Salvatore mira a su papá en busca de indicaciones, pero este último está paralizado, observando a su esposo en un estado de delirio del que no sabe cómo reaccionar. Al percatarse de la situación, el doctor Luigi, acompañado del neurocirujano Enzo, quien había escuchado los gritos de Elvira, se adelantó y le dijo:— Elvira, no te lo dijeron porque él no estaba. Pensamos que, cuando regresara, recordarías por ti misma quién es él —Rossi lo mira aterrado, negando con la cabeza, pero Luigi continúa hablando calmadamente mientras se acerca a ella junto a Enzo—. Nosotros les orientamos que no te lo dijeran para ver si reaccionaba tu cerebro. Por eso. Ahora debes calmarte, alterarte te hace daño. Cálmate, eso le hace daño a él escucharte así.— ¡Luigi! —Le grita Rossi, pero Luigi lo toma del brazo y se lo lleva, permitiendo que Enzo se haga cargo de Elvira, quien lo observa incrédula pero sin separarse de Salvador.— ¡Ni se te ocurra llevarle la contraria ahora! —Le advierte Luigi a Rossi—.
Elvira se ha calmado poco a poco y asiente con la cabeza. Aunque le reprocha nuevamente que le haya ocultado que tenía otro hijo, eso no le ha gustado para nada. No importa todo lo demás, pero eso no lo considera correcto.— ¡Tú eres el doctor Rossi, no debes hacerles caso a los demás todo el tiempo! —le dice muy seria.— Lo siento, querida, pero eso que te pasa no es mi especialidad, estoy perdido en eso. Debo seguir lo que me dicen ellos —le explica honestamente.— Está bien, cariño, te entiendo —finalmente cede ella y lo abraza con cariño—. Ya estoy más calmada. Vamos, llévame con mi pequeño hijo, me necesita ahora más que nunca, y Salvatore también. Sin olvidar a Eve. ¿La viste? ¿Cómo está?El doctor Rossi respira aliviado. Le cuenta que las contracciones no han vuelto en más de media hora, pero hay que seguir esperando. Toma su mano y la lleva a la enfermería. Al llegar, la hace entrar con él y le explica con cuidado que le pondrá algo para bajarle la presión arterial, ya que la
Salvatore permanece al lado de Salvi, que sigue con su sueño intranquilo, llamando a su mamá llorando. Lo mira, siente una gran pena por el chico. Ahora que se fija bien en él, se da cuenta de que está muy delgado, tiene grandes ojeras y parece muy desvalido. Le toma la mano.— Está bien Salvi, tranquilízate —le habla con cariño—. Serás mi hermanito menor, te cuidaré. Ya le hiciste creer a mamá que lo eras y salvaste a papá, gracias por eso.Salvador se aferra a la mano de Salvatore, abre los ojos un momento y comienza a llorar. Se quita el oxígeno con la otra mano. Salvatore llama a la enfermera, pero aparece el doctor Rossi con Elvira. Este le coloca de nuevo el oxígeno.— Tiene grandes pesadillas Salvi, no deja de llorar —le cuenta a su papá, impresionado.— Sí hijo, veré después qué hacer con eso —le contesta el doctor Rossi—. Tiene que descansar para que se recupere. ¿Y tú, cómo estás? ¿Te duele? No debiste levantarte hijo.— Sí, ahora me duele, papá —le asegura Salvatore aliviad
El doctor mira a Salvador después de haberle pedido que cuide a Evelin, cada vez más intrigado con este chico. Se da cuenta de que no va a despertar, está muy débil. Lo mira, sin saber qué pensar de lo que le advierte. ¿Quiénes son todos? ¿Por qué persiguen a Evelin? ¿Quién eres, Salvador? ¿Qué sabes? Se queda pensativo mirando al chico que duerme profundamente. Arregla todo con Luigi, que no está de acuerdo con que se lo lleve, pues quiere seguir haciéndole pruebas para saber qué enfermedad tiene. Sin embargo, Rossi le promete que se lo traerá cada vez que sea imprescindible. Le explica lo que le dijo el chico, hasta que al final Luigi cede.Todos se trasladan a la casa de Gabriel, quien realmente se pone feliz de volver a ella. Manuela llega por la tarde con todo lo que habían llevado para la granja. Fiorella viene con ella y quiere correr a los brazos de Salvatore, quien la mira sonriente, pero se aguanta. La saluda con dos besos como a todos y visita primero a Evelin.— ¿Cómo te
