Me quedo mirando al doctor que sigue explicándome algo que no puedo entender, porque mi mente se ha quedado en lo que me dijo. ¡Embarazo!¡¿Mi Eve y yo vamos a tener un hijo? ¡¡¡Voy a ser papá!!! ¡Pero, tomó veneno, tomó veneno! ¡Oh dios! ¡Oh dios! ¡Tomó veneno!—¡Señor D'Alessi, señor D'Alessi! —me llama el doctor al ver que me he quedado paralizado —No se asuste, tenemos que esperar y ver qué pasa.—¡Oh, Dios! ¿Qué podemos hacer ahora? Espera, sé qué hacer. ¡Mi suegro es especialista en drogas! Estoy seguro de que él sabrá qué hacer para proteger al bebé y a Eve. ¡Lo llamaré de inmediato! —Digo nerviosamente, sacando mi teléfono y marcando el número del señor Rossi.Dejo al doctor mirándome mientras continúa hablando sobre cómo pueden atender a mi esposa, pero en ese momento prefiero confiar en mi suegro. Nadie mejor que él para cuidar de Evelin en esta situación. —¿Gabriel?—responde el señor Rossi al teléfono.—¡Sí, soy yo! Necesito que vengas urgentemente a Roma. Algo le ha pas
¡Me he quedado de una pieza, él lo sabía todo el tiempo! Ahora entiendo, porque legalizó mi matrimonio tan rápido. Pero, ¿por qué me ayudó así? ¿Por qué le entregó su hija un completo desconocido? ¿Existirá, algo más detrás de este padre e hija alocados? Me estoy asustando. ¿En qué te metiste Gabriel esta vez?—Sí, me lo sospechaba. Evelin, nunca me ha ocultado nada. También sé, que no es capaz de acostarse con un desconocido en una semana. Pero, no podía estar seguro de nada. También, tengo que confesarte algo, desde que me dijiste tu nombre, sospeché quién eras. Y cuando, te pregunté a ti, me convencí de que estaba en lo cierto. Hice una investigación sobre ti, la noche antes de la boda, y supe el problema que tenías, y que, de verdad, estabas solo en el mundo. Y que eras quien yo sospechaba. Conocí a tu madre Gabriel, estudiamos juntos.—¡¿Usted conoció a mi madre?! ¡Vaya que alivio, es porque conoció a mi madre! Estaba realmente asustado con este señor.—Si hijo, no solo la conoc
Después de despedirnos de papá, nos alejamos de él tomados de la mano y nos dirigimos al auto en silencio. Conduzco hasta llegar a casa y Gabriel me acompaña hasta mi habitación.—Gabriel, ahora que mi papá está aquí, trae todas tus cosas y colócalas aquí —le digo señalando mi habitación.—¿Aquí? —pregunta Gabriel sorprendido.—Sí, si no lo haces, mi papá puede sospechar. Tenemos que mantener las apariencias y dormir juntos.Tiene razón el señor Rossi, piensa Gabriel. No me gusta engañar a Eve, pero me gusta la estrategia de mi suegro.—Está bien, traeré mis cosas. Menos mal que no las saqué de la maleta. Regreso enseguida.Gabriel sale de la habitación y vuelve poco después con todas sus pertenencias. Le indico dónde colocarlas y nos quedamos en silencio por un momento.—Evelin, hay algo de lo que tenemos que hablar —dice Gabriel con seriedad.—Si dime, todavía me siento algo mareada —respondo.—Los análisis que te hicieron mostraron que tus hormonas están alteradas.—Mis hormonas
Llego a la cocina y me como todo el desayuno, salgo con Gabriel en su auto, que lo maneja él mismo. Le voy diciendo dónde queda la fábrica. Al fin llegamos, me bajo del auto, pero lo veo que parquea y se baja él también.—¿Qué haces?—Pues, conocer donde trabaja mi esposa. Tienen, que saber los trabajadores de aquí, por si investigan, que estamos casados —. Sí, tengo que dejar claro que eres casada y que eres mía Eve.—Es verdad —. Contestó ante su lógica. Me tomó de la cintura, y entramos sonrientes a mi trabajo. La recepcionista, a la cual le he dado otra oportunidad, nos recibe sonriente.—Buenos días. Clarisa, este es Gabriel D´Alessi, mi esposo. Te lo presento, para que lo conozcas y no lo vayas a echar la próxima vez que venga sin mi.—Oh señora Evelin, disculpe. Mucho gusto señor.—¿Por qué le dijiste así a la chica?—Porque, por poco me echa la primera vez que vine. Ja, ja, ja fue una broma. ¡Pero suéltame, me tienes agarrada todo el tiempo!—Lo hago, para parecer familiares—
