La pregunta ya estaba hecha, para Emma era muy incómoda, su hermano y Rafaél habían sido compañeros en el colegio, ellos se conocían muy bien, no quería defenderlo después de verlo casarse con otra mujer sin importarle que le rompería el corazón, pero tampoco quería causar problemas. — No lo conoces Emmanuel, además eso ya no importa, ni lo volveré a ver nunca más en mi vida, o al menos eso espero. — Ahhh... Esta bien, no voy a presionarte ahora, pero espero que con el tiempo me des el nombre del miserable que te rompió el corazón. La pelirroja dirigió su mirada hacia la ventana, miraba pasar las calles mientras sentía que la vida sin el amor de Rafael, no tenía sentido de ser. Después de varios minutos por carretera, el coche se dirigió por una apartada pero residencial zona. Un gran portón negro se abrió cuando el CEO oprimió un botón. Después le siguió un camino con frondosos pinos a los lados. Detrás de los pinos verde pasto decoraban el frente de la mansión, flores de
En su antigua habitación Emma después de ducharse y vestirse se quedó dormida, había estado llorando mucho, su cuerpo estaba cansado. Y abajo su familia estaba preocupada por ella. — Emmanuel, llama a tu hermana para cenar, no puede dormirse con él estómago vacío. — Ordenó el padre a Su hijo mayor. El joven CEO se le quedó viendo a las interminables y amplias escaleras. Concluyó que sería muy cansado subirlas. — Erick, ve a llamarla tú. — ¿Yo...? Pero papá te ha enviado a ti. Sube tú a llamarla. — Como tú CEO te estoy dando una órden. — Aquí en la villa de nuestros padres no tienes poder. ¿Se te olvida? — ¡Qué subas, carajo! — Bien, bien, ya voy. Aquí le gritan a uno por todo. El hijo de en medio tocó con los nudillos la puerta de la habitación de la jóven. — ¿Quién es..? — Emma respondió adormilada. — Soy yo, Erick, vengo a llamarte para cenar. — Oh... No tengo apetito. Erick sabía que no podía bajar sin su hermana. Así que insistió. — Si no ba
El CEO no podía quitar los ojos de la carta que había dejado la bella pelirroja. Ella se había enterado de todo antes de que el mismo se lo dijera. Pero... ¿Cómo? Su mujercita lo había abandonado pensando que se había casado con Joana, lo había dejado para siempre. — ¡Emmaaaa! Rafael comenzó a destrozar la sala de estar, su furia, su dolor, su angustia era tanta que no tenía control sobre si mismo, sin ella y sin su amor no era nada, pero lo había dejado, había terminado la relación porque le ocultó la verdad. El mayordomo escuchaba los gritos desesperados de su señor, no sabía que hacer para calmarlo, llamó al CEO Ivanov para que viniera de inmediato a detenerlo o de lo contrario se haría daño. — ¿Qué sucede Lorenzo? ¿Rafael ya despertó? — ¡CEO Ivanov, la señorita De León se ha ido... para siempre ella fue informada por alguien que el CEO Mendoza se estaba casado, y fue a verificar ella misma si era verdad, cuando lo comprobó volvió aquí y se llevó sus cosas además d
Ya en la habitación privada, Alexander se había acomodado en el sofá para quedarse con él a cuidarlo, los gemelos Lombardi también habían venido a verlo, Aleksey les avisó de la situación. Rafael tenía puntos en la frente, la mejilla izquierda, y bajó las sábanas en varias partes del cuerpo. — ¿Pero qué demonios pasó aquí? Habían dejado a Rafael en su casa durmiendo la borrachera que traía, ¿En qué momento se descontroló tanto? Doménico y Dominic estaban estupefactos, — Se puso así por qué alguien le avisó a Emma que Rafael se estaba casando con Joana en el ayuntamiento, al parecer ella fue a comprobarlo y los vio cuando estaban firmando. — Pero Rafael no firmó, Alexander, ¿Cómo es que Emma piensa que sí? — Doménico hacía la pregunta precisa. — No lo sé, quizás vió cuando Joana firmó y se fue pensando que Rafael también lo haría. — Eso está muy jodido. — Según Lorenzo Rafael perdió el control y comenzó a destruir todo lo que tenía a la mano sin importar hacerse dañ
