movimientos de Eva.Cuando Eva terminó de beberse su té abrió la boca otra vez rompiendo el silencio incómodo.—Te irás del país y no volverás a Inglaterra.En ese mismo instante Sam deseó que nunca hubiera abierto la boca, era preferible el silencio incómodo que oír eso.Sam soltó su tenedor que estaba sosteniendo un trozo de ens
Luego se fue, preferiría aprovechar el tiempo para descansar ya que el vuelo iba a ser largo.Al regresar a su asiento encontró a Blanca jugando con su peluche, al resto de la manada conversando y a Laura viendo a su hija jugar.Fue a donde estaban los chicos para saber de Sam y le preguntó a su amigo Michael.—Cómo se encuentra Sam?Michael era un hombre negro, de gran altura, de cabello rizado oscuro, con ojos partidos de diferentes colores, cada ojo suyo tenía una mezcla de verde y azul como un gato.—Sigue inconsciente, pero en pocas horas despertará.Eva frunció el ceño, no quería viajar con el escándalo de Sam así que ordenó.—Si lo hace, le vuelves a administrar otra dosis.Michael agarró el hombro de Eva deteniendo que se fuera diciendo.—No crees que estás exagerando, Eva?Michael era uno de los pocos que la llamaba por su nombre además de Laura porque eran amigos desde niños, y sabía por todo lo que ella pasó.—Quieres que se repita la historia?Michael negó con la cabeza mur
Sam frunció el ceño por la irritación que le provocaba el haber sido secuestrado, y porque sabía que ese "necesitamos hablar" sólo podía significar algo malo.—Estoy bien, gracias por preguntar—murmuró Sam con sarcasmo.Todos los presentes se miraron como si estuvieran preguntándose si es que Sam quería morir en manos de la temible Eva.—Me gusta—murmuró la señora mayor sonriendo.Tenía el cabello largo muy negro pero con algunos mechones blancos, con ojos negros como la noche, la piel un poco bronceada, y se podía notar su avanzada edad por sus arrugas que sobresalían.Los dos señores que la acompañaban se veían parecidos, ya que eran familia. Ellos eran los hermanos de la señora.Ella puso su mano en el espacio que había en el sofá, moviéndola de arriba a abajo diciéndole a Sam.—Ven, siéntate aquí.Sam se fijó en todos los que estaban y la tensión se puso peor.Él fue a donde estaba la señora ya que estaba sentada alejada de Eva, además a Sam parecía agradarle la señora aunque no la
Aunque Eva siempre conseguía sacar de quicio a Sam esta vez sus palabras le conmovieron, e hizo que quisiera confiar en sus palabras, se sintió seguro. Sam volvió a asentir con la cabeza, puso su mano en el pelaje de Damián temblando como un cervatillo recién nacido. Al acariciarlo sintió calidez, su pelaje era muy sedoso y blandito. Se sentía bien al tacto y Sam quiso acariciarlo más. —Me haces cosquillas—dijo Damián a carcajadas. Para Sam era imposible no acariciarle con ese pelaje sedoso, pero se tuvo que detener porque era su hermano y no su mascota. Le echó una mirada a Daniel para que se dejara acariciar por él, sin embargo Daniel mostró sus dientes gruñendo y su mirada se volvió aún más fría que de costumbre. Daniel no quería ser tratado como una mascota al igual que Damián, ni aunque fuera su hermano. Sentía que ese acto hería su orgullo de alfa, tampoco quería quedar en ridículo. Ya que cuando acarician a los lobos suelen hacer ruidos extraños, y él prefiriría evitarse