El doctor Rossi camina por el pasillo rumbo a la escalera. A su paso, abre despacio la puerta de la habitación de Salvatore y lo ve dormido abrazado de Fiorella, quien también duerme abrazada a él. Sonríe feliz y abre la puerta de enfrente. Gabriel y Evelin también duermen abrazados. Vuelve a sonreír satisfecho.Baja las escaleras despacio, con una enorme sonrisa en su rostro. El detective Colombo viene a su encuentro.— Algo bueno debe haber pasado para que sonrías así, Rossi —le dice estrechando su mano.— Muy bueno, amigo —contesta Rossi sin dejar de sonreír—. Pero no puedo decirte qué es. ¿Averiguaste algo del chico?Colombo asiente mientras se dirigen al despacho. Le informa a Rossi que ya encargó un café cargado a su oferta por si quiere algo. Sentados en el sitio, Colombo comienza a informar que no encontró nada sobre la existencia de Salvador, para sorpresa de ambos. Rossi le recuerda que vino en compañía de Oliver de América, por lo que debería aparecer en algún lugar.El det
Casio Severo es un fiscal que goza de fama por su incorruptibilidad. Las personas lo admiran, ya que siendo huérfano, logró convertirse en uno de los fiscales más reconocidos del país. Ha preparado minuciosamente el caso de los asesinos de los padres de Gabriel. Cada día surgen nuevas noticias sobre el tema, pero no se apresura; desea atar todos los cabos sueltos para evitar que alguien los pueda ayudar.Junto a Colombo, han llevado a cabo una labor de eliminación, atrapando a numerosos mafiosos y dejándoles saber que fue Esposito quien los delató, ofreciéndoles arreglos para que testificaran en contra de los crímenes cometidos.María Isabel y Pía serán testigos en contra de Ricci. Mirna también testificará en contra de todos, especialmente de Bambilla, ya que conoce con todo detalle cómo fue la muerte de Bianca. Finalmente, lograron identificar al propietario de los videos, resultando ser uno de los hombres de Bambilla, quien también declarará en su contra.El fiscal Casio llama a Ga
La chica sigue hablando mientras se dirigen a la sala donde está Salvador, diciendo que no tiene a nadie más que su hermano. Al llegar a la sala, Evelin le pregunta quién es su hermano. Para su sorpresa, ella responde que no está y que va a preguntar a la enfermera, ya que al parecer lo trasladaron.—¿Cuál es el tuyo? —pregunta a Evelin, pero antes de que pueda responder, Gabriel interviene diciendo que sería mejor que vaya a averiguar por su hermano, por si acaso se ha puesto peor, mientras le advierte a su esposa que no señale a Salvi.— ¿Usted cree? ¡Oh cielos, iré corriendo! Con su permiso —se apresura a decir la chica, alejándose rápidamente, aunque se gira a menudo para mirar hacia ellos.— Vaya, por un momento pensé que iba a decir que era hermana de Salvi. Lo miró de manera extraña —comenta Evelin.Gabriel, sin dejar de observar cómo se aleja la chica, responde que no tiene hermanas, porque Oliver se lo había dicho.— ¡Ni hermana ni hermano! —interviene Oliver detrás de ellos
Gabriel lo piensa por un momento, pero al parecer es algo de las tantas cosas incomprensibles que hacía su madre. Reflexiona que si le mandó ese contrato es porque su ella al parecer realmente lo contrató, así que decidido a averiguar toda la verdad sobre el asunto, responde.— Está bien —acepta —. Lo veré, así podrás saber quién es. Veo que te entusiasma la idea de conocer personalmente al famoso Hakan, ¿verdad?— No se lo voy a negar, señor Gabriel. Desde que empecé a hacerme hacker lo he admirado —cuenta Darío emocionado—. Todavía estoy asombrado de que yo haya podido romper su defensa y averiguar todo. De seguro es porque él lo permitió, sabe que necesita contactar con usted.— No te rebajes, lo hiciste porque eres muy bueno como él, o quizás mejor. Pero ahora no sé si creer en esa historia del contrato, por eso quiero verlo —asegura Gabriel intrigado—. ¿Para qué mi madre iba a hacer eso?Darío le dice que no se le ocurre nada, pero es cierto. Mandó muchos videos de cuando él er