Rafael aún haciendo todo lo posible para contener a su imponente cuñado, no dejaba de lado a la bella Emma, ella había caído desmayada en los brazos del CEO Leyva. El solo toque de sus manos sobre el cuerpo que consideraba suyo lo enfurecía y mataba de celos, ella era suya, era su mujer, y ni muerto iba a permitir que se la robaran. — ¡Suelta a mi mujer! — ¡Emma! ¿Qué es lo que te pasa? ¡Carajo, tú y yo no hemos terminado! — Emmanuel dejó de pelear con Rafael y corrió a auxiliar a su hermana, pero el CEO Mendoza no se quedó de brazos cruzados. — ¿Qué le pasa a ella? Emma mi amor, responde cariño, estoy aquí, vine a por tí, no voy a resignarme a perderte. — La angustia reflejada en el rostro que hacía un momento permanecía inexpresivo era más que evidente. — ¡Alejate de ella Mendoza, después de lo que ha sufrido por tu culpa no la mereces, ni mereces estar cerca de ella! — Emmanuel, la única razón por la cual no te he noqueado es por Emma, Pero te juro que si intentas
Rafael fue al sanitario a lavarse un poco, estaba lleno de golpes y tenía sangre por doquier, tenía los nudillos bastante lastimados, pero eso le importaba poco. Afuera un joven CEO de ojos azul violeta y cabellos rojo oscuro llegaba con un traje en mano. Era quien había acompañado a Rafael en su viaje en busca de su amada. — Buenas tardes a todos, mi nombre es Robert Isaías Rossi, vengo a buscar a mi amigo Rafael. Más el CEO ya venía hacia él. — Roby, estoy aquí. El heredero de la familia Rossi miró a su amigo de pies a cabeza, Rafael estaba bastante maltrecho, se notaba que la pelea con quién sea que haya sido, había sido dura. — Vaya, te quito los ojos de encima por una hora y ya te encuentro como santo cristo, ¿Eh? Aquí está tu traje, ve a cambiarte. — El ojiazul se volvió a ver a Emmanuel, Angelo, y Erick. — Veo que son tres, si le echan montón a mi amigo se las verán conmigo también. — ¡Tu descarado amigo dirás, después de lo que hizo todavía tiene la desfac
Los días de infierno que había pasado sin Emma habían sido una tortura, ahora la veía de nuevo pero ella está a distante y lejana porque pensaba lo peor de él. El CEO jamás se esperó escuchar esas palabras de sus labios, ella... ella estaba embarazada... Embarazada de su hijo, eso era completamente maravilloso, increíble. — ¡Nena, me haces el hombre más feliz del mundo, lo recibiremos con todo el amor que se merece, deja de llorar, no es algo malo al contrario, es la prueba viviente de nuestro amor. Emma, por favor persona mi error, no me iba a casar con Joana, desde el principio dije que preferiría perderlo todo antes que perderte a ti. — No me toques, esto no significa que vamos a volver, eres el padre y es solo por eso que te lo estoy haciendo saber, pero mis planes siguen en pie, me casaré con Angelo Leyva. — ¡Por dios Emma, un hijo... un hijo nuestro! Es una gran bendición que la vida nos ha enviado! — el CEO buscó sostener las manos de la pelirroja, pero ella se la
El CEO hizo caso omiso al llamado de Emma, al final de cuentas el siempre había hecho lo que consideraba que era lo mejor, era práctico, experto en tomar decisiones rápidas. La familia de León, Angelo Leyva y los hermanos Rossi lo vieron salir, pronto lo abordaron para saber que le había dicho Emma con respecto a su padecimiento. — ¿Y bien? ¿Qué te dijo Emma, Rafael? Habla que todos queremos saber. — Emmanuel se adelantó a preguntar. — La encontré llorando en una camilla, está nerviosa, pero sobre todo está digamos que... Impresionada por los resultados de sus exámenes. — ¡Dios mío, que no sea nada grave! Ezequiel, mi hija tiene que salvarse, es muy joven aún, todavía tiene mucho por vivir. — La madre sollozaba, estaba muy angustiada. — Por favor Calmese señora Elisa, lo que Emma tiene no es mortal, delicado puede ser que sí, necesitará cuidados especiales, un ambiente tranquilo y nada de sobresaltos. — ¡Maldita sea Mendoza, ya dinos que resultado dió el médico! — B