Sam entendía que su madre hubiese muerto en el parto ya que era normal, pero qué había de su padre?. Tecleó en el móvil otra vez y se lo mostró a Eva. Cuando Eva vió que Sam estaba preguntando por su padre biológico su cara cambió drásticamente, sus ojos se pusieron rojos brillantes, frunciendo el ceño y gruñendo al teléfono. Por miedo a que Eva le lastimara como la vez anterior, Sam apartó el teléfono de golpe sin entender la reacción de su madre, se quedó perplejo. A Michael le impresionó tanto la cara que puso su amiga Eva que quiso saber la causa. —Qué mostraste? Michael puso la misma cara que Eva cuando vió lo que estaba escrito en el móvil. Tan malo era que Sam quisiera saber o preguntara sobre su padre biológico, porqué todos ponían esa cara? —Él está muerto, es lo único que tienes que saber—dijo Eva con un tono frío y seco. —Porqué? Eva no respondió a la pregunta de Sam sólo le fulminó con la mirada para que dejara de hacer preguntas que no debía. Inconscientement
La voz de Sam estaba temblorosa aguantándose las ganas de llorar, temiendo la respuesta que iba a dar Laura. Primero Laura abrió los ojos asombrada mirando a Sam como si hubiera oído mal, luego miró a Eva y puso su mirada en Sam otra vez. —De qué hablas? Claro que eres mi hijo. Como Laura no estaba segura de lo que dijo Sam, o simplemente lo decía por lo que él había oído en el pasada, decidió hacerse la desentendida. —No hace falta que sigas fingiendo, ya lo sé todo. Sam se irritó un poco por la hipocresía de su mamá Laura, y no pudo evitar levantarla la voz asustando a Laura y Blanca que se acurrucó en los brazos de Eva. —Cómo... cómo lo sabes? La voz de Laura estaba temblorosa. Cuando ella hizo esa pregunta Sam simplemente miró a Eva en silencio, en respuesta a su pregunta. Laura también miró a Eva, recibiendo una mirada de ella que la decía que le había contado. Habiendo recibido la respuesta de Eva sobre el origen de Sam, murmuró. —Así que tu madre te contó toda la v
Desde que Alexander ordenó que buscaran a su Luna no ha sabido nada, ordenó a su manada que le buscaran en todos los países posibles, e incluso en el mundo no humano sin resultados. La espera estaba matando a Alexander, sentía que se iba a volver loco si no le tenía a su lado, quería matar a quien fuese que se hubiese atrevido a alejar a lo que era suyo. Sólo le quedaba una opción, pulsó algunos números de su móvil y cuando se conectó lo puso en su oído. —Lumier quiero que pongas micrófonos en las casas de todos los conocidos de mi luna, sean profesores, compañeros de la escuela, amigos, quien sea que haya tenido alguna relación con él quiero que lo mantengáis bajo vigilancia, sin olvidar hackear todos sus aparatos. Después de dar esa orden Alexander colgó el teléfono de golpe, se sentó en su asiento y se puso a beber para olvidar que alguien se atrevió a alejar a Sam de su vida. Él estuvo varios días esperando noticias de su luna, sentía que cada vez que el tiempo pasaba sin sab
Sam abrió los ojos de par en par pensando haber oído mal, segundos después de parpadear intentando asimilar todo esto dijo. —Cómo que tú eres yo?, no entiendo nada. —Entiendo su preocupación pero ahora no puedo explicárselo, no tenemos mucho tiempo. Algún día entenderá a qué me refiero. Eres el siguiente, pasarás por momentos difíciles pero no te rindas... Sam quería seguir hablando con el misterioso lobo, pero no podía ya que se estaba alejando de él cada vez más hasta que dejó de verle. Él se cayó al suelo ya de vuelta su conciencia, se rasgó toda la ropa que tenía hasta quedarse completamente desnudo, volvió a sentir como si sus huesos se estuvieran rompiendo pero esta vez era más doloroso que antes. —Aaahhhh duele. Las cadenas volvieron a sujetar a Sam esta vez interviniendo Eva, al ser ella una alfa extremadamente dominante su tremenda fuerza iba a ayudar a contener a Sam. A ella la parecía extraño que la transformación de Sam fuera tan difícil cuando normalmente no suele