CAPÍTULO 9: ¿TÚ Y ELLA FIRMARON EL DIVORCIO?Después de salir de la casa del abuelo, Giovanni se dirigió al departamento que había comprado para Dayana. Mientras conducía, los recuerdos de su acalorada discusión con el abuelo se entrelazaban en su mente. «—¡Golpéame todo lo que quieras, pero eso no cambiará el hecho de que Dayana va a darte ese tan ansiado nieto!—¡Si te casas con ella… entonces dejarás de ser mi familia!»Giovanni golpeó el volante con frustración, aunque su abuelo era autoritario y obstinado, lo amaba como a un padre, él había estado a su lado desde la muerte de sus padres en un accidente de auto. Desde entonces, Genaro D’ Ángelo, había sido su guía y apoyo. Pero su relación se había vuelto tensa desde que se enamoró de Dayana. No podía entender por qué su abuelo prefería a Adeline, quien se había metido en su cama, y despreciaba a Dayana, que siempre había sido sincera con él.Al llegar, marcó la clave de seguridad y entró al departamento. La luz tenue iluminaba la
CAPITULO 10: ¿QUÉ TAL TU CENA? Adeline apenas prestaba atención a lo que la rodeaba. Miraba su comida, absorta en sus pensamientos, mientras la preocupación no dejaba de rondarle la mente. Logan notó su inquietud y, con ternura, le tomó la mano sobre la mesa.—Todo va a estar bien, Ade —le dijo suavemente—. No estás sola.Ella intentó sonreír, aunque el peso de sus problemas la abrumaba. ¿Por qué no pudo enamorarse de alguien como Logan? La sombra de Giovanni seguía presente en su vida. Se obligó a dejar atrás el pasado; diciendose que debia centrarse en el presente, en su abuelo, en su bebé.Decidió aprovechar la oportunidad y preguntarle a Logan si conocía algún programa donde pudieran incluir a su abuelo mientras ella buscaba trabajo. Aunque tenía un título en Administración de Empresas, aún no había ejercido, y necesitaba comenzar a trabajar pronto.Logan, con una sonrisa, cortó un trozo de carne y se lo ofreció.—Primero come —le dijo—. Luego hablaremos de tu abuelo.Adeline acep
CAPÍTULO 11: UN EX FUERA DE CONTROL.―¿No me dirás qué tal tu cena?Giovanni se levantó de golpe y dio un paso hacia Adeline. Ella se quedó quieta, congelada, mirándolo fijamente mientras su mente se convertía en un torbellino.«¿Cómo... cómo supo que cené con Logan?»Los nervios la invadían, pero no iba a permitir que Giovanni la intimidara de nuevo, no cuando ya estaban divorciados.—Vete —dijo con una frialdad que no sentía, tratando de ocultar el temblor en su voz—. Tú mismo dijiste que esta era mi casa, así que no tienes derecho a estar aquí.Giovanni la miró sin decir una palabra, pero su silencio, su negativa a responder, solo hizo que la rabia en el se intensificara.—¿Qué? ¿Vas a dejar entrar al tipo que estaba contigo esta noche? ¿A tu amante? Adeline lo miró, atónita, incapaz de procesar esas palabras por un momento. Giovanni continuó, su tono ahora cargado de desprecio y... celos.—Eres una mentirosa. Una falsa. Te pasaste un año diciéndome que me amabas, que este matrimon
CAPITULO 12: EL ABISMO DE LOS CELOS.Cegado por los celos y la rabia. Giovanni la empujó hacia el sofá y comenzó a besarle el cuello con desesperación, como si cada beso fuera una marca, una señal de que ella solo le pertenecía a él.Adeline luchó, empujándolo con todas sus fuerzas.—¡Déjame! ¡No quiero que me toques!Pero Giovanni no se detuvo; en ese momento tenía un solo objetivo: hacerla suya. Intentó besarla de nuevo, pero ella giró el rostro, esquivando su boca. Desesperado, le sujetó la mandíbula, obligándola a mirarlo.—¿Y quién quieres que te toque, eh? —escupió con furia—. ¿Logan? ¿Ese imbécil?Antes de que pudiera responder, la besó con fuerza, a la fuerza. Adeline, luchó por respirar, y como medida de salvación le mordió el labio con toda la fuerza que pudo. Giovanni se apartó de golpe, con la boca sangrando, sorprendido y atónito.Ella nunca antes lo había rechazado así.Ni siquiera la noche anterior al divorcio, ella no había sido tan tajante, tan firme. Adeline, jadeand