Rafael todavía no podia cantar victoria, el CEO Leyva seguía ahí esperando por Emma. — ¿Qué quieres decir con que no has dicho que vas a cancelar el compromiso? Creo que he sido bastante claro en informarles la situación de Emma y mía, vamos a ser padres, ¿Qué tendrías que ver tu aquí? Oponerte a que volvamos a estar juntos sería incoherente y una perdida de tiempo. — Primero voy a hablar con ella, no soy de los hombres que evadan las cosas. No dejaré tirada a Emma aún estando embarazada de tí, Mendoza. Si ella quiere seguir con nuestro compromiso, yo aceptaré al bebé como mío y lo criaremos de la misma forma que los demás niños lleguen. — ¿Te atreves a decir en mi cara que piensas tener hijos con mi mujer? Creo que... No aprecias tanto tu vida como se supone que debe ser. Mi hijo no necesita de ti, me tiene a mi para ser su padre. Piérdete Angelo, busca otra mujer y ten hijos con ellas quita tus ojos de la mía. — ¿Y si no quiero hacerlo? — Entonces queda a tu absoluta
En el departamento de Emma De León. Ella y su novio se besaban, más está vez Ethan Mendía puso sus manos en los redondos senos de la hermosa asistente que había convertido en su novia. — Ethan. No... no hagas esto, ya te he dicho que no quiero que tengamos sexo hasta después de casarnos. — ¿Pero por qué? Tenemos tres años de novios Emma. No es normal que te me sigas negando como mujer. ¿Me amas, no es cierto? — S...si, pero eso no tiene nada que ver. Por supuesto que te amo Ethan, pero mis principios son importantes para mí. Solo esperemos hasta nuestra luna de miel. Te aseguro que será muy bello para ambos. — ¡Siempre lo mismo contigo! ¿Sabes? Me estoy cansado de que siempre saques el mismo cuento. Soy un hombre y tengo necesidades. — El hombre se puso de pié para pasar al sanitario. Pasaría a lavarse la cara antes de irse del departamento. Emma se había quedado pensando en que quizás su novio tenía razón y ella estaba siendo demasiado anticuada. Más un mensaje que entró
La asistente tomó su bolsa y salió a ver a su amiga Elena. Se habían conocido en el centro comercial un par de meses atrás. Necesitaba hablar con alguien. Necesitaba deshogar su pena y aliviar un poco su atribulada alma. Condujo llorosa hasta la villa de su amiga donde había estado un par de veces tomando café sin imaginarse la sorpresa que le tenía la vida. — Emma, ¿Qué te sucedió, amiga? ¿Por qué estás así? — La mujer pelinegra abría la puerta para recibirla. Se notaba que había llorado y mucho. — Elena, ¿Estás ocupada? ¿Puedo pasar? — Por supuesto que sí. Mírate cómo vienes. Estaba alistando a Alina por qué su padre la llevará a jugar al parque. Mi esposo es un hombre muy ocupado pero se lo prometió a la niña. A Emma se le vino de pronto las palabras del mensaje que leyó. Eran las exactas que había visto escritas en el celular de Ethan. — Elena, tú... ¿Cómo se llama tu esposo? ¿Cuál es su nombre? — El corazón le latía a mil a la bella asistente. — Su nombre es E
Rafael viajó a aquellos tiempos cuando Emma, él y los gemelos Lombardi estudiaban en la misma escuela. Ella estaba dos grados menos que ellos pero eso no impedía su amistad. Aunque el CEO siempre la había visto con otros ojos. El cabello Rojizo de ella le gustaba muchísimo. Emma era muy linda y adorable. — ¿Dónde está ella? ¿Qué le pasó? — Escribía en su celular y lo enviaba a su amigo. — La encontré en un exclusivo bar del sur. Un tipo la estaba molestando. Seguro quería aprovecharse de su estado de ebriedad. — ¿Lo mataste? — Preguntaba el CEO fríamente. — ¡Diablos no...! Solo lo amenacé para que la dejara en paz y se largara. ¿Te sigue gustando, eh? — Sabes que tengo una prometida. — No fue eso lo que pregunté. Tu relación absurda no es el punto aquí. — ¿Para donde la llevas? No te atrevas a tocarle uno solo de sus cabellos, Domenico. — Ella es soltera, tú tienes novia. ¿Qué me lo impide? Ya te has decidido casar con Joana. Por cierto suerte con eso. Se sabe