¡Hello, mis amores! Bienvenidas a una nueva aventura, espero que odien y luego amen a Giovanni, ya saben: hombre no es gente. Aquellas que leyeron: Un bebé para el ceo arrogante, lo conocen desde allá. Y por supuesto que tendremos participación de Sebastian y Mateo. Un abrazo y gracias por estar aquí.
CAPÍTULO 8: SEGUIR SIENDO LA SEÑORA D' ÁNGELO.Mientras Adeline empacaba sus cosas, el teléfono sonó, interrumpiendo sus pensamientos. Vio el nombre de su padre en la pantalla y respiró hondo. Sabía que él no recibiría bien la noticia del divorcio, pero esta vez, ella tomaría el control.—¿Papá?La voz de Barlow, fue fría e impersonal.—Ven a casa cuanto antes. Tenemos que hablar.Adeline apretó el teléfono.—Sí, papá. Yo también tengo algo que decirte.En su estudio, Barlow caminaba inquieto. La llamada con Adeline no lo preocupaba tanto como la anterior que acababa de recibir. Bebió de un trago su whisky y se sirvió otro. Necesitaba dinero, y rápido. Había hecho tratos con gente equivocada, y ahora le exigían una suma que no tenía. Los negocios iban mal, las cuentas de las empresas se derrumbaban.El fideicomiso de su suegro era su única salida, pero no podía tocarlo hasta que el anciano muriera. El accidente cerebrovascular había sido una oportunidad, pero el viejo aún resistía.
CAPÍTULO 9: ¿TÚ Y ELLA FIRMARON EL DIVORCIO?Después de salir de la casa del abuelo, Giovanni se dirigió al departamento que había comprado para Dayana. Mientras conducía, los recuerdos de su acalorada discusión con el abuelo se entrelazaban en su mente. «—¡Golpéame todo lo que quieras, pero eso no cambiará el hecho de que Dayana va a darte ese tan ansiado nieto!—¡Si te casas con ella… entonces dejarás de ser mi familia!»Giovanni golpeó el volante con frustración, aunque su abuelo era autoritario y obstinado, lo amaba como a un padre, él había estado a su lado desde la muerte de sus padres en un accidente de auto. Desde entonces, Genaro D’ Ángelo, había sido su guía y apoyo. Pero su relación se había vuelto tensa desde que se enamoró de Dayana. No podía entender por qué su abuelo prefería a Adeline, quien se había metido en su cama, y despreciaba a Dayana, que siempre había sido sincera con él.Al llegar, marcó la clave de seguridad y entró al departamento. La luz tenue iluminaba la
CAPITULO 10: ¿QUÉ TAL TU CENA? Adeline apenas prestaba atención a lo que la rodeaba. Miraba su comida, absorta en sus pensamientos, mientras la preocupación no dejaba de rondarle la mente. Logan notó su inquietud y, con ternura, le tomó la mano sobre la mesa.—Todo va a estar bien, Ade —le dijo suavemente—. No estás sola.Ella intentó sonreír, aunque el peso de sus problemas la abrumaba. ¿Por qué no pudo enamorarse de alguien como Logan? La sombra de Giovanni seguía presente en su vida. Se obligó a dejar atrás el pasado; diciendose que debia centrarse en el presente, en su abuelo, en su bebé.Decidió aprovechar la oportunidad y preguntarle a Logan si conocía algún programa donde pudieran incluir a su abuelo mientras ella buscaba trabajo. Aunque tenía un título en Administración de Empresas, aún no había ejercido, y necesitaba comenzar a trabajar pronto.Logan, con una sonrisa, cortó un trozo de carne y se lo ofreció.—Primero come —le dijo—. Luego hablaremos de tu abuelo.Adeline acep
CAPÍTULO 11: UN EX FUERA DE CONTROL.―¿No me dirás qué tal tu cena?Giovanni se levantó de golpe y dio un paso hacia Adeline. Ella se quedó quieta, congelada, mirándolo fijamente mientras su mente se convertía en un torbellino.«¿Cómo... cómo supo que cené con Logan?»Los nervios la invadían, pero no iba a permitir que Giovanni la intimidara de nuevo, no cuando ya estaban divorciados.—Vete —dijo con una frialdad que no sentía, tratando de ocultar el temblor en su voz—. Tú mismo dijiste que esta era mi casa, así que no tienes derecho a estar aquí.Giovanni la miró sin decir una palabra, pero su silencio, su negativa a responder, solo hizo que la rabia en el se intensificara.—¿Qué? ¿Vas a dejar entrar al tipo que estaba contigo esta noche? ¿A tu amante? Adeline lo miró, atónita, incapaz de procesar esas palabras por un momento. Giovanni continuó, su tono ahora cargado de desprecio y... celos.—Eres una mentirosa. Una falsa. Te pasaste un año diciéndome que me amabas, que este matrimon