CAPÍTULO 1: ¡QUIERO QUE TE ACUESTES CON ÉL!—¡Quiero que te acuestes con él! —Barlow Winchester apretó con fuerza el brazo de su hija y le ordenó con voz dura como el hierro—. Si sabes lo que te conviene, Adeline, te meterás en la cama de Giovanni D'Angelo.Ella lo miró perpleja, sin poder creer lo que su propio padre le estaba pidiendo. ¿Cómo podía pedirle algo tan bajo? La confusión y el horror se reflejaron en sus ojos.—¿Cómo... cómo puedes pedirme algo así? ¡¿Por qué?! ¡¿Para qué?! —exclamó.Barlow esbozó una sonrisa fría y cruel. Sin soltarla, apretó todavía más su agarre, intensificando el dolor en su brazo.—Mis razones no te interesan, Adeline —dijo con desprecio—. Solo ten en cuenta que si no lo haces, tu amado abuelo... —Hizo una pausa y una mueca se formó en su rostro, como si disfrutara al ver la angustia de su hija—. Dejará de recibir atención médica. Y sabes lo que pasará, ¿verdad?El impacto de sus palabras fue como una bofetada. El abuelo de Adeline, el padre de su ma
CAPÍTULO 2: INFIERNO PERSONAL.Adeline Winchester abrió la puerta del coche y respiró hondo, tratando de reunir el valor necesario para entrar en la iglesia. Sabía lo que le esperaba: más rumores y más escarnio. Los murmullos sobre cómo había atrapado al soltero más codiciado de la ciudad ya circulaban, y más aún porque todos sabían que él estaba profundamente enamorado de otra: su hermana, Dayana.Respiró hondo y comenzó a caminar hacia el altar. El sacerdote la esperaba, pero Giovanni no estaba allí. Los murmullos comenzaron de inmediato, como cuchillos afilados en su piel.“Ahí va la cazafortunas...”“¿Cómo logró atraparlo? Todos saben que él ama a Dayana, no a ella.”“Pobre mujer... No sabe lo que le espera.”Los comentarios se mezclaban con miradas de desprecio. Adeline intentaba bloquearlos, pero no era fácil. Buscó a su padre entre los invitados, esperando al menos una mirada de apoyo. Pero Barlow se mantuvo indiferente, concentrado en todo menos en ella.Estaba a punto de lleg
CAPÍTULO 3: ES MI DERECHO. ACTUALIDAD… La puerta se abrió de golpe y sacó bruscamente a Adeline de su sueño. Se incorporó de inmediato, temblando y con el corazón acelerado. En la puerta, estaba Giovanni D’Ángelo, su esposo. Tenía la ropa desarreglada y olía a alcohol. —¿Estuviste… estuviste bebiendo? —preguntó, con voz entrecortada, la garganta seca por el miedo. Él esbozó una sonrisa ladeada, una que no mostraba más que burla. Dio un paso y cerró la puerta detrás de él. Adeline tragó saliva, su pecho subiendo y bajando rápidamente mientras intentaba controlar su respiración. Observó con nerviosismo cómo su esposo comenzaba a desvestirse, desabrochando lentamente los botones de su camisa. Había pasado un año desde que se casaron, pero la sensación de soledad y vacío no había hecho más que intensificarse. Desde el día de la boda, él la había tratado como si no existiera. No la miraba y apenas le dirigía la palabra. Para Giovanni, ella era como un objeto sin valor, una prese
CAPÍTULO 4: NO MERECES LLEVAR A MI HIJO.El corazón de Adeline se rompió en mil pedazos, sintió cómo algo se hundía dentro de ella, como si su pecho se vaciara de golpe. Y aunque quería apartarse, no podía moverse. Todo lo que había sentido, su amor, su entrega, se convirtieron en cenizas. Él la había reducido a nada, a solo un cuerpo. Y ese vacío, esa verdad, fue más de lo que pudo soportar.Giovanni terminó con un gruñido y se apartó con la misma indiferencia de siempre. Se levantó de la cama y se dirigió al baño sin siquiera mirarla. El sonido de la puerta al cerrarse resonó en la habitación, mezclándose con el ruido del agua de la ducha. Adeline permaneció tendida, temblando bajo la delgada sábana que apenas cubría su cuerpo. Sus manos, instintivamente, bajaron hasta su abdomen. Allí, se ocultaba su secreto, su esperanza… el bebé que llevaba dentro. Estaba embarazada.La noticia aún la tenía en shock. Giovanni solo la tocaba una vez al mes, y siempre la obligaba a tomar la pastill