Abro mis ojos ante el sonido insistente de mi nombre. No lo puedo creer, ¡estoy arriba de Gabriel! ¿Qué diablos hago aquí? Observo a Gaby, está excitado también y me tiene tomada por la cintura. Me bajo rápidamente apenada.—¡Disculpa Gaby, estaba soñando! ¡Evelin estás loca, le saltaste arriba otra vez!—Eve, ¿estabas soñando conmigo? ¿Me deseas?— Di que si Eve—No, Gaby, solo era un sueño, duérmete. ¡Sí, Gaby, estoy desesperada por tener sexo contigo!—Pero…, ¿si querías violarme otra vez?—¡No digas eso! ¡Yo no sabía lo que hacía ese día! ¡Estaba drogada aquella vez y ahora estaba soñando! ¡Duérmete y disculpa! Quiero hacerlo Gaby, no me preguntes y sáltame arriba, ¡qué vergüenza! Control Evelin, control.—Estoy por pensar, que es tu fantasía sexual violarme. Insinúa Gabriel sonriente mirando a Evelin que está toda apenada. Me encanta serlo Eve, ¿Deberé aprovecharme ahora?—¡Yo…, yo no tengo fantasías sexuales! Afirma Evelin mientras piensa. Sí tengo, Gaby, tengo muchas fa
Le digo desesperado de ver que nada de lo que digo o hago ella lo cree. Si la hubiera vuelto loca cuando se lo hice, ahora que recordó, se daría cuenta de lo hermosa que es. No sirves como hombre Gabriel. Me digo soltando todo el aire decepcionado de mí mismo. Por este camino, no lograré enamorarla y quedarme con ella.—No es eso Gaby. Estábamos drogados. Tampoco, sé por qué te estoy pidiendo esto. Sabes, que me aterran los chicos. Menos tú Gaby, y eres endemoniadamente sexi y ya hice sexo contigo, te tengo en mi cama solo con bóxer, eres un abusador. Evelin eres una desvergonzada. Te quieres aprovechar de nuevo.—Ya sé, que no me ves como un hombre, sólo como un tonto chico al que estás ayudando. Tampoco, me siento como un hombre, que pueda complacer a plenitud a una mujer—,¿cómo voy a lograr que Eve me vea como hombre? ¡Cielos, ya no sé qué hacer!—, pero créeme cuando te digo que eres una mujer muy bella y me gustas, aunque no te haya complacido a plenitud, perdóname por eso.—¿
La reunión resultó agotadora, pero finalmente llegó a su fin. Me siento inundado por la incertidumbre, sin saber cómo voy a cubrir todos esos gastos. Mi única esperanza es que el banco me conceda el préstamo; de lo contrario, me enfrentaría a la ruina. Justo en ese instante, el teléfono interrumpe mis pensamientos con su insistente timbre. Veo en la pantalla un número desconocido. — ¿Hola? — contesto. — Gabriel, soy yo, tu suegro. Necesito hablar contigo. —Hola, doctor Rossi. ¿Cómo puedo ayudarle? — respondo, intrigado por su llamada. — No puedo hablar por teléfono. ¿Podríamos encontrarnos en la cafetería de la esquina de tu oficina? — Por supuesto, me dirijo para allá de inmediato. — Te estaré esperando. ¿Qué querrá mi suegro? Decido aprovechar este hueco en mi agenda e ir a verlo. ¿Habrá escuchado a Eve y a mí anoche? Es verdad que Eve gritaba bastante, fue una experiencia increíblemente intensa. Pero si nos escuchó, no debería importarle, él siempre ha estado de acuerdo con n
Me quedo allí, en silencio, mientras las palabras de mi suegro resuenan en mis oídos. La emoción me embarga, y me doy cuenta de lo afortunado que soy. Después de haberme sentido tan solo en el mundo, ahora tengo a Evelin, mi esposa, y a su padre, que me ama como a un hijo.Recuerdo los días oscuros, cuando la tristeza y la soledad eran mis únicas compañeras. La muerte de mi padre había dejado un vacío en mi vida que parecía imposible de llenar. Me sentía como un barco a la deriva en un mar tempestuoso, sin rumbo ni esperanza.Pero entonces llegó Evelin. Con su sonrisa radiante y su espíritu indomable, iluminó mi mundo oscuro y me mostró que aún había belleza y amor en la vida. Me enamoré de ella, no solo por su belleza exterior, sino por su fortaleza interior y su bondad.Y ahora, el señor Rossi, me ha aceptado como a un hijo. A pesar de ser mi suegro, me trata con el mismo amor y respeto que tendría por su propio hijo. Siento las lágrimas pugnando por salir de mis ojos, pero no son l