El CEO Mendoza seguía sedado en esa habitación de la exclusiva clínica, su recuperación le iba a tomar tiempo, y mientras ocurría, sus amigos se turnarían para estar con él. Alexander le avisó a Rogelio que su jefe estaría un tiempo fuera de la oficina para que se hiciera cargo de todo mientras el podía regresar. Emma estuvo con las maletas listas desde las cuatro de la tarde, ella vestía un vestido de costosa marca zapatillas Manolo y accesorios de fina marca, no solamente se veía costosa y elegante si no que lucía hermosa y adorable. Emmanuel llegaba a por ella, el apuesto CEO vestía impecable de los pies a la cabeza, sofisticado como siempre, misterioso e inexpresivo. — Vaya, ti lo que quiere es hacerme molestar cuando todo el mundo se te quede viendo, ¿Eh? — Reclamaba el hermano mayor a su hermanita. — ¿Qué pretendes Emmanuel, que me cubra el cabello y lleve un Hibab? Si quieres me pongo un costal de papas de una vez. — Ya no hay tiempo para eso, vámonos por qué
Un muy molesto Ricardo que se sentía con las manos vacías se paseaba por la pequeña sala de la habitación de hotel en la que se hospedaba. Las cosas no habían salido como las había pensado, ahora estaba solo, sin equipaje, y sin la oportunidad de seducir a la bella pelirroja, Pero no se daría por vencido, iría a buscarla a la mansión De León. Emmanuel no se imaginaba siquiera por todo lo que había pasado su hermana. Apretó los puños furioso, Emma tenía los ojos rojos y adormilados por el alcohol. Le había dado mucha información a su hermanos y fue por eso precisamente que el jóven CEO le permitió beber. — Emma, dime quién era el hombre con el que salias, el que se casó con otra chica, ese que te dijo que te amaba pero al final te abandonó. — Eso... eso no te lo diré, a ese hombre lo voy a enterrar en lo más profundo de mi corazón. Jamás va a volver a salir de ahí. — La pelirroja arrastraba las palabras. El resto de la noche los enamorados durmieron sedados de diferente m
El gemelo Lombardi no iba a poder detener por mucho tiempo a su amigo, ni por mucho que le explicara la situación tampoco lo iba a entender. — Iré a llamar al doctor, espera aquí. — Dom, fué y vino rápido acompañado del médico. — Señor Mendoza, su condición es delicada, necesita guardar reposo, necesita cuidar sus heridas, tiene puntos por varias partes de su cuerpo, si hace movimientos bruscos se le pueden abrir, es por eso que hemos decidido ponerle este medicamento. El Galeno tranquilizaba al CEO mientras le ponía otro sedante, esa fue la única forma que encontraron para calmarlo y que no se levantara de la cama. De lo contrario aunque fuera a rastras pero se hubiera ido. Al llegar Alexander y verlo dormido, preguntó por su estado. — Me alegro de que Rafael duerma tan profundamente, creí que lo encontraría destrozando el hospital. — ¿Qué dices? el hombre está sedado, si no fuera por eso ya habría destruido medio hospital, se quería ir, no le importaban sus heridas ni c
Doménico era muy buen besador, él lo sabía y demostraba a esa bella pero insoportable rubia que no sería un hombre al que pudiera hablarle como se le diera la gana. Serena no supo en que momento ella se dejó llevar y siguió con el beso, su cuerpo parecía reaccionar solo, ella estaba ahí en contra de su voluntad, ¿Cierto? Apenas Doménico la soltó, una sonora bofetada que casi despierta al sedado Rafael, cayó en la mejilla del CEO. Nadie en su vida lo había tocado, pero esa mujercita se había atrevido a abofetearlo. El hombre se llevó la mano al rostro, su mirada parecía estar encendida. Se debatía entre ahorcar o asfixiar a la osada chica. — ¿Con que quieres más, eh? Pues ven aquí... Serena fue besada de nuevo, la fuerza del gemelo la sometió y de nuevo la perdió en su hechizo. — ¡Suéltame! ¿Qué demonios es lo que te pasa? ¡Eres un pervertido! La jóven Ivanov lo iba a abofetear de nuevo, pero escuchó al apuesto hombre decir. — Si me vuelves a pegar te voy a volver