CAPITULO 12: EL ABISMO DE LOS CELOS.Cegado por los celos y la rabia. Giovanni la empujó hacia el sofá y comenzó a besarle el cuello con desesperación, como si cada beso fuera una marca, una señal de que ella solo le pertenecía a él.Adeline luchó, empujándolo con todas sus fuerzas.—¡Déjame! ¡No quiero que me toques!Pero Giovanni no se detuvo; en ese momento tenía un solo objetivo: hacerla suya. Intentó besarla de nuevo, pero ella giró el rostro, esquivando su boca. Desesperado, le sujetó la mandíbula, obligándola a mirarlo.—¿Y quién quieres que te toque, eh? —escupió con furia—. ¿Logan? ¿Ese imbécil?Antes de que pudiera responder, la besó con fuerza, a la fuerza. Adeline, luchó por respirar, y como medida de salvación le mordió el labio con toda la fuerza que pudo. Giovanni se apartó de golpe, con la boca sangrando, sorprendido y atónito.Ella nunca antes lo había rechazado así.Ni siquiera la noche anterior al divorcio, ella no había sido tan tajante, tan firme. Adeline, jadeand
CAPITULO 13: ESTOY ENAMORADO DE ELLA. Los ojos de Giovanni, llenos de resentimiento, se clavaron en Logan, y el, le devolvió la mirada sin ocultar el desdén que también sentía, ademas de preguntarse que estaba haciendo allí. Giovanni lo evaluó detenidamente. Su cabello castaño y aspecto pulcro, casi nerd, le hacían cuestionarse cómo era posible que Adeline pudiera sentir algo por alguien así. Era inaceptable para él que la mujer que alguna vez le había profesado amor ahora estuviera enredada con otro hombre. «¿Acaso había sido todo una táctica? ¿Un engaño que usaba con todos los hombres para conseguir lo que quería?» Pero fuera lo que fuera, Giovanni estaba decidido a dejar las cosas claras en ese momento. Lo que era suyo, seguía siendo suyo. Y nadie, absolutamente nadie, tenía derecho a codiciarlo. Dio unos pasos y caminó a su alrededor, mirándolo como si lo evaluara. Finalmente, se detuvo y su sonrisa arrogante, dio paso a una seriedad helada. —¿Te gusta mi mujer? Logan
CAPÍTULO 14: GOLPE MORTAL.Adeline abrió los ojos lentamente. Al principio, su vista estaba borrosa y un miedo le recorrió el cuerpo, retiró su mano de la calidez que la rodeaba.—Shhh, no hagas esfuerzo, soy yo —susurró él suavemente, acariciándole la mejilla—. Logan.Ella reconoció la voz, pronto logró enfocar al hombre que estaba frente a ella, poco a poco su cuerpo empezó a relajarse.—Logan… tú…—¿Cómo estás? —preguntó él, intentando sonar tranquilo, aunque la tensión se notaba en su tono.Adeline guardó silencio un momento. Mientras su mente trataba de ubicarse, la pregunta que más la inquietaba apareció: ¿dónde estaba Giovanni?—¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí? —comenzó a decir, pero se detuvo al notar la forma en que Logan se tensaba. Aunque él intentaba mantenerse sereno, lo que acababa de oír de la doctora lo tenía alterado. Además de que la rabia todavía fluía por su sangre. Giovanni era un completo desgraciado.—Te desmayaste y… Giovanni te trajo aquí —dijo e hizo una paus
CAPÍTULO 15: MIEDO A MORIR.El silencio que siguió a esa revelación fue aún más pesado que el anterior. Sintió cómo el suelo parecía abrirse bajo sus pies, y la desesperanza la envolvió con una fuerza implacable. No podía llorar, no podía gritar. Solo sentía un vacío absoluto, mientras la verdad de sus palabras comenzaba a filtrarse en su conciencia.―¿Ca- cáncer?—Sí —respondió Logan, como si fuera una sentencia.Adeline lo miró, esperando que dijera algo que pudiera desvanecer el peso en su pecho. Pero las siguientes palabras de Logan la hundieron aún más.—Ayer te hicieron varios análisis… y todo indica que tienes leucemia. Tu recuento de glóbulos blancos es extremadamente alto, lo que significa que la médula ósea está produciendo células inmaduras en exceso. Es un signo claro de leucemia, Ade.Su mundo se derrumbó en silencio. Cada palabra golpeaba con fuerza, pero ella no encontraba cómo reaccionar. El miedo, el dolor y la soledad la invadieron de golpe, como una ola inmensa que l